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El día de la despedida de solteros había llegado, la última vez que se habían visto fue temprano por la mañana cuando despertaron juntos y desayunaron. Poco después de eso, las amigas de Roma cayeron en su casa para llevarsela y empezar su día temprano.

En cuanto a Pablo, se encargo de dejarle a sus hijos a su hermana, quienes felizmente fueron a la casa para poder quedarse con sus primos hasta el otro día por la tarde cuando Roma y su papá los pasen a buscar.

A Roma la llevaron a comprar ropa y después se encargaron de ir a un spa donde la mimaron por completo. Ya a eso de las 7 de la tarde, se dirigieron a la casa de Julieta para empezar a hacer la comida y cambiarse para salir.

En cuanto a lo que tenían preparado para Pablo, era algo más tranquilo. Formaban parte los padrinos, pero también algunos de los jugadores de la scaloneta que habían podido llegar una semana antes de la celebración. Era más que obvio para el entrenador que De Paul, Paredes, Enzo, Otamendi, Licha y el Cuti no se iban a perder de una noche de festejos.

Lo que empezó como una noche de poker, truco y cervezas en la casa de Otamendi, rápidamente se convirtió en planes para salir a bailar. Román y Samuel, quienes habían estado presentes, se bajaron de esos planes informandoles que "ya no estaban para esas cosas" y aunque Lionel hubiese querido hacer lo mismo, no le quedaba otra opción que hacerle la segunda a su amigo.

Iba a ciegas, no pisaba un boliche hace masomenos diez años, pero por una noche, era capáz de soportarlo. Con los contactos rápidos de los fiesteros que conformaban el grupo, pudieron conseguir una combi para que lo lleven, o eso pensó Pablo, que aunque todo le resultaba muy rápido, decidió dejarse llevar.

Pasaron rápido y se dirigieron al VIP que los estaba esperando. En cuanto pudo divisar el ambiente, se dió cuenta que nada fue al azar y que todo había estado calculado.

Ahí se encontraba, bailando sin preocupaciones, Roma y sus amigas quienes se las veía en su salsa e incluso un poco intoxicadas. Riendose con sus amigos, al darse cuenta de que ya la había visto, se fueron acercando a donde se encontraban ellas.

Sigilosamente se posicionó por detrás de ella y la tomó de su cintura, mirando de manera cómplice a sus amigas, quienes ya lo habían detectado. No tomó en cuenta que aunque intoxicada, estaba bastante consciente de sus alrededores y casi le da una piña cuando sintió que alguien la tocaba.

Al darse vuelta con cara de asesina y ver a su pareja junto al resto de sus amigos, se calmó un poco y le plantó un beso. Mientras todos festejaban a los futuro marido y mujer, los tragos comenzaron a fluir, dandole inicio a una noche inolvidable para ambos.

Otamendi era el encargado de seguir avivando la celebracion en cuanto la veia decaer. No dejaba a nadie que se quede sentado ni un segundo, aunque sean Pablo y Lionel.

En cuanto el cuarteto empieza a sonar, el cordobés hace tu trabajo y se dirige a donde se encuentra Roma, sacandola a bailar con el permiso de Pablo, quien se reía como Cuti bailaba con ella.

Enzo, Licha y Otamendi eran los que se llevaban las miradas cuando sonaba alguna cumbia, tirándose unos pasos y motivando a todos.

En cuanto sonaba alguna canción de Tini, Roma y Paredes se juntaban para canar y saltar enfrente de De Paul, quien emcantado los grababa para después mostrarselo a Tini (o subirlo a instagram para el cumpleaños de alguno).

Cuando empezo a sonar "besties" de Karol G, Pablo no podía quitarle los ojos de la figura de Roma. La forma en la que se movia era algo que solamente habia visto cuando se encontraban solos, por lo que le daba más ganas aún de llegar ya a su casa.

