Ay qué rico

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Holiiis, chiquillos depués de terminar el cap va haber información muy importante para que la lean.

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Narra-normal

La comida se veía muy apetitosa.

Por extraño que pareciera, ahora la comida era distinta; habían servido un gran ensalada, cubierta con muchas verduras, seguido de un postre, un pastel de fresas con crema. El plato fuerte (acompañado además con un pan pequeño) era un pedazo de carne jugosa junto a unas patatas horneadas y una porción de arroz.

Todos estaban extasiados devorando cuánto pudieron, muchos de ellos nisiquiera hablaban solo por comer algo que no fuera lo de siempre.

Sin embargo Azulin sólo miraba su plato, sin ganas de comer o probar un bocado. Y no era sólo por el echo de haber pasado una vergonzosa situación en aquella cocina, sino porque esto de cambiar la comida justo el día antes de irse era símbolo de que, en pocas palabras, para mucho iba a ser su última cena.

- Amm, Hermanito, no vas comer? Debes alimentarte o mañana te dolerá el estómago- Ciertamente Gordi estaba preocupado por la salud de su hermano, porque aunque estuviera fornido y hasta un poco marcado, no implicaba que podía dejar de comer.

- Tranquilo hermano, comeré cuando tenga hambre, si quieres come lo mío. - No tenía ganas de nada, si bien le emocionaba la idea de por fin ir a la guerra, no creía estar listo.

- Oh miren! Es Coco, finalmente se recuperó- Un osito habló como pudo mientras masticaba la comida entre sus dientes.

Al Oji Marina se le erizó la piel, se elevaron todos los bellos de su cuerpo, sus ojos se abrieron tan exageradamente como pudo, había aparecido el pánico y la vergüenza en su rostro.

- Emmm, oye Gordis, iré a ordenar mis cosas, asique am, ya me voy!- Azulin se levantó rápidamente y caminó apresuradamente hacia la salida de aquel lugar, mientras sentía la atenta mirada del oso que tanto quería evitar.

Una vez salió del comedor comenzó a correr, nunca antes había reaccionado así frente a nadie ni nada, pero necesitaba escapar. Sabía que eventualmente el contrario se acercaría a hablarle sobre la situación que.. Bueno, en la que lo encontró, pero ahora cada que lo miraba, o lo sentía cerca, o siquiera pensaba en él, su corazón latía de una forma eléctrica y poderosa, sus manos comenzaban a temblar y su respiración se aceleraba.

"Quizás estoy enfermo, o debe ser que por el miedo a que me golpee o me saquen del campamento, si, si eso debe ser" se decía a sí mismo en un intento de dar razonamiento a lo que sentía.

Ordenó su ropa y maquillaje, preparó su bolso y llevaba una libreta por si acaso para escribir todo lo que pasara. También empacó su libro que había sido entregado por el padre, el cual cubrió con una suave tela y acomodó perfectamente.

Sintió la puerta abrirse lentamente haciendo rechinarla. Él lo sabía, sabía quién, su instinto no le fallaba, él era el que estaba abriendo, asique con mucha prisa se escondió lo más rápido que pudo debajo de su cama, escondido entre los zapatos y uno que otro vaso con agua.

- Azulin? Azulin, Hey sé que lo que viste fue quizás perturbador pero, puedo explicarlo- Caminó lentamente por la habitación, apesar de que no divisaba al contrario.

El más pequeño sintió su corazón palpitar fuertemente, los pasos cada vez se acercaban, sentía aquellos pies intimidarlo con su avanzar.

- Mmm.. Quizás no esté aquí después de todo- Coco se sentó en la cama de los hermanos, sin saber que debajo suyo el otro moría de pánico.

Entonces, cuando intentó dar una exhalación profunda de cansancio, olfateó aquel aroma que tanto prevalecía en el menor. Inhaló fuertemente, al principio pro curiosidad, después por gusto, y luego por obsesión.

Olfateó cual perro rastreando una presa. No podía pensar, otra vez su mente divagaba. Se recostó en la cama, agarraba las sábanas y mantas con fuerza, intentando aspirar el olor, pero nada, al parecer el olor no salía de la cama.

Se puso de rodillas frente a la colcha,  intentando encontrar el olor tan relajante. Mientras Azulin, quien no sabía a qué se debía que soltara ese aroma, se tapó la boca con fuerza para poder, cuanto pudiera, omitir hacer algún ruido. El más grande puso sus manos en el suelo mientras aspiraba como un enfermo, y mientras testeaba la superficie de madera fue cuando tocó una bota, bota que le pertenecía a su dulce presa.

Entonces, cuando estaba listo para ver bajo la cama, escuchó a la tropa de ositos caminando hacia allí.

Se levantó y como un petardo corrió hacia su cama, donde ya inventaría una excusa para haber llegado. Por su parte Azulin se arrastró por el suelo pasando por todas las camas hasta llegar a la puerta trasera de la cabaña, que dirigía hacia la iglesia. Abrió la puerta rápidamente y, al igual que contraparte, corrió tanto como pudo hasta llegar a la Iglesia.

- Oh demonios, eso estuvo cerca, demasiado cerca.- Sintió su corazón relajarse.

- No profeces el mal si estás en el hogar del señor Azulin. -

- Ah! Padre! Ejeje, hola, disculpe mi hablar.

- No os preocupéis hijo mío, más tengo una pregunta, por qué has llegado tan antes si aún no es tiempo de misa?

- Eeee, ammm- Miraba a todos lados, intentando buscar alguna excusa- yo.. yo tengo dudas sobre un acontecimiento!- Sudó un poco, pero algo iba a inventar.

- Pues bueno, hijo, acércate a mí y siéntate a mi lado, escucharé atentamente- Se sentaron en una de las bancas, mientras observaban las velas y flores por alrededor.

- Emm, este, bueno padre, verá... - Intentaba recordar algo, lo que fuera.

Entonces tuvo una idea, sus ojos se abrieron y apretó las manos, quizás no era algo importante, pero lo salvaría de esta ocasión.

- Verá, padre, cuando estuve en el hospital, vi a una mujer, una hembra, embarazada caminando con un oso desconocido. Y no me lo pregunte, pero, algo me dice que ella era la esposa de Coco.

- Mmm, ya veo a lo que te refieres, hijo mío, piensas que ella podría tener un amorío con el otro oso?

- Eeeh si, si eso, ajá. Y si en realidad le está siendo infiel? ¿Qué dice el Señor frente a eso?

- Azulin, ese tipo de suposiciones no son buenas, solo perturbarán más tu mente. Sin embargo, si tu crees que pensar y advertir de aquello ayudará a tu prójimo, entonces sólo tu corazón te dirá lo que debes hacer con esa información.

- Gracias, padre.- No era precisamente algo que le interesara mucho, pero... Digamos que lo había dejado pensando.

- Bueno, prepárese, pues, que la misa va a empezar.







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Gente me costó un mundo terminar este cap, simplemente no tenía ideas.

Revisando me di cuenta de que va casi 1 mes que no subía nada, asique después de meditarlo les tengo una propuesta.

Una vez al mes, todos los meses, subiré al menos 3/4 capítulos. Sin fecha, sin hora, pero sin falta habrán como mínimo 3.

Lo único que pido es que obviamente varias personas lo vean y voten, eso y que me lo recuerden JSJSJSJS.

Pues eso, de nuevo lamento mucho no subir a menudo, prometo ponerme al día :').

ೄྀAmo cuando dices mi nombre desesperadoೄྀ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora