Levantame cuando caiga.

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Dedicado al Lucky.

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Había pasado 1 semana desde aquel entrenamiento, y tanto Azulin como Coco evitaban cruzar miradas, siquiera estar cerca, después de ese momento en el bosque, ambos empezaban a tener cierto afecto por el contrario, quizás como un afecto que pudo ser solo de amigos.

Pero ninguno de los dos fue enseñado a amar, no importa lo amorosa que parecían sus familias, ninguno sabía realmente cómo debían afrontar los sentimientos.

Si bien Coco ya tenía una esposa, y en un hijo en camino, su historia era enredada como pelaje matutino.

Desde que era un niño, Coco era adaptativo y conformista. Una tarde, su madre recibió en la casa a una mujer que llevaba consigo a una osita de su edad.

- Tesoro mío, ella es la amiga de mamá, ¿Qué te parece si juegan juntos en lo que nosotras hablamos?

Coco miró a la niña, era distinta a él, claro está, pero cuando veía sus ojos, la verdad es que no leía nada, quizás porque solo era un niño.

Pasó el tiempo, y fueron adolescentes, ya eran amigos muy unidos, salían todos los días a jugar, Coco podía sentir que tenía una amiga, una acompañante.

Un día, mientras estaban entre la hierba alta cerca de las afueras del pueblo, jugaban un rato, pero Muffin ese día estaba extraña.

- Oye Muffin! Encontré estos troncos, qué te parece si hacemos una fogata?- Coco se giró para verla y de repente, la osita lo abrazó, sin importar llenarse de astillas.

- Coco, debo decirte algo, yo... me gustas tanto, desde que somos niños sentí ese calor dentro de mi y... Se que quizás no sientas lo mismo, pero quería decirlo- En ese instante, la osita se separó, y le dió un pequeño beso en la mejilla.

- Muffin yo... Yo..

- Solo, piénsalo, no debes responder ahora, si?

Regresando a su casa, Coco contó la situación a sus padres, que estaban más que felices porque su único hijo encontrara a una esposa y así tener hijos, que en esos tiempos, significaba el mayor logro.

Días después, caminando solo por la hierba, esperaba a su amiga para darle su respuesta, que debido a la presión puesta por sus progenitores DEBÍA ser un si. La verdad jamás vió a su amiga con otros ojos, pero era lo que debía hacer.

El resto era historia, la osa era felíz por la afirmación, se casaron apenas pudieron y, con el tiempo, el peli amarillo le había agarrado más afecto a su amiga, que pasó de su compañera, hasta su incómoda "mujer", y la madre de su hijo.

Ahora Coco no sabía distinguir entre amigos y.. Amores.

- COCO! COCO SEÑOR!- Habló uno de los hermanos Mimosin sacudiendo un poco a su superior.

- Mm? EH! Qué ocurre soldado! - Dijo, mirando al más bajo.

- SEÑOR! HAY UN SOLDADO DEL ESCUADRÓN BÚHO QUE LLEGÓ MUY HERIDO!

- ENSEGUIDA VOY!

Corrió hacia la enfermería, definitivamente esa pausa no podía volver a suceder. Cuando llegó estaba la enfermera de turno, junto con el otro hermano Mimosin y aquel osito que le evitaba la mirada.

- Enfermera, cuál es su situación?

- Gravemente, al parecer un unicornio le incrustó su cuerno entre las costillas, afortunadamente no llegó a la espina dorsal pero si perforó un pulmón. Por suerte, el soldado Azulin trajo al paciente en una posición donde no hirió los órganos.

ೄྀAmo cuando dices mi nombre desesperadoೄྀ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora