Neteyam estaba confundido ante la reacción de Aonung, quiso ir tras él para intentar hablar con él antes de que volviera con los demás; pero por desgracia, no había sido lo suficientemente rápido.
Dejo las cosas estar durante el día, no quería incomodarlo. En ese tiempo, apesar de que estuvo pensando en Aonung todo el tiempo, por fuera parecía concentrado en otras cosas, como su hermana Tuk a la que llevaba a caballito para poder seguir el ritmo de los demás y que no les dejaran atrás.
En la noche, después de cenar, sus hermanos ya se habían ido a la carpa a dormir porque había sido una jornada muy dura. Sin embargo a Neteyam le tocó hacer guardia. Estaba sentado al lado de la fogata, con una manta por encima, pues a pesar de que por la mañana había hecho un calor horrible, el contraste por la noche era todo lo contrario, un frío que helada hasta los huesos.
Estuvo mirando las llamas en silencio, quizás pensando o simplemente atontado con los dibujos que realizaban las ondas del fuego. Echaba de menos el bosque, sobre todo echaba de menos a su ikran al que no habían dejado llevarle.
Pero pronto sus pensamientos se perdieron en unas piernas que se detuvieron justo al otro lado de la fogata. Era Aonung.
-Es mi turno, puedes irte- dijo Aonung esperando a que el contrario se esfumara de allí para estar tranquilo. Sin embargo Neteyam no parecía tener prisa por irse.
-¿Me estás escuchando?-dijo Aonung
Neteyam le miró unos segundos en silencio antes de responder.
-Si, pero antes de irme creo que me debes una conversación.
-No tengo nada que hablar contigo, así que piérdete
Neteyam se levantó del suelo y se acercó a Aonung, algo serio. Se situó a escasos centímetros de él.
-A mí no me hables así , no te he hecho nada, solo he intentado ser agradable contigo... si tienes la cabeza hecha una mierda no es mi problema, así que no lo pagues conmigo
Aonung le miró a los ojos y le empujó un poco hacia atrás.
-Hay algo llamado espacio vital, ¿Sabés lo q es?
Neteyam se tambaleó un poco, estuvo apunto de caerse hacia atrás cuando Aonung rápidamente le agarró del brazo tirando de él de modo q con el impulso Neteyam acabó chocando con Aonung.
Neteyam pronto recuperó la compostura y se alejó de Aonung un poco.
No dijo nada, y se fue bastante incómodo con las orejas gachas.
Aonung le siguió con la mirada y luego se sentó frente al fuego.
Se quedó mirando al cielo, observando el cielo estrellado mientras pensaba en su hogar, en su hermano espiritual...
Se autoconvencia así mismo de q olvidarse de Neteyam sería lo mejor para los dos.
Estar cerca de él le proporcionaba mariposas en el estómago, pero una vez q salía de esa burbuja de ensueño, las mariposas parecían intentar matarlo desde dentro. Sentía una presión en el pecho, como si sus sentimientos fuesen una carga q le impedía caminar.
¿Le quería o solo era un capricho?¿Entonces por qué se sentía tan mal al privarse de estar con él?
Todo era contradictorio, sentía q cualquiera de las opciones eran malas.
Pero asumió q eso solo era una fase, q al volver a casa Neteyam se quedaría atrás y esas horribles sensaciones desaparecerían.
Pero... siempre rondaba en su mente la misma inquietud, ¿ y si esta vez esta es la persona q necesito en mi vida, y si estoy dejando escapar la oportunidad?...¿me acabaré quedando solo?
La vida es así, muchas preguntas y pocas respuestas...
Llorar alivia momentáneamente esos sentimientos, sino preguntárselo a Aonung... sin embargo, cuando ya no quedan lágrimas y solo un dolor de cabeza, es cuando te das cuenta de q es necesario escoger un camino por tu bien.
Aonung escogió el suyo, puede q más o menos incorrecto, pero eso ya lo sabremos más adelante.
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Choque Cultural Neteyam×Ao'nung
Lãng mạn¿Que sucedería si los sully jamás hubieran abandonado el bosque? Tras 15 años de vida, Neteyam junto Kiri, Lo'ak y Tuk, viajan con su padre para el encuentro con las diferentes tribus que habitaban Pandora. Cada Tribu era un mundo nuevo para ellos...