⇝EXTRA: "La cuarta era inminente"

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¿Y los chicos? ¿Con quien los vamos a dejar?- pregunta Roma.- Esta bien que algunos ya están grandecitos pero no significa que los podamos dejar solos. No puedo ir yo.

Agustin y Mariano estan convocados, asi que de esos olvidate.- le dice el Chiqui.

Si, pero te estas olvidando de cuatro pibes más que tengo.- le responde Roma.

Dale Roma, por favor veni con nosotros.- le pide Messi, era tan dificil decirle que no en su último mundial.- Sos cabala ahora, no nos podes dejar así.

Ay porque me la haces tan difícil Leo.- dice Roma sobandose los ojos.

Lo hago a propósito je.- se rie el capitán.

¡Ya está! ¡Ya esta!- dice Pablo entrando por la puerta corriendo.

¿Que decís paya?- Roma lo mira extrañada.

Tus viejos van a ir a ver el mundial. Se quedan con ellos los chicos mientras que nosotros estamos concentrados.- dice con una sonrisa.- Te llevan a Damiano todos los
dias si es necesario dijeron.

Ya no había excusa, no existía motivo por el cual decirles que no. El mundial era inminente, la cuarta era inminente.

Esta bien, voy.- dice en voz baja, haciendo que el resto que estaba allí presente festeje, ganandose un abrazo de su amiga Gala.

Me tenías que acompañar a mi primer mundial, no quería ser la única mujer.- le dice dandole un beso en el cachete.

Tendrías que padecer lo que padecí yo cuando primero me metí en este quilombo, pero soy muy buena como para dejarte sola.- le dice mirandola de reojo, haciendo que se despegue de ella.

⋆★⋆

Al igual que en el mundial anterior, todo fue cuesta arriba desde un principio. Nadie les regaló nada y todo lo hicieron con su esfuerzo.

Para Roma había un aura sombría al darse cuenta que alguno de los jugadores que había tenido tan cerca el mundial anterior, ya no eran parte.

Pero contenta porque los pibes estaban arrasando, dandole espacio a chicos como Agustin Aimar y Mariano Mirabelli que tenían demasiado para dar.

Otra final se acercaba, otra chance de volver a demostrar de que esta hecha la Argentina. Esta vez, contra Holanda.

Los que permanecían del mundial anterior, tenían motivos por los cuales comprender la seriedad del asunto. Sabiendo que por como son, ellos no solo van a dar revancha, sino que es posible que todo se vaya a la mierda demasiado rápido.

Los equipos salieron a la cancha, cantaban el himno como si estuvieran yendo a la guerra. Las lagrimas brotaban de alguno de ellos, mientras que otros estaban demasiado concentrados como para darse cuenta de la atmósfera de sus alrededores.

Cuando los jugadores se posicionaban en la cancha, Pablo sintió el llamado de Roma. Al lado de sus hijos y su familia, lo saludaban, tirándole un beso para que lo agarre.

En ese momento, Pablo contempló su existencia. Lo que la vida le había dado y las oportunidades que había tenido para convertirse en un mejor hombre, mejor padre y mejor marido.

Ellos eran su combustible, ella era lo que lo mantenía vivo. Desde fuera de la cancha, iba a hacer todo lo posible para darle una alegría más, y su hijo y hermano iban a hacer todo lo posible desde dentro.

De alguna manera, Roma los había inspirado a todos, los habyia empujado hacia una dirección que les garantizo la gloria. Lo único que podían hacer para devolverle el favor, era darle otra felicidad.

CREO - Pablo AimarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora