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¡Mariano! Dale que llegamos tarde salame

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¡Mariano! Dale que llegamos tarde salame.- grita Roma desde la cocina intentando apurar a su hermano.- Mamá ya te dejó todo listo, no sé porque tardas tanto.

Ella amaba a su hermano pero desde que se había mudado sola, había perdido un poco la costumbre de lo que era hacer cosas con él.

Ya voy, ya voy. Molesta.- responde rodando sus ojos, cosa que sabía que odiaba.

Dale no te hagas el vivo y subite.- ambos se dirigieron al auto de la mayor que estaba estacionado afuera.

El haberse recibido hace poco de abogada implicaba que tenía demasiado trabajo por delante y una carrera por comenzar, pero de todas maneras se hacía un tiempo para ayudar a sus padres en lo que necesiten.

Su hermano, Mariano, estaba jugando en las inferiores de Boca Juniors y hace poco había sido convocado por la sub-17 para formar parte del equipo y no podía estar más que felíz por él, tanto trabajo había dado sus frutos.

El camino era silencioso, no era un chico de muchas palabras además de que se llevaban bastante edad. Roma tenía 26 y Mariano 15, lo que hacía que a veces no tengan mucho tema de conversación pero igualmente se amaban.

La mayor siempre fue fanática de su club pero no entendía mucho de fútbol, lo básico, pero cuando se dió cuenta que el fútbol era algo de lo que podía hablar con su hermano, empezó a interiorizarse más.

Lo llevaba a la cancha siempre que podía y en este caso, lo estaba llevando al predio de Ezeiza, donde había comenzado los entrenamientos hace una semana, aunque esta era la primera vez que lo llevaba.

Llegando al estacionamiento apaga el auto y se baja, ayudando a su hermano con su bolso. Sabía que no quería que lo acompañe hasta adentro no solo porque le daba vergüenza, sino también porque los varones a esa edad eran bastante pajeros y no quería escuchar lo que decían de su hermana.

Los tacos de Roma sonaban en el concreto e iba repasando todo lo que tenía que hacer hoy para que su hermano no se olvide, porque lo iba a pasar a buscar ella también.

Durante el monólogo, se dió cuenta que no solo no la estaba escuchando, sino que no la estaba siguiendo, así que con su bolso en la mano paró en seco para ver donde estaba.

Lo encontro parado al lado de un auto por el que salía un hombre no muy alto pero más alto que ella, con rulitos y la vestimenta de entrenamiento, bastante fechero.

¡Marian!- llama su atención acercandose a ambos.- Como se nota que me prestas atención eh.

Disculpala Pablo, siempre está alterada.- dice Mariano riendose.- Ella es mi hermana, Roma.

Sacando la vista de su hermano lo ve más de cerca al otro hombre, sus lunares y la barba que portaba, su postura recta y una sonrisa de lado a lado que podía cautivar a cualquiera.

Un gusto, me llamo Pablo, soy el entrenador de tu hermano.- dice mirandolo.

Roma, el gusto es mío.- le responde la mujer, estirando la mano para estrecharsela.

Dale el bolso al papafrita este que seguro esta pesado.- dice Pablo mintras que Roma le entrega el bolso a Mariano.- Quedate tranquila que entra conmigo al predio.

Bueno, mejor porque ya me tengo que ir a trabajar.- le da un beso a su hermano en el cachete y lo despeina.- Entrena bien y hace caso, nos vemos cuando termines. Gracias Pablo, y un gusto conocerte, Marian habla mucho de vos.

Espero que cosas buenas.- dice el mayor riendose, causando que la mujer asienta y se ria, yendose a su auto.

Dale pulga, anda trotando.- empuja a Mariano para luego quedarse viendo como la hermana ingresa a su auto, saludandolo con la mano y él devolviendo el gesto.

La mujer lo había cautivado, su sonrisa, su pelo negro y lacio, carisma y lo mucho que se preocupaba por su hermano. Entendía ahora porque él le había dicho que no quería que la traiga su hermana, no porque se lleven mal, sino porque los pensamientos que el estaba teniendo él, seguro los iban a tener los hormonales adolescentes diez veces peor.

Saliendo de su nube, agarra su bolso del baúl y se dirige al predio, donde ya los chicos lo estaban essperando para entrenar.

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¡Perdón, perdón, perdón!- se escucharon nuevamente los tacos de la mayor de los Mirabelli, pero esta vez, más apresurados.- Vine lo más rápido que pude pero entre que me atrase con unos trámites y el tráfico no estaba de mi lado, mil disculpas.

Levantó la cabeza y pudo ver como Pablo estaba haciendo unos pases con su hermano, bastante relajados.- Tranqui, estabamos hablando, no te hagas drama son solo 15 minutos.

Igual, no debería haber tardado. Perdón.- no sabía como más disculparse, el primer día y ya llegaba tarde a buscarlo.

Viste que te dije que era una alterada.- comenta su hermana, lo que se gana una rodada de ojos.

En serio Roma, no te preocupes. Y si algún día de estos se te vuelve a complicar me avisas y yo lo alcanzo a su casa o a la tuya, me quedan de pasada.- sinceramente quería tener más conversacion con la mujer, así que era capaz de hacer cualquier cosa para escuchar su voz.

No hace falta que te molestes, gracias igual.- le responde un poco avergonzada por la situación, agarrando apresurada el bolso de su hermano.

¿Me esperan y los acompaño?- se tiró al lance.

Dale dale, esperamos.- le dijo Roma, esperando a ambos varones que estaban agarrando sus cosas para luego comenzar a caminar hacia el estacionamiento.

En el corto trayecto, hablaron de cosas triviales, como les había ido en la practica, como le había ido a ella en su trabajo. Estaba felíz de que su hermano fuese considerado como posible titular para las próximas fechas FIFA.

Los acompaño a su auto y luego de un saludo, se despidieron para irse a sus respectivos hogares.

Mientras que Roma manejaba, sentía como Mariano la miraba y se reía.- ¿Tengo algo en la cara que te reís tanto?

No, no... es que harían linda pareja con Pablo.- se gano una mirada confusa de su hermana. Desde hace un par de años que le quiere encajar un novio sin motivo aparente. Va, él dice que es para jugar al fútbol y a la play con alguien en casa, con alguien que se lleve bien, no como con el ex de Roma.

Deja de decir boludeces pendejo.- le dice ya cansada de sus presiones.- Ya te dije que tengo la cabeza en otro lado, el trabajo me consume la mayor parte de mi vida.

Siempre una excusa, Roma.- bufa ante la respuesta de su hermana.- Primero era la universidad, ahora es el trabajo, ¿Y vivir? ¿Cuándo vas a vivir?

Pero ¿Qué te comiste? ¿Un libro de autoayuda?.- el menor se ríe, aunque internamente sabía que tenía razón, si su hermana seguía así iba a ser un estrés caminando y no quería que vuelva a estar de esa manera.

Si tenía que juntar a su hermana con Pablo, iba a hacer todo lo posible.

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Bueno bueno primer capítulo!!!! Espero que la espera haya valido la pena la espera, estoy muy emocionada por todo lo que está por venir.

Nos vemos en el proximo capítulo pichones!! Los adoro <3

CREO - Pablo AimarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora