Capítulo 5

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Durante el camino, Neteyam se había  quedado por detrás  para que así ninguno de sus hermanos se le perdiese  y poder vigilarlos.

Aonung de lo cansado que estaba, iba arrastrando  los pies a su lado.

Neteyam le miraba de vez en cuando, le hacía gracia la forma en la que caminaba.

-No te rías de mí mono azul - dijo Aonung indignado

-O si no qué, ¿me vas a golpear? -dijo Neteyam riéndose un poco.

-Serás... - se acerca a él  para golpearle pero se tropieza cayendo contra Neteyam.

Neteyam le sujetó  por los brazos, y Aonung se apoyó en los hombros de Neteyam, los dos se miraron en silencio unos segundos, sus caras no estaban más que a un par de centímetros.

-Eeemm... - pronunció Neteyam algo incómodo por la cercanía

Aonung se había quedado unos segundos medio atontado, luego rápidamente se apartó y miró a otro lado mientras siguió caminando adelantándose respecto a Neteyam.

Neteyam se quedó quieto por unos segundos, pestañeo varias veces el gol confundido, después  miró hacia Aonung. Empezó a caminar por detrás pensando en lo que acaba de pasar. Le había tenido tan cerca que se había  puesto nervioso. Por alguna extraña razón que no comprendía su corazón  todavía  intentaba frenar sus acelerados latidos.

Se puso una mano en el pecho notando su corazón  e intentó  tomar aire relajarse.

Tsireya se había dado cuenta de eso, y al verlo mostró una sonrisa divertida. Parece que el idiota de su hermano había conseguido ligar sin saberlo.

Aonung estuvo rallado todo el trayecto, dándole una y otra vuelta a lo sucedido sin poder dejar de pensar en el tacto de la piel de Neteyam, en su rostro con esos hermosos ojos de color ámbar. Intentaba responder sus propios interrogantes y desviar sus pensamientos hacia que era un hombre al que le gustaban las mujeres, y que de ningún modo acabaría con un hombre. Esto derivó en otra bronca interna en la que decía que era imposible que le gustara un mono azul, que eso era asqueroso, y que en el caso de querer a un chico, sería cualquiera menos él.

Mentirse a uno mismo es probablemente lo único que Aonung hacía bien a esas alturas.  Se había convertido en un maestro del engaño. No permitía a nadie entrever si quiera una décima parte de su verdadero yo, tan vulnerable. Para él, su mayor debilidad era su cabeza, pues ella era la que imponía sus reglas y una sola palabra, era capaz de destruir la fortaleza que se había construido, aunque el dolor lo procesara interiormente.

Neteyam intentaba centrarse, sabía que sería olo'eyktan un día y necesitaba una compañera a su lado, no a un hombre. Quizás si su papel fuese otro, eso pudiera haber llegado a suceder. Pero por desgracia, o gracias a, tendría que dejar ese futuro para un mundo alternativo. Se olvidó de Aonung, porque eso era lo que debía hacer.

Solo caminó hacía delante, con la vista al frente y se unió a sus hermanos. Mientras tanto Tsireya se acercó a su hermano.

-Parece que se está cuestionado su sexualidad por ti - ríe  un poco mirando a su hermano dándole un pequeño codazo haciendo un gesto hacia Neteyam.

-No digas tonterías Tsireya, somos hombres y eso no está bien, él no tiene que dudar nada y yo tampoco - dijo autoconvenciendose.

-¿Así que dudas? -le preguntó Tsireya sonriendo divertida.

-Ahg, callate ya, eres una pesadilla, claro que no dudo, por favor, que asco. - fingió una arcada.

Neteyam le había escuchado y eso sinceramente le llegó al alma. Le dolió  bastante, pero no iba a dejar que se le notara. De todas formas solo era la opinión de un pez absurdo.

Cuando llegaron al oasis, todos bebieron ansiosos del agua. Estaban muertos de sed. Neteyam mientas  bebía, encontró su mirada en la superficie del agua, viéndose reflejado en esta. Se quedó mirándose unos segundos, a él no le parecía ser tan feo, pero luego miró unos segundos a Aonung que estaba al frente y bajó  la mirada a la superficie del agua.

Aonung se dio cuenta, y supo entonces que les había escuchado. No quería ir a consolarle, no porque le diera asco, sino por que pudieran crecer más  los sentimientos que Neteyam sacaba a la luz.

Choque Cultural  Neteyam×Ao'nungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora