CAPÍTULO 13 (El Valle)

10 2 0
                                    

2/2

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

2/2

Cruzar el valle debería haber sido una caminata bastante agradable. El camino era llano y ancho, hecho de piedras que le recordaron a Louis los paseos por el campo, siguiendo las vías abandonadas del ferrocarril. Recorría, sinuoso, la depresión que había entre las dos colinas. Los márgenes no daban la sensación de encierro ni de límites, sino que formaban una pendiente suave y ondulada, cubierta de hierba corta y flores silvestres. Era un cuadro perfecto. O lo habría sido, de no ser por las paredes verticales que se alzaban desde las pendientes a los márgenes del camino. Los acantilados iban curvándose hacia adentro a medida que ascendían, y encerraban el cielo hasta que apenas quedaba una ranura de luz que no alcanzaba a disipar las sombras que cubrían el suelo. El lugar estaba envuelto en oscuridad. Louis se estremeció cuando lo envolvió la fría sombra. A su lado, Harry iba callado y tenso, a paso rápido y mirando constantemente alrededor. La tensión de él disparó la de el ojiazul. Louis no se atrevió a observar los alrededores; mantuvo la mirada al frente y deseó que el recorrido transcurriera sin incidentes. Con su visión periférica, apenas divisó movimiento de murciélagos. No, no eran murciélagos, comprendió. Eran espectros. Bajaban como guadañas por las paredes de piedra y luego volaban en círculos bajos sobre ellos. Louis aferró con fuerza los dedos de Harry, intentando no mirarlos, pero no podía ignorarlos. Aguzó el oído en busca de los aullidos ya familiares pero inquietantes que ahora asociaba a los demonios, pero en el aire no se oían chillidos agudos y quejumbrosos. Sin embargo, sí había otros ruidos. 


—¿Oyes eso? —preguntó, nervioso. 

Harry asintió con expresión sombría. 

Parecía el rumor suave de mil susurros. Aunque no se distinguían palabras, era igualmente un sonido amenazante. 

—¿Qué es? —preguntó, con voz insegura. Miró hacia uno y otro lado escudriñando el cielo, los acantilados, en busca del origen del sonido. 

—No viene de arriba —le informó Harry—, sino de debajo. Escucha el suelo. 

A Louis le pareció una petición extraña, pero intentó concentrarse en los ruidos que pudiera detectar bajo sus pies. Al principio, lo único que oyó fue el crujir de los pies de ambos sobre los guijarros que cubrían el camino y el rodar de las piedrecitas que desplazaban, pero ahora que estaba prestando atención, se dio cuenta de que aquellos susurros espeluznantes provenían, en efecto, de debajo. 

—Harry, ¿qué está pasando? —preguntó, en voz casi inaudible incluso para el mismo. 

—Los demonios. Están reuniéndose debajo de nosotros. En cuanto descubran una oportunidad de atacar, se levantarán en masa. Es lo que hacen aquí. Siempre. 

"EL BARQUERO DE ALMAS" (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora