Salió a tomar un poco de aire fresco en el jardín de la mansión. Eran poco más de las ocho, la cena aún no estaba lista.
Isabella yacía sentada en un pintoresco banco iluminado por la luz de la luna.
- Hola ¿Puedo sentarme? -le preguntó con inseguridad.
- Hola. Claro, puedes hacer lo que quieras es tu mansión, ya te lo he dicho.
- Me temo que estás enojada o molesta, quizás.
- Fíjate que estás en lo cierto.
- ¿Puedo saber por qué?
- De momento, prefiero no hacerlo, además intuyo que conoces al porque sin necesidad que te lo diga.
- Isabella... Por favor.
- Tu conducta es algo de lo cual me he decepcionado completamente, y los malentendidos que hemos tenido últimamente, por ello, prefiero mantener la distancia contigo.
- ¿Tú también vas a ignorarme?
- No quieras hacerme creer que los demás también lo hacen, cuándo es realidad tienes a todo el mundo, familia, amigos y cuanta mujer desees detrás tuyo, no creo ser tan importante.
- También lo eres para mí.
- Deja de jugar conmigo por favor, a tí ya no sé que creerte y que no. Disculpa, pero te has comportado como un completo imbécil.
- No te preocupes, tomaré tus palabras como una crítica constructiva respecto a mi persona -sonríe satisfecho.
- Que buena falta te hace. Mírate, estás tan cambiado, luces muy diferente aquel hombre que conocí, tu cabello descuidado y crecido, no te has rasurado, tienes ojeras y tu andar altivo ahora está casi encorvado. ¿Qué han hecho contigo? ¿Porqué lo permitiste? ¿Quieres saber que creo?
- Te escucho.
- Ésto no puede ser coincidencia, a tí te arruinaron. Un hombre poderoso como tú no puede haber caído tan bajo en tan poco tiempo. Debes saber que tipo de influencias tienes. Es todo lo que puedo decir al respecto.
Una pausa llenó el aire de un rotundo silencio. Desconcertado.
- Encontraste sustancias en mi habitación ¿Verdad?
- Claro que sí, demasiadas casi que mi cuesta creer lo que ví. Tuve que descartarlas por el retrete.
- Dime porqué lo hiciste.
- Pues... Por... Porque, que tal si la policía venía y encontraba todo eso, tenía evidencia de sobra contra ti. Pero claro, olvidé que la policía también está de tu lado.
- ¿Te importa mi bienestar?
- A todos aquí les interesa tu bienestar, tu amigo Enzo ha sido quién más se ha preocupado y que ha estado a tu lado en todo momento, deberías ser un poco más agradecido.
- ¿Y a tí?
- Debo irme.
- Responde. ¿Te preocupa mi vida?
- Sabes, suelo creer que las personas siempre merecen una segunda oportunidad.
- ¿Lo crees?
- No voy a repetir eso. Depende de tí recuperar lo que has perdido en este tiempo por culpa de tus imprudencias y malas decisiones. La cena estará lista en un momento.
- Cenaré con ustedes en la cocina.
- Como lo prefieras. Adiós.
La cena fue un momento tranquilo, los empleados dieron su mejor esfuerzo para hacer sentir cómodo Gabriel, era su manera de hacerle saber que contaba con su apoyo siempre, tal como lo haría una familia.
La nueva cocinera se había ganado un gran lugar y la señora Grace le ayudaba en algunas cuestiones, eran un buen equipo sin duda.
Posterior a la cena, Gabriel marchaba rumbo a su habitación pero Robinson lo tomo de un brazo deteniendolo.
- ¿Qué pasa?
- Señor, disculpe, no fue mi intención sorprenderlo así. Pero, el joven Enzo y yo tenemos algo muy importante que decirle.
- ¿No puede ser mañana? Estoy cansado.
- Me temo que es urgente. Pero, los dejaré solos.
- Bien. Vamos a mi despacho.
- Gabriel, por favor toma asiento, cálmate y escucha.
- Enzo ¿Que sucede?
- Sabes, desde un principio he tenido mis sospechas. Por lo tanto, junto a Robinson, tomamos la determinación de investigar una serie circunstancias. Pero no hizo falta, ya que alguien se nos adelantó a través de una llamada telefónica.
- Explícame.
- Tal como te lo he dicho, pude confirmarlo. A tí te han tendido una trampa, querían hacerte daño y lo consiguieron, nada fue casualidad. El llamado de hoy fue de una muchacha que nos alertó acerca de lo sucedido, ella estuvo contigo la noche de aquél incidente en las afueras del antro; ella y su amiga fueron pagadas por David para entretenerte y mediante el uso de drogas armar un revuelo para luego verte implicado en más controversia y así hundir tu imagen. Las muchachas no consiguieron su cometido del todo por lo cual fueron castigadas, una de ellas se retractó por ello se fueron y te dejaron solo. Ésa noche iban a matarte. Y decidieron hablar, desean vengarse de David, ambas están lastimadas, una de ellas, hospitalizada.
- ¡Dios! ¡No puede ser! ¿David? David me traicionó.
- Así es. Y tú confiaste en él. Sabes, la muchacha, Leyla creo que se llama, dijo que David lidera una banda donde la prostitución, las drogas y el dinero están a la orden del día. Siempre estuvo tras tus pasos, sabe todo de tí, incluso sabe de Isabella, el interés que tienes en ella, sabe también que ayudaste a Grace. Siente envidia por no ser como tú. Todo éste tiempo te ha estado vigilando muy de cerca.
- No puedo creerlo. Isabella tenía razón. En decirme que soy un imbécil, y segundo que su intuición le decía que... Alguna mala influencia fue el causante de todo ésto. ¡Mierda! Jamás desconfié de él.
- Gabriel, debes tener cuidado, ya lo intentaron una vez. Procura aumentar tu seguridad, de la mansión, de todo. Amigo, iban a acabar contigo, sabían que esa noche saliste solo sin tu chofer. Lo importante es que se supo la verdad. ¿Que harás ahora?
- No lo sé. Pero juro por Dios que David me las va a pagar. ¡Maldito hijo de puta!
- Piensa bien, deberías denunciar ésto a la policía.
- Déjamelo. Sabrá que con Gabriel de Angelis nadie se mete. Prometto!
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GABRIEL ¿Ángel o demonio?
RomanceEl empresario multimillonario más joven de la ciudad, se destaca por su poder, fama y atributos físicos a los cuales nadie ha podido resistir. Sus malas costumbres pondrán en juego su figura pública. Cuando el amor toque su puerta sentirá como todo...