Creo que estoy bien.

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Azulin estaba leyendo la Biblia que le regaló el padre mientras seguía recostado en la camilla. Pero de repente levantó la mirada y se encontró con el peli amarillo, apoyado en la pared mientras fumaba.

- Oye idiota, por si no sabes, aquí no se puede fumar, asique saca tu mierda y fuma afuera.- Dijo, cerrando el libro y mirando al contrario.

- Oh Azulin, quién te crees para darme órdenes?- Se acercó hacia el contrario, aún con el cigarrillo en sus labios, hasta quedar a casi 30 centímetros del peli azul.

- S-será mejor que te alejes! No quiero tu puto humo- Giró su cabeza hacia un lado, en parte lo del humo era verdad, pero por otra era porque si lo seguía viendo, quizás le daría un paro.

Entonces su cabeza fue girada bruscamente, era la mano de Coco, quien me daba una larga calada a su cigarrillo, mientras se acercaba a Azulin y le lanzaba el humo a sus labios, quedando a milímetros de ser uno. Para Azulin, el humo asqueroso y tóxico, ahora era más cálido, delicioso, adictivo.

Miró a los ojos del mayor, rogando con sus ojos que cortara el espacio entre ellos.

- Qué pasa? Ahora quieres que te escupa? O es que quieres que te someta a mi olor?- Se subió a la cama, cubriendo al contrario con todo su cuerpo, mostrando sus colmillos, mientras soltaba los restos del papel quemado en las mejillas del Azul.

- OH DIOS MÍO!- Y se levantó rápidamente, mierda, había sido un sueño, un sueño demasiado extraño.- Pero qué?- Miró a su alrededor, estaba solo, incluso no estaba el enfermero.

Empezó a tocar su rostro; era él, eso definitivamente no era un sueño, pero mientras pensaba en la enfermiza imagen mental que tuvo, empezó a tocar sus brazos, dándose cuenta de las flores que lo adornaban desde los hombros hasta los dedos.

﹏〰︎∞ꔛ〰︎﹏∞﹏ꕥ﹏ꕤ〰︎ꕥ ིྀᏪ ིྀꕤꕤꕥ

Gordi estaba preocupado, mientras hacía sus entrenamientos pensaba en su hermano, era la primera noche que no dormía con él, y estaba increíblemente preocupado ante aquello. Achuchones lo notó, pues incluso cuando el Sargento le gritaba que se esforzara, este parecía inmerso en sus pensamientos, sabía además que se trataba sobre su hermano, y a pesar de que odiaba a ese narcisista, tuvo el impulso de querer ayudar para que este sanara, si con eso Gordi volvía a sonreír.

- Hey, gordi, qué te parece si después de los entrenamientos vamos a ver a tu hermano?- Dijo, arrastrándose por la tierra.

- E-eh?! A qué viene eso? Tú quieres ir a verlo?- Es que acaso me gustaba su hermano?

- "ni de chiste lo quiero ver" S-solo digo jaja! La verdad es que quiero acompañarte... Y-y ver si puedo hacer algo! Si-

- Oh, eso es muy lindo de tu parte Achuchones, de acuerdo! Acepto!- Las últimas palabras del ojitos rosados movió por completo el mundo para el peli verde, qué no hubiera deseado de que ese acpeto lo dijera para otro contexto...

Por parte de Coco, este cumplía una vez con sus perfectos tiros y ejercicios, incluso esa mañana le había escrito a si esposa mientras miraba su foto, la extrañaba, extrañaba sus brazos, su calor, sus ojos.

Extrañaba el calor del cuerpo ajeno, de sentirse acompañado, de no sentir ese vacío agujero cada vez que se recostaba solo a dormir.

Un ruido lo sacó de sus pensamientos, era uno de los soldados que se acercaba corriendo hasta él, era sonrisas, quién había ido a buscar al enfermero pues le dolía uno de sus perfectos dientes, pero cuando había entrado, la imagen que tuvo fue bizarra.

ೄྀAmo cuando dices mi nombre desesperadoೄྀ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora