En cuanto Gabriel regresó a la tienda, sorprendido al ver todo cerrado, no comprendía lo que pasaba, apenas se ausentó un momento...
- ¿Qué carajo? Isabella ¿Escapó?
Marcó en su celular. El contestador lo espantó. Salió desesperado a buscarla.
- ¿Dónde se habrá metido?
Preguntó a algunas personas. Algunos respondieron que la vieron cerrar y salir como alma que lleva el diablo.
- ¿Pero que carajo está pasando? ¿Está huyendo de mí?
Recorrió todo el Centro Comercial pero fue inútil, se había marchado. Fue por su coche a recorrer zonas aledañas, la última opción era buscarla en su casa.
Bajó. Tocó el timbre solo una vez sin insistir. Miró por la ventana, y allí estaba Isabella, sentada en su sillón mirando a un punto fijo de la pared. Decidió entrar, la puerta sin llave lo invitó a pasar.- ¡Isabella!
- ¿Qué haces aquí?
- ¿Qué? Vine a buscarte.
- ¿Qué quieres?
- Me preocupé ¿Qué fue lo que pasó? Te llamé y respondió la contestadora -se sentó a su lado intentando abrazarla.Esquivó su cuerpo, el abrazo, aquellas manos que no hace mucho habían acariciado su cuerpo.
- ¿Qué sucede? Tampoco quieres que te toque. Hablame por favor.
- ¿Qué quieres saber?
- ¿Porque te fuiste? Sin decir nada. Solo escapaste ¿Porqué lo hiciste?
- Gabriel yo...Unas lágrimas rodaban sus mejillas rosadas.
- Isabella ¿Porqué lloras? ¿Hice algo malo? ¿Qué tienes?
- Solo me siento mal. Quiero estar sola.
- No me iré hasta saber que tienes.
- Me siento algo confundida.
- ¿Qué? Acaso... ¿Dudas de nuestro amor?
- No lo sé. Tengo muchas cosas en mi cabeza.
- Cuéntame.
- Tengo miedo.
- ¿Miedo?
- Sí, miedo... A que te aburras de mí, te canses y vayas a dejarme. Aún puedo reconocer como te odie, lo malo que te portaste. Tengo mucho miedo.
- Debes olvidarlo. Ya quedó en el pasado. Hablamos de ésto, se aclaró todo. Empezamos de cero ¿O lo olvídaste?
- No...
- ¿Entonces? ¿Hay algo más? Quiero saberlo.
- Estoy asustada. Lo que pasó hace rato.
- ¿Cuando hicimos el amor?
- Sí. Me está matando el miedo.
- Es porque...
- Por no usar protección Gabriel, estoy muy joven, no quiero ser madre.
- Te pedí que te quedarás tranquila, aquí traje conmigo ésta píldora, debes tomarla ahora mismo.
- ¿Para qué es?
- Eres muy inocente, mi niña. Con ésto evitarás tener un hijo mío, aunque confieso que nada me haría más feliz que tener un hermoso bebé contigo -con cierto sarcasmo.
- ¡Cierra la boca Gabriel! ¿Cómo puedes...?
- Vamos, tómala ahora.
- Ok, iré por un vaso con agua.
- No intentes escapar de nuevo.
- Deja de controlarme.
- Debo declinar esa petición. Me importas más de lo que crees. Entiende, me preocupas, no vuelvas a hacer algo así.Unos instantes después...
- ¿La tomaste?
- Claro que sí.
- Isabella dime la verdad. Cuéntame cuál es tu miedo...
- Tengo mucho miedo de perderte. Me ha costado tanto sufrimiento y tantas lágrimas poder estar contigo, no quiero que me dejes sola.
- Te lo dije hace un momento, decidimos darnos una oportunidad y empezar de cero, no hay razón para que tengas miedo.
- Tú has estado con muchas mujeres hermosas con dinero y cualidades que yo no tengo.
- Pero ellas no me importan, la única que me interesa eres tú. Te amo por como eres, no te pareces en nada a ellas es verdad, pero tampoco tienes nada que envidiar. Siempre fuiste muy especial, me diste la oportunidad de convertirte en mujer, he sido tu primer hombre y eso es algo que ninguna de ellas ha tenido, no conmigo. Tienes un privilegio enorme. No hay nada que temer. No voy a dejarte sola, por eso insisto con que vuelvas a la Mansión, todos te extrañan y yo también, necesito tenerte cerca, no puedo soportar la distancia que nos separa.
- Apenas estamos saliendo, no creo sea lo correcto.
- ¿Y quién es capaz de decir que es lo correcto o no? Olvídate de todo. Empaca tus cosas.
- ¿Qué? No puedo hacer eso.
- Claro que puedes. Si no lo haces me quedaré aquí contigo y no me marcharé sin tí, así tenga que instalarme en tu habitación. No pienso ni quiero dejarte sola ¿Hay algún problema con eso?
- ¿Eres capaz?
- Oh, sí, de eso y mucho más, te olvidas con quién estás hablando.
- Bien, puedes quedarte.
- Llamaré a Robinson.
- ¿Para qué?
- Necesito ropa, provisiones. Y no se diga más. Ahora vuelvo.
- ¡Estás loco!
- Por tí.Realizó su llamada telefónica y regresó al sillón.
- ¿Cómo te fue?
- Pues, muy bien, en dos horas vendrá Robinson y Smith, a traer lo necesario, la pasaremos muy bien aquí tú y yo solos.
- ¿Cuánto tiempo piensas quedarte?
- Digamos que lo suficiente, hasta que decidas volver a la Mansión, no diré más.
- Eres muy terco.
- Y tú, muy caprichosa.
- ¿Quieres pelear?
- Tú empezaste.
- ¡Gabriel!
- Dime.
- ¿Y qué haremos aquí en mi casa?
- Lo mismo que haríamos en la mía, a excepción que no estaremos rodeados de tanta gente. Pues, podremos... Desayunar, almorzar, cenar, prepararlo juntos, aprender de ambos, además de limpiar, arreglar el jardín, ir de compras, de paseo, compartir cama y la lista sigue... ¿Algo para agregar?
- ¿Porqué quieres hacer ésto?
- Porque te amo, y estoy dispuesto a aprender lo necesario para nuestra vida juntos.
- ¿Vida juntos?
- Por supuesto. Me gustaría fueras mi esposa.
- Mejor cállate -rie.
- Ya lo verás.
- Si tú lo dices.
- ¿En qué piensas, Isabella?
- Sabes, hay días en que extraño tanto a mi madre, quisiera poder contarle todo lo que me está pasando, lo que vivo, ahora que estás aquí contigo.
- Sé que estaría muy feliz. Siempre imaginaba verte a mi lado, me lo pidió, debo cuidar muy bien de tí.
- Ésta será la primera Navidad sin ella a mi lado.
- Lo sé, pero me tienes a mí. Con más razón, no dejaré de insistir hasta que vuelvas, allá tendrás una familia, no estarás sola. Celebraremos juntos. Piénsalo. Por favor.
- No te prometo nada, pero lo pensaré. Pero, mi casa...
- Te dije que podemos enviar gente que limpie y así se verá siempre arreglada. Vendremos seguido, los fines de semana, como tú prefieras.
- No lo sé.
- ¿Porque tienes tantas dudas?
- Es que es demasiado pronto, ya lo dije, apenas empezamos, ya sabes, lo nuestro.
- A la mierda el que dirán, haz lo que tu corazón diga.
- Lo haré.
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GABRIEL ¿Ángel o demonio?
RomanceEl empresario multimillonario más joven de la ciudad, se destaca por su poder, fama y atributos físicos a los cuales nadie ha podido resistir. Sus malas costumbres pondrán en juego su figura pública. Cuando el amor toque su puerta sentirá como todo...