CAPÍTULO 7

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¿Qué ocurre?

Louis intentó ver en la dirección en la que él estaba mirando, pero no vio nada fuera de lo común en la penumbra. Apenas pudo distinguir el contorno de las colinas a lo lejos, y el sendero por el que estaban descendiendo. Aunque mantuvo la mirada fija un largo rato, nada se movió. Estaba a punto de abrir la boca para preguntarle que había visto cuando él levantó la mano para indicarle que callara.

Harry se llevó el dedo a sus labios.

Louis cerró la boca y lo miró atentamente, observando sus reacciones. El seguía inmovil, escudriñando la oscuridad. El ojiazul echó otro vistazo hacia donde Harry estaba mirando, pero esta vez tampoco pudo ver lo que había provocado la reacción de él.

Sin embargo, la tensión de Harry era contagiosa y sintió que se le hacía un nudo en el estómago. Su corazón se aceleró, y tuvo que concentrarse en inhalar por la nariz para mantener la respiración controlada.

Harry continuó observando fijamente un momento más, y luego se volvió hacia él. Por un instante, sus ojos brillaron encendidos, como llamas verdes. Louis contuvo una exclamacion, pero enseguida se volvieron negros como el carbon en plena noche, y el se pregunto si habria sido su imaginacion.

El viento pareció arreciar mientras estaban allí detenidos y los envolvía con rafagas como latigazos. Silbaba en los oídos de Louis, pero por encima del sonido del viento, alcanzó a detectar un leve aullido. Harry  había dicho que no eran nada de lo que preocuparse, pero su postura rígida indicaba lo contrario.

–¿Lobos? – pregunto, articulando las palabras pero sin emitir sonido; estaba demasiado asustado para hablar.

Harry asintió. Louis volvió a mirar el paisaje que tenían por delante, escudriñando la hierba oscura en busca de siluetas de animales. Seguía sin ver nada.

–¿Qué vamos a hacer? – susurro. Inconscientemente, la inquietud le había hecho acercarse a él en busca de protección, y pudo susurrarle al oído.

–Al pie de esta colina hay una cabaña abandonada. Harry también respondió con un susurro, pero ferviente. –Necesitamos llegar hasta allí. Vamos a tener que ir más rápido, Louis.

–Pero ¿dónde están? –pregunto.

–Eso no importa ahora; tenemos que movernos.

Sus palabras lo asustaron. Escudriño la oscuridad, un poco con la esperanza de que el peligro se revelara, y otro poco, con la esperanza de que no lo hiciera. No vio nada, pero era como si la oscuridad estuviera haciéndose más densa. Incluso el suelo, a sus pies, era ahora solo una sombra negra. Si intentaba acelerar el paso, se caería, y probablemente arrastraría a Harry con él.

–Harry, no veo nada –murmuró, con la voz estrangulada por el miedo.

–Estoy contigo– respondió él, y la seguridad de su voz le dio coraje y alejó el frío que sentía en el pecho.

"EL BARQUERO DE ALMAS" (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora