Capítulo 7

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Aonung al oír la voz de Neteyam, empezó a caminar en su dirección  en silencio,  de mala gana porque no quería  hablar con él  en ese momento. Sus sentimientos hacia Neteyam estaban realmente distorsionados, le gustaba, pero a la vez le cansaba, no se sentía  cómodo sobre todo porque los demás opinaban acerca de sus sentimientos cuando él ni si quiera los comprendía a ciencia cierta.

Se sentía atado a una persona con la que ni si quiera había hablado más  dos veces y casi todas sus palabras habían  sido insultos. Estaba confundido porque se sentía abrumado ante el enredo de emociones que se había  formado en su interior.

Cuando encontró a Neteyam, este se acercó  a él.

-¿Estás bien?- le preguntó  Neteyam, él  quiso evadir la pregunta rápidamente.

-Vámonos- dijo empezando a caminar, al principio Neteyam le miró  confundido, luego se acercó a él  por detrás  y le tomó del brazo deteniéndole.

-Oye, ¿qué te pasa?¿He hecho algo ahora q te haya ofendido? Ya sé q no soy de tu agrado pero al menos podrías disimular un poco sabes... -al darse cuenta de que estaba sujetando a Aonung, le suelta- mira, sé que te doy asco... es bastante evidente... pero sólo quiero hacer amigos aquí,  no quiero decepcionar a mi padre después  de todo lo que se ha esforzado para traernos a mí  y a mis hermanos aquí... no te pido que seamos mejores amigos ni nada por el estilo, solo que nos llevemos bien al menos por estos días,  ya luego no nos tendrás que volver a ver nunca más  si eso es lo que quieres...

Neteyam le miró a los ojos agachando las orejas.

Aonung se quedó  unos segundos en silencio  mirandole,  luego miró  a otro lado suspirando y miró a Neteyam de nuevo.

-Por favor, déjame en paz, tienes aquí  más  gente aparte de mí,  así que deja de buscarme por favor, no quiero hablar contigo, es más no quiero estar contigo, no quiero tener nada que ver contigo... por eywa darme un respiro, la gente también  necesita pensar sobre sus cosas no eres el centro del universo, al menos no del mío,  así que dejarme en paz todos, no quiero saber nada de ti, ni de tus ojos, ni de tu pelo, ni de tus hermanos, ni si quiera de tu hermosa sonrisa, dejarme en paz ya- dice rápidamente, cuando se da cuenta de lo que ha dicho, sale de allí  rápidamente.

Neteyam se queda clavado en sitio, sin palabras al respecto, sorprendido sin saber cómo reaccionar. No entendía absolutamente nada de nada.

Aonung volvió  con el resto, avergonzado, sintiéndose realmente estúpido,  nunca se había  sentido tan incómodo ni tan vulnerable como en ese momento, ahora sólo deseaba ir a casa o simplemente  llorar para desahogarse, para liberarse de los sentimientos que le atormentaba, para intentar encontrar en su cabeza una respuesta  pata todo lo que estaba pasando.

Cuando vió a su hermana acercarse rápidamente  se alejó,  no quería saber nada de ella tampoco, ella era la que la estaba infundiendo todo eso, la que le estaba haciendo creer que había  algo cuando no era así, la que le ilusionada con algo que no salía de si mismo, le estaba llevando por un camino en el que él no se sentía bien consigo  mismo porque nunca había  llegado a pensar que podría estar con un chico y menos quería  estarlo porque no quería darles una noticia así a sus padres cuando él iba a ser el próximo olo'eyktan, el necesitaba una tsahik, no otro olo'eyktan.

Estaba abrumado, aguantando los ojos llorosos para que no terminaran de salir las lágrimas que amenazaban con tomar ventaja de su debilidad.

Quería ayuda, pero no sentía que nadie pudiera dársela allí.  En esos momentos era cuando se acordaba de su mejor amigo Rotxo, quien siempre fue, es y será su mayor apoyo y el mejor consejero. Ahora era cuando necesitaba de sus sermones o simplemente que lo escuchara para intentar desatar el nudo  que se le había  formado en la garganta, impidiendole  soltar palabra o si quiera respirar con normalidad.

Choque Cultural  Neteyam×Ao'nungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora