♕21- Te voy a matar, Keller. Lo prometí, y lo voy a cumplir.
El sonido de la explosión de varias granadas hizo que abriera los ojos de repente. Me erguí y choqué con el cuerpo de Keller, que estaba inclinado hacia mí.
¿Estaba llorando? No, mi "muerte" no le afectó y él no se atrevería a salvarme a mí para morir él, pero ¿por qué susurró: no de nuevo, por favor?
—¿Qué...? —murmuró, estupefacto. Sus ojos tenían un ligero brillo, puesto que la luz se reflejaba a través de la humedad que había en ellos. Supuse que sus lágrimas se debían a que le cayeron pequeñas cantidades de arena en sus ojos.
Lo ignoré y miré al señor Harris.
—¿Qué ocurre? —le pregunté.
—Nos están atacando. Más te vale ponerte de pie.
Sus secuaces se acercaron a mí y me liberaron y dejaron a Keller sentado en el suelo. Mi "jefe" estaba observando la escena, como si no lograra entender nada, y sé que no lo hacía.
—¿Qué está pasando?
Lo miré y le dediqué una ligera sonrisa.
—Bienvenido a mi juego, Keller —le guiñé el ojo, sonriendo.
El señor Bakers frunció el ceño.
Sé que lo sorprendí, y eso era lo que quería hacer. Ya era hora de que viera a la Sage real, la que estaba dispuesta a vengarse de él.
Solo que todo se estaba saliendo de control. Se suponía que sería una reunión tranquila, pero los que nos querían herir aprovecharon el momento para atacarnos.
—¿Cuántas personas son? —les pregunté a las tres chicas que entraron a la habitación.
—No tenemos un conteo exacto, pero son muchos, y estamos en desventaja.
El señor Harris se quitó la peluca, dejando que su cabello castaño cayera sobre sus hombros. Sí, nunca se trató de un señor, siempre fue Lysa disfrazada de hombre. Y nunca hubo dos empresas, siempre se trató de nosotras, de mi plan.
—¿Qué hacemos ahora? —preguntó Lya, que era uno de los secuaces.
—Cambien las municiones falsas por municiones letales. No dejen que todos los que nos atacan se acerquen demasiado.
Lya corrió hacia afuera para hacer lo que pedí.
—¿Dónde está Connor? —pregunté.
—Desapareció, pero tenemos al resto interceptado —comunicó Lysa.
Les conté a las chicas los lugares exactos en los que el personal de Keller estaría oculto, así que ellas aprovecharon el momento de llegada, se camuflaron y atacaron a cada grupo mientras Keller y yo nos enfocábamos en la supuesta reunión de negocios.
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El plan de Sage
RomanceEs cierto que las palabras no provocan daño físico, pero penetran hasta los más profundo de tu mente, y se adentran en tu corazón. Una vez cada palabra de aversión se acumula en ese órgano tan esencial, la dureza y la oscuridad se apoderan de él, ha...