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Ambos ingresaban a su casa a eso de las cinco de la mañana, riendose por lo bien que lo pasaron en una noche que pensaron que no la iban a pasar juntos. Agradecían a sus amigos por haber tenido esa gran idea y darle su espacio pero tambien la posibilidad de disfrutarse.

En cuanto se encontraban abrazados, contempladose el uno a los otros, Pablo no podía evitar ver cada rincon de su cara. Como sus ojos se achinaban cuando reía, lo amplia que era su sonrisa, como le brillaban los ojos cuando estaba un poco borracha y que jamás había visto a alguien tan hermosa como Roma.

Ella se sentía muy afortunada de que después de tantas elecciones erroneas, por fin podía ser feliz con alguien que la amara de la misma manera que ella lo amaba. 

Sus besos rápidamente comenzaron a escalar, convirtiendose en necesitados y hambrientos. Aprovechaban cada segundo que tenían a solas para encontrarse debajo de las sabanas.

Como pudieron, subieron hasta su habitación, dejando caer a Roma y el entrenador posicionandose sobre ella. La ropa de ambos comenzó a ser descartada sin cuidado entre besos y caricias.

Roma se estaba volviendo impaciente, generalmete amaba cuando se tomaba su tiempo, pero entre su leve intoxicacion y los roces que ya habían tenido en la pista de baile, hacía que la paciencia se le agote rápido, dejando el suspenso para otro día.

Rápidamente posicionó sus piernas al rededor de su cintura y los dió vuelta, entre risas y besos, era ahora Pablo quien se encontraba debajo de su futura mujer, quien se encargó de descartar la poca ropa que restaba para poder unirlos a ambos.

Las embestidas del ex-futbolista eran rápidas y concisas, mientras depositaba besos a lo largo de su cuello y pecho. Las manos de la pelinegra se enredaban en los rulos de él, tironeando y haciendo que el placer de ambos se aumente.

Pablo le susurraba al oído porque sabía que la volvía loca de esa manera, haciendo que sea ella la que acelere los movimientos ahora.

Verlo a él, con la cabeza tirada para atrás del placer, era todo lo que necesitaba Roma en ese momento. Con el acceso que el le había dado, comenzo a dejar besos por el cuello del mayor, procurando no dejar ninguna marca visible.

Con sus uñas recien hechas dejaba marcas en el pecho de Pablo, a él le encantaba sentirlo y verlo después.

Los gemidos se podían escuchar rebotando en las paredes sin cuidado, sus bocas siempre ocupadas en el otro ayudaban a que ambos llegaran al clímax juntos. Dejandose caer y envolver por las sábanas de la cama.

Descansá tranqui que mañana tenemos que ir a buscar a los chicos a la tarde recién.- le dice en un susurro, acariciando su pelo.- Yo te levanto cualquier cosa.

Asintiendo, se dispone a hacer la pregunta con la que tanto estuvo insistiendo desde que solucionaron las cosas hace unas semanas.- ¿No me vas a decir de que estaban hablando en la sala de conferencias cuando lo escuché?

Te dije que no.- dijo riendose.- Es una sorpresa para más adelante.

¿Que tanta sorpresa es si tus amigos decian que sos un boludo?- intenta razonar.

Y es que a veces me dejo llevar.- le confieza.- Pero vas a tener que esperar un poquito nada más.

De esa manera, dieron por cerrado el tema. Pablo no iba a ceder y Roma ya estaba segura de que no iba a haber manera de sacarle ningun tipo de informacion. Ya lo había intentado sobornar a él, a Lio y al Chiqui de todas maneras, con Samuel ni intento porque es una roca y era imposible que diga nada.

Al fin y al cabo iba a tener que esperar, con suerte, solo una semana más.

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Que divertidos todos, unas ganas de salir de joda con Ota igual...

¿Que será la sorpresa que tiene Pablo?

Aunque en el proximo capitulo nos vamos a despedir de esta hermosa pareja, espero que les haya gustado <3

CREO - Pablo AimarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora