CAPITULO 33

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Nevan paso dos días enteros llamando a su bebé por el nombre que habían elegido para ella, la emoción de multiplico para él cuando Scott le regalo un babero con el nombre de Emily bordado. Lo guardo a buen recaudo, no quería que le volviera a pasar lo mismo que con el gorrito, por suerte Celia había conseguido encontrarlo.

-Emily, buenos días... - la despertó con cuidado, su bebé tenía muy mal despertar, lo pateaba con fuerza si no quería que su sueño terminase. - ¿Has dormido bien? Papá a soñado con que estábamos con Jaxon, en nuestra casita, nos íbamos a dar un paseo, tu dormías en su brazos, mi bebé.

Se preparó para salir temprano de la habitación, aún faltaba un cuarto de hora para que abrieran la cafetería, así que se lo estaba tomando con calma. Emily lo saludo cuando dio un pequeño golpe sobre el vientre, luego se quedó tranquila hasta el desayuno.

-Vamos a comer, no te preocupes... - la bebé hizo un pequeño bulto sobre el vientre de Nevan. – Papá tiene que esperar un poco, no seas impaciente, bebé.

Esa mañana se avecinaba calurosa, las temperaturas habían subido mucho en los últimos días, Nevan se permitía ir con manga corta dentro del hostal. Si osaba salir al jardín así, Celia lo obligaba a ponerse una chaqueta, por si acaso. Nevan llamaba a los gatitos para que lo ayudaran, pero la beta no dudaba en regañarlos a todos. Los gatitos, sobre todo Travis, eran severamente castigados por ella, por desordenar el jardín. Tenían que estar al menos cinco minutos sin sus juguetes, Celia no podía retenerlos por más tiempo.

-Señor Smith ¿su mano se encuentra mejor hoy? – el alfa asintió. – Fue al médico ¿verdad?

-Es una herida débil, no te preocupes, Nevan. – sonrió. – Duele un poco cuando intento mover el dedo gordo, pero no es nada que no pueda soportar.

-Debiste tener más cuidado, sabias que la pistola tenía el seguro quitado, viste como el señor Taylor la quito. – Nash comenzó a reír, no era la primera vez que lo regañaba por eso. – No volváis a discutir ¿De acuerdo? Puede ser peligroso.

-Lo tendré en cuenta... - Nevan asintió orgulloso, había conseguido dominar a Nash, ahora tenía que hacer lo mismo con Scott. - ¿Cómo os encontráis hoy, habéis dormido bien?

-Mi tripa pesa mucho estos días. – Emily estaba tranquila en aquel momento. – A veces se me dificulta hacer algunas cosas, como recoger los calcetines del suelo.

El omega se sintió atacado cuando Nash empezó a reírse de él, lo miró con indignación cuando vio que su amigo no podía parar de burlarse de él, haciendo que este se riera aún más. Nevan cruzó sus brazos para dar un aire más aterrador pero no lo consiguió. Nash se las iba a pagar cuando pudiera correr, el alfa no podría esconderse en ningún lugar del hostal.

-No es gracioso, a veces creo que los he perdido y tengo que buscar otro... - Nash se cubrió la boca para que no lo viera. – Malvado, señor Smith, eres un hombre malvado.

-Lo siento, Nevan. – su risa tonta lo ganaba. – No quería burlarme de ti, pero me pareció muy tierno.

-No te reirías tanto si fueras tu quien perdiera sus calcetines por tener una tripa gigantesca. – se quejó. – Y no es lo único que me está pasando estos días, señor Smith, creo que estoy empezando a olvidar las cosas.

-Eso es muy grave. – Nevan asintió, a él también se lo parecía. – Deberíamos avisar a Celia, por si acaso.

-Bueno, no creo que sea tan grave. – confesó con una pequeña sonrisita. – Anoche cuando me fui a acostar me tome una magdalena, y olvide que lo había hecho, así que me tome otra. Es una vida muy dura.

Nevan espero a que Nash se empezará a burlar de él, para amenazarlo con su pantufla, el omega confirmo que tenía una buena puntería, y que si quería podría darle en la cabeza. Nash lucho por contener la risa ante la atenta mirada de Nevan, que sujetaba la pantufla con la mano. Entorno los ojos para que se detuviera, esa mañana el alfa estaba demasiado guasón con él, lo debía castigar.

Hasta el final del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora