La plática entre Isabella y Enzo le dieron un toque y de color a la noche, entre risas y bromas. Definitivamente, habían pegado onda y se llevaban muy bien.
- Ésta pizza... Fue la mejor de mi vida, además de la que preparaba mi madre.
- ¿De verdad? Cuanto me alegra, valió la pena comprarla, te llevaré a cenar allí, claro si me lo permites.
- ¡Sí! ¿Porqué no? Me encantaría. Además, la compañía es buena. - ¿Lo dices por mí?
- ¡Oye!
- Bromeaba.
- Enzo, no sé si te has dado cuenta, son más de las doce ya, un poco tarde para que te vayas a ésta hora.
No te preocupes, vine en el BMW de Gabriel, en un momento llego.
- Lo sé, pero, sabes... ¿Quieres quedarte a dormir?
- ¿Aquí? ¿A dormir contigo?
- Bueno, aquí en mi casa. Supongo no tienes un problema con ello.
- ¿Lo dices por Gabriel? Bueno, supongo mañana tendré que explicarle.
- No eres un niño, tomas tus propias decisiones.
- Sí, lo sé, pero aún estoy viviendo en la mansión. Aunque, ya me entregó los documentos de mi nueva casa, estoy contento por ello, estaré solo allí y sin molestar ni invadir su espacio.
- ¡Felicidades! No sabes cuanto me alegra por tí. Entonces, ya estarás totalmente asentado en San Andrés.
- Así es. Supongo debemos festejar por dos.
- ¿Porqué?
- Ya tengo mi casa y tu tienes ésto que tu madre dejó para tí.
- Es verdad. Déjame buscar algo para brindar, creo tener un buen vino... ¡Aquí está!
- ¡Permíteme! -tomando la botella de Malbec y destapandolo.
- Salute, Isabella!
- ¡Salud!
- Me la pasé muy bien contigo, eres una chica muy agradable, y tu amistad es muy especial para mí, no sé como Gabriel fue capaz de perderte.
- Sabes, prefiero no hablar de eso.
-Lo siento. Eres hermosa. Cualquier hombre daría lo que fuera por estar contigo.
- Disculpa, prepararé un lugar para que duermas.
- ¿Te molestó lo que dije?
- No. Está bien. Acompañame. Y deberías descansar, mañana trabajas ¿Verdad?
- Sí. Así que debo irme temprano, si no te molesta me ducharé aquí para ganar tiempo, y me cambiaré en la mansión.
De pronto, un mensaje de Gabriel le notificaba su celular.
- "¿Dónde estás? Es tarde ¿Acaso no piensas venir dormir aquí esta noche o piensas quedarte con ella?"
Enzo, suspiró incómodo.
- ¿Qué sucede? Te has puesto pálido.
- Es Gabriel, quiere saber si me quedo a dormir contigo. Ésto va a enojarlo mucho.
- Dile que... No lo sé. Escuchamos ruidos en la calle, que entraron a robar en casa de los vecinos, no lo sé, miente...
- Ok. Déjame ver.
Tomó su celular y usó la sugerencia de Isabella como pretexto.- "Gabriel, estoy aquí con Isabella, fuimos alertados por un robo en la zona, no fuí capaz de dejarla sola, ésta zona es muy insegura, me quedaré aquí, quizás llegue más tarde o muy temprano para irnos a la oficina".
La respuesta cortante de Gabriel no se hizo esperar.
- "Como quieras. Buenas noches".
No caben dudas acerca de la rabia que inundó a Gabriel, su amigo y su amor juntos, pasando la noche solos, era una idea que no podía soportar. Estaba furioso, y de seguro no sabría cuál sería su reacción la mañana siguiente al verlo.
- Enzo... ¡Qué hijo de puta! Se ganará el amor de Isabella y para ese entonces, yo seré solo parte de su pasado. Supongo que es lo que merezco. Por mi patanería, pero en mis narices.
Como en su peor momento, Gabriel se sentó a los pies de su cama, tomándose la cabeza y una vez más lloró. La impotencia empezaba a nublarle la razón.
Mientras en casa de Isabella, la amena conversación entre ella y Enzo se extendía unos minutos más; mientras preparaba el sillón para que pudiera descansar, no se atrevía a dejar pasar nadie al interior del cuarto de su madre.-¿Estarás bien aquí?
- Claro que sí, es un sillón muy cómodo, además, es solo una noche. No te preocupes. Me levantaré a las seis si no te importa a preparar el desayuno.
- Está bien, adelante. Yo me iré a la cama. Mañana iré a ver esa cuenta de mi madre. Ok. Emmm... Me voy...
- ¿Isabella?
- Sí. Dime.Enzo, se acercó lentamente a ella, colocando ambas manos sobre sus hombros, con el contacto visual de un lobo hambriento pero de buenas intenciones.
- Gracias por dejarme quedar en tu hogar, ésto no estaba en los planes. Tu compañía me hace bien. Eres muy especial para mí -tomando dulcemente su rostro y acariciando su mejilla sonrojada.
La tensión del momento entre ambos era muy intensa, bajo una oleada de coraje que lo empujó a besarla dulcemente, a lo cual ella no pudo resistirse, pero se alejó de él con una expresión neutra en el fondo de su mirada.- Isabella, lo siento. Perdóname, por favor.
- No digas nada. Hasta mañana.Enzo, sintió cierta sensación de satisfacción, no lo podía creer. Había probado aquellos labios preciosos que lo habían hipnotizado más de una vez, pero un sentimiento de culpa estaba a punto de perseguirlo en cuanto mirara a Gabriel a la cara.
La mañana siguiente, se levantó temprano para ducharse, acomodó el sillón en el que había dormido, y se dirigió a la cocina para prepararse el desayuno y dejarle el suyo a Isabella para luego marcharse a la mansión.
Cuando Isabella despertó, fue a la sala, Enzo ya se había ido; todo estaba perfectamente acomodado. Se dirigió a la cocina con paso relajado, y sobre la mesada una nota:"Buenos días señorita, anhelo que hayas descansado igual de bien que yo, creo vendré más seguido a dormir en tu sillón. Por cierto, te preparé café y algo más en tu refrigerador. Que lo disfrutes. Con cariño. Enzo".
Isabella, en cierto modo, no podía creer lo que le estaba pasando, sólo sonrió y disfrutó aquél gesto de Enzo, no estaba acostumbrada a ese tipo de detalles. Eran casi las ocho de la mañana, terminó su café rápido, pues le esperaba una jornada de trámites, entre ellos, encargarse del legado que su madre le dejó.
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GABRIEL ¿Ángel o demonio?
Любовные романыEl empresario multimillonario más joven de la ciudad, se destaca por su poder, fama y atributos físicos a los cuales nadie ha podido resistir. Sus malas costumbres pondrán en juego su figura pública. Cuando el amor toque su puerta sentirá como todo...