Tengo tanta tristeza a las 04:01

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Gente,, nada está bien.

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Narra - Azulín

El padre como siempre, un sabio cabrón, hacía que cualquier cosa sonara como un carnaval hacia las mejores cosas, que nada malo podía llegar sin algo positivo que rescatar.. Y pensar que me estoy preocupando por algo tan idiota como saber qué es Coco para mí, mientras que hay gente en el pueblo que me necesita, y que yo, más allá de la tierra, encuentre la luz que me confiere mi destino.

- Gracias Padre, es usted un gran consejero, no sé qué haría sin usted, muchas gracias Padre.

- No hay de qué, querido Azulín, gracias a ti por también impulsarme.

- Impulsarle?..A qué, Padre?

- A no temerle más a mi juicio desdichado que lleva mi corazón... Me retiro, por favor, reúnase con sus pares, que nos iremos ya a lo que vinimos.

(...)

Después de una intensa búsqueda, no había rastro de aquellos seres mágicos, salvo que el osito peliazul en ocasiones escuchaba ruidos y chillidos, seguramente por las criaturas que habitaban ese lugar.

Espinas, rocas, ríos, ramas, astillas, humedad, mosquitos, todo eso era solo una pequeña cantidad que los ositos tenían que soportar en su viaje.

Durante todo ese tiempo, Azulín no habló con nadie, mientras que Gordi se mandaba ocasionales miradas con Achuchones, y el Padre estaba sumergido en sus pensamientos, manteniendo una distancia de al menos 2 metros con el Sargento, y teniendo por par a Coco, que fumaba y fumaba, como si no hubiera un final, y que planeaba estrategias junto con su superior mientras los demás subordinados lo miraban atónitos por la admiración, envidia o incluso lujuria que le tenían.

Pero Coco no estaba interesado, más bien, apesar de no hacerlo, con unas fuertes ganas, intentaba mirar detrás de si para observar a Azulin. Quería verlo, quería caminar junto con él, quería escucharlo reír. Anhelaba la idea de estar a su lado... Quizás todo eso era parte de tener un nuevo amigo!, , verdad(? Un amigo muy lindo, pero un amigo!.

Además, pensaba en la idea de.. Muffin, era mentira todo lo que había dicho, por supuesto que ya no le tenía ni una pizca de confianza a esa Osa, y que si no fuera por lo que ella carga consigo, quizás simplemente se iría,, como lo intentó aquella vez..

Flash back de hace muchos años
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Llevaba días viendo una foto de Muffin, mientras suspiraba pesado y apoyaba su cabeza en su mano derecha, mientras estaba en el balcón de su humilde pero muy bonita casa.

No sabía qué rayos pensar, conocía a la osita por un par de años, y no se iba a mentir, le encantaba estar con ella, era linda, reía fácil, tenían muchos gustos en común, y siempre olía bien. Pero es que además de eso, no pensaba que la conocía realmente, y cada vez que ella hablaba de amor o de chicos con Canela estando él presente, se alegraba por ella, de que tuviera estándares, que se lo merecía, pero al ver que ella no le gustaba su reacción frente al tema, de repente pensaba que la había cagado. ¿Pero cómo se puede explicar más simple? ¿La amaba? ¿Amaba a su amiga? Quizás sí, quizás un poco, pero ¿quería eso para toda su vida? ¿Por qué la idea de estar con ella eternamente no le bombeaba a mi el corazón? La conocía desde hace tanto, y su madre cada que podía hablaba de el buen partido que era. Pero él no necesitaba "buenos partidos", desde el inicio ha tenido talento para todo, no quería "ganarla" primero porque ella no era un trofeo. Y segundo porque él deseaba a su lado alguien que se presentara como su apoyo, como alguien con quien podía afrontar los desafíos y problemas con risas y alegrías, eso quería él, a su igual, su mitad, su complemento perfecto para vivir una vida equilibrada entre risas y penurias. Y sabía, muy en el Fondo, que si estaba con Muffin, ella solo lo miraría, sentada en una silla de mimbre, aplaudiendo y sonriendo sin importar si lo que hiciera fuera bueno, malo, correcto, inmoral. Y que además, ante todo, si había un problema, él debía ser el caballero con armadura que la defendiera, mientras que ella solo gritaría del pavor y se ofrecería a él con tal de no meterse al conflicto. Claro, si no tuvieran que ver con ella, no lo exigiría, pero no es la primera vez.

Como cuando Canela los invitó a pasear, y debió salvarla de cocodrilos por andar demasiado cerca de un pantano. O la vez que Canela llevó pastelillos para comer todos, y el debió cuidarla pues había comido demasiados. También esa ocasión donde hubo hambruna en el pueblo, y ella junto con Canela habían quedado sin comer. Y que Muffin, de lo fácil que se enferma además, quedó postrada semanas, y necesitaba siempre una atención especial, siendo que su familia había pasado lo mismo, y él nisiquiera se quejaba!.

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Amorcito? Amor, tesoro, no has tocado tu pollo con papa..-

- Ah? Ah! Perdón mamá, estaba en mi mundo otra vez- Llevó a su cabeza una mano para rascarse una oreja, y mientras soltaba una sonrisa nerviosa.

Nisiquiera se había dado cuenta de todo el tiempo que pasó y sus acciones en el proceso.

- Amor,, te he notado distraído estos días, ¿Pasa algo? ¿Quieres contarle a mamá y papá?- Su padre, como siempre, en silencio, atento, mas discreto.

- Bueno,,, sucede ma que ayer,, recuerdas cuando salí a jugar sólo con Muffin porque Canela enfermó? Eee pasó que me dijo que pues, yo le gusto y que, que quiere ser mi novia y--

- Wow! Qué gran noticia! Sabía que pasaría- Su madre miró rápidamente a otro lado, con ojos de imaginar algo.

- Qué- Mamá! Nisiquiera me dejaste terminar. Ma, yo no sé lo que siento por Muffin, si? Es mi amiga, y quizás me guste.. Pero no la amo, y no sé si la quiero como mi novia.

- Hijo qué cosas dices! Esa chica es maravillosa, si están juntos harían una hermosa pareja,,, tan sólo imagina sus hijos! Serían preciosos! Vamos hijo, es un excelente partido, ya no lo pienses!.- La madre, encantada, lo señalaba con una cuchara para el té, mientras sonreía con cada palabra que decía.

- Pero Ma! Entiende por favor qu-

Un golpe agresivo y estruendoso resonó en el silencio, la madre había enterrado la cuchara en la mesita de madera, apretando fuertemente la mano y dejando en pie aquel mini cubierto debido a fuerza que ejerció.

Aún tomando la cuchara, miró con unos ojos petrificantes, su sonrisa se había ido, y de repente, su entonces lindo cabello rosa se había erizado.

- Escúchame bien Coco, no estás en posición de negarte, no te estoy proponiendo nada, si la niña te dijo que le gustas, a ti también te gusta y fin de la discusión, ¿entendido?- La voz grave y espeluznante de su madre hizo temblar al joven oso.

- S-Si mamá, entiendo- Se tomó fuertemente de la silla mientras comenzaba a sudar frío.

- Bien, mañana por la mañana la citaras a jugar y le vas a corresponder, ahora comete tus patatas y ve a dormir- Adoptó una relajada postura, permaneciendo en la mesa la cuchara, mientras que el padre tomaba el periódico y hacia un esfuerzo por evitar su también evidente terror.

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ೄྀAmo cuando dices mi nombre desesperadoೄྀ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora