CAPITULO 114

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Los últimos preparativos para la llegada de Hailey estaban listos, Scott quería asegurarse de que la pequeña contaba con una habitación propia en casa, aunque no fuera a usarla por un tiempo. Oliver tuvo prohibido hacer la mitad de cosas. Orión siempre le interrumpía cuando intentaba montar la cuna, Emily se encargaba de entretenerlo para que no hiciera nada. Woody y Junior avisaban a todos cuando Oliver se movía. Todos se habían convertido en una pequeña piña para cuidar a Oliver.

-He preparado una limonada. – sonrió Lily. – Le sentará muy bien a mi sobrinita, hace mucho calor.

-Gracias, Liliana... - la beta la miro de reojo. – No te preocupes, estamos bien.

-Hailey, tu papá no me deja estar a tu lado. – se quejó. – Ya quiere que me vaya.

-No te estoy diciendo que te vayas... - rio Oliver. – A Hailey le gusta que le hablen, está acostumbrada a escuchar a Scotty todo el tiempo, se mueve mucho cuando le escucha.

-¿Cuánto queda para que nazca? – pregunto con una sonrisa pícara. – Ni siquiera nos has querido enseñar sus ecografías en condiciones. – se volvió a quejar. - ¿Seguro que tienes un bebé?

-Pon la mano en mi vientre y lo sabrás. – se burló. – Hailey se molesta mucho cuando estoy tanto tiempo sentado, mírala... - rio. – Quiere que me mueva.

Scott estaba pintando la habitación junto a Nevan, con Oliver habían decidido que la decoración sería con osos, Emily les había dicho que los osos le daría un aspecto terrorífico a la habitación. Así nadie le haría daño a Hailey.

-La pintura blanca se terminó, Scott... - Nevan le señalo el cubo con el pie. – Necesitamos una nueva.

-¿Cómo se ha podido acabar la pintura? La compramos ayer. – el omega comenzó a reír. – Nevan, no te estarás comiendo la pintura ¿verdad?

-Recuerda que pintamos el armario de blanco, porque no te gustaba el color. – sonrió. – También pintamos el techo para que las estrellas se vieran mejor, y por último, pintamos la pared donde pondremos el cambiador, el cubo no tiene más de dos litros. – el beta suspiro. – Solo podremos pintar la mitad de la otra pared con lo que nos queda.

Scott llamó a Lily, no quería que Nevan se encargue de todo mientras estaba fuera, sabía que el omega era capaz de pintar lo que quedaban sin la ayuda de nadie. Le había prometido a Celia que no le haría trabajar mucho, por la lesión que tenía en su muñeca.

-Compra más pintura blanca, por favor... - le dio el dinero que creía que iba a necesitar. – Puedes mirar si hay cestitas de bambú, quiero dos para las cremas y los pañales de Hailey, que no sean muy grande. – con sus manos calculo más o menos lo que necesita. – Una cosa así.

-¿Necesitáis algo más? – negó con la cabeza. - ¿Seguros? Pinceles, cinta o algo por el estilo.

-Estamos bien así. Si ves algo interesante, envíame una foto quiero verlo, no compres porque te gusta, necesito comprobar que sea bueno para la habitación de Hailey.

Oliver se preparó para salir con Lily y Emily no le gustaba la idea de quedarse más tiempo sentado, llevaba en el sofá desde hacía horas, apenas sentía sus piernas. Emily tan solo le dejaba moverse para ir al baño.

-Ayudaré a mi hermana, Scotty... - el beta lo miró de reojo. – No llevaré peso, no te preocupes, estaremos bien ¿verdad, Emily? – ella asintió. – Buscaré las lucecitas que quieres ponerle, en la revista vi un osito que me gusto. – apretó la mano de Emily para que lo dejará salir. – Además, quiero mirar unas cuantas cosas más para el hospital.

-Lily, cuídalo. No dejes que haga tonterías, si necesitáis algo, llamadme... - Oliver suspiro. – Si estás cansado, o te duelen los pies, debes decirlo, recuerda que te quedan tres semanas, ve con cuidado.

Hasta el final del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora