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GLENDA.

Salí del elevador sujetando el ramo de rosas rojas con mis temblorosas manos mientras caminaba hacia la habitación del hospital dónde mi gemelo se encontraba internado.


Salude al guardia de seguridad que estaba en el pasillo sentado en una incómoda silla con una expresión miserable en el rostro bebiendo su café y entre cerrando rápidamente la puerta detrás de mí.


Mi vista fue inmediatamente a la cama en la que estaba Glen aún con aspecto débil ya que ese disparo por poco y había acabado con su vida.


Los doctores creían firmemente que no sobreviviría por la gravedad de la herida y decían que le quedaba poco tiempo pero Glen logró sobrevivir y ahora estaba recuperándose.


Pensar en esos momentos me hacía sentir terriblemente mal pero todo aquello se fue de mi mente al verle abrir los ojos con lentitud.


-Glenda…


Murmuró con apenas un hilo de voz mientras una pequeña y tierna sonrisa se formaba en su rostro.


Deje el ramo en un florero y me senté en la silla que estaba a un lado de la cama, después tomé una de sus manos con cuidado y le miré con atención.


-¿Cómo te sientes?.


La preocupación era notoria en mi voz, no podía ocultar el miedo que me producía el solo pensar que su estado volviera a ponerse crítico, sabía que no soportaría verle de nuevo debatiéndose entre la vida y la muerte.


-Estoy bien…no te preocupes, solo quiero salir de aquí y ver a mamá.


Asentí lentamente al escuchar sus palabras aunque internamente estaba pensando en una forma de explicarle que eso no sería posible por la situación en la que mamá se encuentra ahora, así que debo encontrar las palabras correctas para decírselo sin que se ponga mal.


-Sobre eso…ya lo tenemos todo planeado, todo va muy bien así que puedes estar tranquilo.


En realidad no había ningún plan y nada estaba bien y tampoco me agradaba mentirle pero ver la expresión de alivio que apareció en su rostro me hizo sentir menos culpable.


-¿Cómo esta Mamá?.


Pregunto dejándome momentáneamente en silencio, el nerviosismo se hizo presente y no pude pensar en algo que no fuera tan malo por lo que dije la verdad a medias.


-Se encuentra bien pero con todo lo que sucedió esta…oculta.


No había una forma sencilla de decirle lo que ocurría con exactitud pero por la forma en que me mira se que sabe que le he mentido en algunas cosas y no tengo como negarlo ahora.


-¿Qué quieres decir?.


Frunció un poco las cejas y me dio una seria mirada esperando una buena explicación.


-Eso lo hablaremos con ella cuando sea momento ¿Si? Porque honestamente ni siquiera yo entiendo aún nada de lo que sucedió.


Estaba muy confundida por todo, nuestra vida se había jodido completamente de un momento a otro y la forma tan impulsiva en la que actué lo hacía todavía más complicado para mi sobre todo por el hecho de que fui capaz de matar personas y no sabía como sentirme al respecto.


-Esta bien…


Glen asintió lentamente al comprender que no quería habla de eso y relamió sus labios que lucian un poco resecos.


-Podemos llamarla si quieres.


Sugerí después de algunos minutos de silencio incómodo y su rostro pareció iluminarse al instante.


-Claro que sí.


Contestó con mucha emoción y sonreí un poco al verle así.


-De acuerdo.


Saqué el celular de la bolsa de mi abrigo y al prenderlo busqué entre los contactos el número de Tiffany que había registrado con otro nombre solo por si acaso y al encontrarlo hice la llamada poniendo el alta voz esperando que respondiera rápido.


-¿Hola?.


En cuanto ridícula voz de mamá se escuchó al otro lado de la línea telefónica Glen tomó el celular de mis manos.


-¡Hola mami!.


Su tono fue tan dulce e infantil que por un momento dudé que Glen fuera mayor que yo pero no dije nada para no arruinar el momento.


-¡Glen! Mi bebé ¿De verdad eres tú? ¿Estás bien? Lamento no poder ir a verte pero por ahora no puedo aparecer públicamente.


Tiffany parecía estar verdaderamente mal, tan así que estaba llorando y su voz sonaba entrecortada por eso.


-No llores mami…estoy mucho mejor así que no te preocupes, muy pronto estaremos contigo.


Parecía que Glen había creído realmente la mentira del plan inexistente que tenía y esperaba que nuestra querida madre no fuera a desmentirlo y hablara de más metiendo el tema de Chucky en la conversación.


Tiffany creía que él vendría por nosotros para matarnos como absurda venganza por la supuesta traición que le hicimos pero Glen no tenía nada que ver con eso ya que no le había hecho nada pero yo sí.


-Eso es lo que más espero cielo.


Su llanto se volvió aún más notorio y Glen volvió a mirarme pidiéndome silenciosamente que diga alguna cosa para calmarla.


-Mamá todo esta bajo control y tengo el plan perfecto así que confía en que todo saldrá bien.

𝐸𝐿𝐿𝐸𝑆 𝑌 𝑌𝑂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora