No sé si puedo seguir.

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Cabros me siento muy mal, estoy a nada de vomitar mientras escribo, asique perdón si hay faltas ortográficas.

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Azulin dejaba que las lágrimas cayeran hasta las sábanas, necesitaba el dolor, necesitaba que sus raíces se pudrieran. Por suerte estaba solo, había pedido que lo dejaran, apesar de la curandera que tuvo que ser sacada a la rastra, puesto que quería solo investigar y anotar todo lo que viera.

Intentaba pensar en todo aquello que le dolía, y en el fondo funcionaba, pero otra parte, hacía que recordara partes de su vida que no le gustaban.

Por otro lado, Coco intentaba calmar a Gordi, quien apenas estuvo libre fue corriendo a ver a su hermano, pero tenía poco tiempo, pues ya casi era hora de entrenar otra vez, y solo Coco junto con Pandi tenían permiso de saltarlo.

Entonces, cuando Gordi estaba intentando respirar, notaron ambos que Pandi y su Tía conversaban en aquel lenguaje que no entendían.

Más sus caras de preocupación lo decían todo.

- Disculpen, ¿Qué sucede?- Se acercó el peli amarillo, que para su humor, le gustaba que la tía de Pandi fuera incluso más alta que él.

El ayudante dirigió su mirada hasta la curandera; esta sólo pestañeo un par de veces y volvió a anotar.

- Ella dice.. Que debemos llevarnos de igual forma a Azulin, pues estas raíces están conectadas a sus venas, por eso le dolía tanto, y si logra marchitarse por completo, quizás esto afecte a su sangre- Era demasiada información, pero era eso o mentirle a los ositos.

- ¿Y-y a dónde se lo llevarán?- Preguntó Gordi, preocupado.

- Al hospital del pueblo, allá hay más insumos y ayudantes.

La panda Roja comenzó a ordenar sus pertenencias, indicando que si se lo iban a llevar, debía ser ahora. Gordi solo tenía su rostro angustiado, pues sabía que no le daría tiempo para acompañar a su hermano.

Entonces sintió una mano en su hombro, era Coco.

- Tranquilo viejo, yo lo llevaré- Dijo el antes mencionado, mostrando una sonrisa que intentaba calmar al contrario.

- Es.. Está bien, pero por favor cuidalo-

- Eso haré, créeme.

- Iré a avisarle al sargento entonces... -Dijo Gordi, para retirarse-

Continuamente, Coco envolvió al peli azul entre las mantas y lo cargó con delicadeza, pues en ese estado cualquier cosa le hacía mal. En la caminata hasta el hospital, Azulin trataba de descansar mientras la Panda caminaba adelante de ellos, de alguna forma intentado ser quien hable con los médicos, y porque algo le decía que entre esos ositos no había preciosamente una amistad.

Por fin después de un tiempo, entraron por la puerta principal de aquel pulcro lugar, donde atendieron rápidamente al más pequeño con una camilla acompañada con dos enfermeras y un doctor.

(...)

Coco era el único sentado en la Sala de espera, pues la Osa mayor dialogaba con el médico de turno, y adentro de la habitación estaba Azulin, sentado en la cama, con un par de tubos conectados a sus brazos y ropa de hospital, a la espera de una radiografía que indicara su estado.

El peli amarillo solo lo miraba, mientras se perdía en sus pensamientos, pasando por la idea de visitar a su bellísima esposa, pero que esto era algo serio y no podía pensar en eso, y que Azulin se veía hermoso con la luz que entraba al sitio, los rayos del sol tocando su pelaje, su vista pérdida observando por la ventana, su leve ceño fruncido, y sus ojos, sus preciosos ojos que a pesar de que las flores ya no estaban, seguían siendo un reflejo perfecto del agua más pura.

Salió de su cabeza, qué le pasaba? No creía que estaba mal reconocer las cosas buenas y malas de otros ositos, incluso sentir un poco de envidia por su estética, pero, era totalmente normal analizarlo hasta ese punto?.

Por otro lado, Azulin estaba pensativo al igual que su opuesto, pero él más bien pensaba en cómo había llegado hasta ahí, se suponía que solo iría al campamento corazón, sería el mejor y ganaría él solo la guerra por lo genial que era, por qué eso no pasó? Por qué ahora está débil en un hospital con un oso fumador cuidándolo? Y por qué era feliz con esa idea? No lo entendía, quizás sus padres tenían razón al hacerle darse cuenta que fuera de esa casa, era más débil de lo que creía.

Se levantó como pudo para acercarse más a la ventana, quería tener al menos el gusto de mirar hacia abajo a los ositos que parecían pequeñitos.

Hasta que vió algo que lo desconcertó.

Divisó una osita con una panza de embarazada muy notable, un vestido morado y su pelaje parecido a algún tipo de café claro.

La osita caminaba con unas bolsas, hasta que un hombre se le acerca, la abraza mientras masajeaba su panza, tomando las bolsas de la mujer y caminando junto con ella hasta una casita que estaba aún menos visible, y en la puerta estos entraron no sin antes darse un beso tenue pero tierno.

Le pareció extraño, esa mujer le parecía conocida, demasiado conocida, al igual que la casa y el oso que la acompañaba.

Pero su mente se vió interrumpida con el ruido de la puerta, era la Panda que llevaba una libreta con ella mientras cerraba detrás de ella, luego comenzó a escribir en aquel papel y se los iba pasando al oji marina.

- Mm... Entonces dices que mañana podré saber si me voy? Pero no puedo esperar tanto, y qué pasará? Estaré solo?... Entiendo, vendrás tu a cuidarme...

La Osa se tomó un segundo, e hizo una señal hacia afuera apuntando al peli amarillo, y volvió a escribir.

- Mmm veamos... QUÉ?! cómo que Coco debe irse?... Que,, que debe volver a entrenar..pero no quiero que se vaya, no quiero estar solo!- La panda miró a Azulin, en su mente no había sonado muy bien esas palabras, pues no parecía importarle la idea de estar acompañado, sino que no estaría con el contrario.

Azulin notó la expresión de la mayor  quien volteó hacia Coco, para luego girar y verle, ahora con una sonrisa picarona. Esto descolocó al peli azul, De verdad había sonado tan mal?!.

- Me da igual de todas formas! Que se vaya a la mierda él y su horrible olor a tabaco. - Volteó hacia otro lado, cruzando sus brazos como un intento de ocultar su vergüenza.

Pasaron unos minutos, hasta que escuchó la puerta de su habitación cerrándose.

Entonces cuando se dió la vuelta, observó a la Panda afuera conversando con una enfermera.

Giró hacia su cama, y encima había un libro con letras ininteligibles en la portada, lo único presente


Era la forma de un corazón rodeado de flores.









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Buenas mi gente, lamento haber desaparecido tanto, pasaron muchas cosas y necesitaba un descanso.

ೄྀAmo cuando dices mi nombre desesperadoೄྀ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora