Aquellos gritos desgarradores, cortaron el silencio de la mansión como una puñalada. Enzo y Sergio bajaron rápidamente, y el personal acudió de inmediato al socorro de Isabella.
Gabriel fue el primero en ingresar a la habitación, la señora Grace yacía tirada en el suelo con su blanco y delicado camisón mientras Isabella intentaba reanimarla entre llanto y lágrimas. Gabriel la cargó en sus brazos para acomodarla en su cama.
- ¡Grace! ¡Grace! ¡Por favor despierta! ¡Grace!
- ¡Suelta a mi madre!
- ¡Llama una ambulancia ahora, Isabella!
Una lágrima invadió sus ojos color cielo, conteniendo el nudo que apretaba su garganta.
- Grace, despierta. Aquí estoy con Isabella, pero por favor abre tus ojos. ¡No nos dejes! Yo también te necesito.
Isabella se encontraba de rodillas a un lado de la cama tomando la mano de su madre, las lágrimas habían empapado su rostro. Gabriel masajeaba el pecho de la señora Grace, se negaba a darse por vencido.
- ¡Grace! Mírame por favor. ¡Dios! ¡No!
- ¿Qué sucede Gabriel? ¿Qué tiene mi madre?
- Sus signos vitales son débiles. ¿Dónde está la ambulancia? ¿Porqué mi médico privado no está aquí?
- Él salió muy temprano hoy, no ha vuelto de la gran Ciudad.
- ¡Carajo!
En ese instante, la señora Grace, apenas abrió sus ojos y luchando por un poco de aliento, emitió algunas pocas palabras.
- Ga... Gabriel. Mi muchacho.
- ¡Mamá! -gritó exaltada.
- ¡Tranquila! Aquí estoy Grace-tomando su débil mano.
- Gabriel... Por favor... Cuida mucho de mi niña. Te la encargo.
- No digas eso Grace. Te pondrás bien, ya verás.
- No. No siento mi cuerpo. Me queda poco tiempo ya. Cuídala, mucho. Por favor, cuida de mi Isabella, sé quepodrás.
- ¡Lo prometo! Mientras esté aquí, nada le faltará. Pero aguanta, ya viene la ambulancia en camino. Te pondrás muy bien.
- ¡Hija! Nunca dejes de ser tú misma, con tu carácter, tu fortaleza, tus ganas de salir adelante. Encuentra alguien que te ame, te haga feliz, cásate, ten una bonita familia aunque ya no te pueda ver. Te amo.
- Te amo, mamá. Te amo. Pero no digas eso, tú estarás presente en mi felicidad.- Siempre, hija...Lentamente, la débil fuerza de sus manos se fue escurriendo entre los dedos de Gabriel e Isabella. La desesperación en el rostro de su hija era aterradora, acababa de perder lo único y más importante de su vida, su madre. Sus gritos llenos de llanto y al borde de un ataque de nervios alertaron a Gabriel quién fue de inmediato a contenerla.
-¡Calma! Isabella.
- ¡Suéltame! ¡Suéltame! ¡Mamá! ¡No me dejes por favor! ¡Mamá! ¡Tú no!
- Grace, no soportaría ver ésto, debes ser fuerte. Ya no sufrirá más.
- ¿Qué haré con mi vida si no la tengo? No puedo, no podré...
- Lo que ella hubiera deseado siempre, que sigas por el camino del bien sin desviarte. No te dejaré sola.
- Estoy sola. No tengo a nadie.
- Me tienes a mí. Aquí nada te faltará.
- Sin mi madre me falta todo, no podré seguir sin su compañía -sollozando.
- Calma. Sabrás como seguir adelante. Todos aquí estamos para tí, no estás sola. Quise mucho a Grace, ella fue como mi madre en San Andrés.
- No puedo, me quiero morir. ¡Mamá!
- ¡lsabella, por favor. Ven, salgamos. No hay nada que hacer. La ambulancia está entrando, ellos se encargarán.
Isabella estaba débil, desvanecida. Gabriel corrió a la cocina por un vaso con agua para ella. Los doctores ingresaron a toda prisa con la camilla. Robinson se quedó a su lado tratando de animarla, todo esfuerzo fue en vano. Smith acompañó al personal de salud hasta la habitación. El vaso de agua que Gabriel le llevó y en su desesperación, hizo que Isabella de una manotada lo tirara por los aires provocando un estallido contra la pared.
- ¿Qué le van a hacer a mi madre? ¿Dónde la llevarán?
- Tranquila, ellos saben lo que hacen.
- ¿Cómo pretendes que esté tranquila?
- Mi madre acaba de morir, Gabriel ¡Por Dios!
Enzo, observaba la escena desde otro ángulo de la sala, se acercó con el único objetivo de calmar aquella tensión existente entre los dos. Abrazó a Isabella, de una manera y un gesto que solo un gran amigo podría proporcionar.
- Isabella, muchacha. Lo siento tanto.
- Gracias Enzo - desconsolada. Eres un gran hombre.
- Sé que no hemos sido muy cercanos, pero vivir aquí bajo el mismo techo, también hizo que te considere parte de mi familia, al igual que tu madre. Quizás en este momento no hay palabra alguna que pueda llevar calma a tu corazón, y solo diré, que está bien, debes llorar hasta el cansancio, incluso hasta que tu cuerpo deje de emitir lágrima alguna, descarga toda esa emoción que llevas dentro, y una vez que eso pase, recuerda a tu madre con todo el amor que ella te dió, y siéntete orgullosa, hizo un gran trabajo contigo, eres una muchacha bella, inteligente, perspicaz, una hermosa creación, nunca dudes de ello. Siempre te amó, y te amará, desde donde esté velará por tí bajo el deseo de verte convertida en una gran mujer capaz de luchar por sus sueños y ser feliz. Te respeto y anhelo lo mejor para tí. También perdí a mis padres cuando tenía más o menos tu edad, y desde allí, me tocó prepararme para la vida, siendo muy joven aún, tomé valor y mucho. coraje para continuar mi camino. No será fácil y llevará su tiempo. Es un proceso. Lo lograrás. Sabes que puedes confiar en mí. Estaré a tu disposición. Iré a hablar con el médico. Quédate con Gabriel, también está afectado por ésta situación.
- Muchas gracias, Enzo -aferrándose fuerte a su cuerpo. Gracias por cada una de tus palabras
- Calma, aún hay mucho por hacer y estaré aquí para tí.
La mirada atónita de Gabriel frente a Enzo y el abrazo que Isabella le dió, provocaron una llamarada de celos, pero a su vez, se calmó, pues comprendió que las intenciones de su amigo eran buenas para con ella, y que más que nunca necesitaba ese abrazo, las frases de aliento que él era incapaz de darle pues Isabella a pesar de su dolor, aún cargaba la angustia producto de aquella discusión entre ellos minutos previos a la catástrofe. Simplemente, se recostó contra la pared, se rehusaba a dejarla sola, observando como sus lágrimas no dejaban de recorrer su bello rostro, estaba destrozada. En ese preciso momento supo con absoluta seguridad cuánto la amaba, que daría todo lo que tiene por verla sonreír otra vez, pero su impotencia, el estrés y su profunda tristeza le impedían decírselo, no era un buen momento para corresponder a sus sentimientos.
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GABRIEL ¿Ángel o demonio?
RomansaEl empresario multimillonario más joven de la ciudad, se destaca por su poder, fama y atributos físicos a los cuales nadie ha podido resistir. Sus malas costumbres pondrán en juego su figura pública. Cuando el amor toque su puerta sentirá como todo...