CREO - Pablo Aimar

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Estaban a un día del partido en el monumental, Roma había ido a ver las prácticas a veces y se habia dado cuenta del relax que manejaban esos tipos.

Che ¿Laburar ustedes? ¿Conocen la palabra?- habla Roma en voz alta haciendo conocer su presencia en el campo.

¡¡¡Romaaaa!!!- grita Dybala desde la otra punta en cuando la ve y va corriendo hacia donde se encuentra. La joya era un nene con todas las letras.

Buenos días para vos también pichona.- dice Otamendi guiñándole el ojo y acercandose para saludarla.

Quien hubiera dicho que salías de esa oficina vos, hace 3 días que estamos acá.- le reprocha Rodrigo.- podrías haber venido antes ¿no?

Y ustedes lo único que saben es que tienen que ir a correr una pelotita, mientras el resto se los arreglo yo.- le devuelve el reproche.

Algunos más se acercaron a saludarla. Pablo los miraba desde lejos, los celos que antes sentía por verlos cerca no estaban, pero había algo que si se mantenía.

Le había pasado con Donatto días antes, le paso cuando salieron en esa cita hace poco y ahora también. Se dio cuenta que la personalidad que ella tiene hace que todos se sientan a gusto, pero para los hombres podía malinterpretarse como onda y no sabía como manejarse.

Se hacerca a el y le da un beso en el cachete al igual que saluda a Walter y a Lionel. 

Susurrando le dice.- Amor, Donatto esta en mi oficina, vamos a hablar de estrategias para el juicio, cualquier cosa llamame o venite si?

Ya de por si no la estaba pasando bien, pero imaginarse a su mujer a solas con ese tipo lo tenia bastante nervioso pero no podia decirle nada. Asiente un poco y fue suficiente para Roma, quien volvió a hacer el camino hacia su oficina.

Hermosa, ¡al fin! Me tenías esperando.- le dice Donatto, quién estaba sentado bastante relajado en el sillon que habia en su oficina.

Dale ponete a trabajar que no te estoy pagando para que me chamuyes.- su relación siempre había sido asi, él se la chamuyaba y ella lo ponía en su lugar. Para el abogado era entretenido porque sabía, que aunque solo había sido una vez, él la habia tenido solo para él y aunque eso no parecia que iba a volver a pasar, nunca bajaba los brazos.

El tiempo había pasado pero para los abogados era algo normal quedarse deliberando hasta tarde, por lo que no sintieron el paso del tiempo. Varios jugadores habían pasado por la puerta de la oficina de Roma por haber ido en camino hacia la del Chiqui, entonces en el último turno de entrenamiento era de lo único que se hablaba.

Que andan chismeando ustedes, ponganse a laburar che.- les dice Lionel a lo lejos, mientras se empieza a acercar a ellos discretamente para escucharlos.

Nose, pero el tipo es facherisimo.- dice el Dibu.

Sigo sin entender como Pablo la deja sola con ese hombre. Yo ni en pedo dejaria a mi mujer en una habitación con ese.- acota Otamendi.