Orión intento llevarse a Scott con todas sus fuerzas, no quería que siguiera escuchado lo que estaba pasando al otro lado de la puerta, pero el beta se resistía en moverse. Su cuerpo se había convertido en piedra, por más que ordenara a sus pies que dieran un paso y echaran a correr, no podía, por más que quisiera gritar para que se detuvieran, no podía.
-Pequeño Scott, te llevaré a otro lugar... - le aseguro el alfa. – Vamos, ven conmigo.
-¿Tu lo sabias? – le volvió a preguntar. – Su sabias que Jax estaba aquí, pero no me dijiste nada. Tu sabias que Jax estaba aquí, por eso me preguntaste por un omega. ¡Lo sabias! – grito. – Tu lo sabias, lo sabías, Orión, lo sabias...
Scott comenzó a hiperventilar, sentía que el salón daba vueltas, notaba que su piernas se clavaban más al suelo, aunque las sintiera débiles, era una sensación extraña. Pensaba que iba a caerse, pero se mantenía rígido. Orión intentó tranquilizarlo de la misma manera que Oliver, pero sus intentos eran en vano.
-¡OLIVER! – gritar su nombre quemaba su garganta.
Dejaron de escuchar los gemidos y sus voces. Oliver y Jax se detuvieron, alguno de los dos dejó caer algo en el suelo, mientras el otro le pedía silencio. Oliver repetía que si se quedaban en silencio, Scott no se daría cuenta, qué pensaría que había su imaginación, Jax no respondía.
Orión sostuvo a Scott en brazos cuando este perdió el equilibrio, el alfa se asustó al notar que su amigo no respondía a nada, su respiración era cada vez más pesada y tenía pequeños espasmos.
-Fortachón, sé que puedes oírme... - grito. – Llama a la ambulancia, ya hablaras de lo que estabais haciendo más tarde, Scott no responde.
No sabía qué hacer, nunca había tenido que vivir una situación así anteriormente. Ni sus hermanos, ni sus padres se habían desmayado de esa manera. Orión buscó con desesperación su móvil al ver que Oliver no reaccionaba, le costó bastante marcar el número, sus manos temblaban de los nervios.
-Si le ocurre algo, iré a por vosotros dos. – les amenazó. – Oliver, si te importa algo tu pareja, haz el favor de salir. Aunque sea desnudo, he visto muchos penes antes, no me va a sorprender ver el tuyo, date prisa.
Desabrocho la chaqueta de Scott para que no sintiera tanto calor, y empezó a darle un masaje en el pecho. Había visto como el beta lo hacía cuando se sentía mal en el club, así que lo probó, quería que al menos abriera los ojos antes de que llegará la ambulancia.
-Sal de una vez, Oliver...- grito. – Sal, no te escondas, cobarde ¡Sal!
Sus ojos se achinaron al escuchar el click de la puerta, pudo notar un fuerte olor a feromonas omegas cuando el beta se asomó. No vio a Jax, pero estaba allí, lo más seguro era que estuviera escondido para que no lo viera. Oliver apenas se movió al ver a Orión, el alfa ignoró el hecho de verlo medio dormido.
-Tu sabes que hacer ¿verdad? – sonaba furioso. – Sabes qué hacer cuando al pequeño Scott le pasan estas cosas ¿no? Ayúdalo.
-Pensé que él... - Orión le grito que se diera prisa. - ¿Por qué tuvo que venir?
-Vive aquí ¿Recuerdas? – el alfa puso una almohada en las piernas de Scott, no sabía para que servía, pero lo había visto hacer antes. – Estaba preocupado por ti, idiota. Estaba preocupado por tu y has tenido la poca decencia de hacer algo así...
Oliver no le decía nada, Orión estaba a punto de reventar por la poca empatía que estaba mostrando el beta, no podía ignorarla tan a la ligera, no de esa manera. Scott no sé merecía conocer la verdad de esa forma.
-Fuiste tú quien le envió el mensaje a Jax. – el beta aparto la mirada. – Esperaste a que Scott se fuera para pedirle que viniera aquí, idiota.
-No es como tú crees, yo no quería que Scotty... - se quedó en silencio cuando el beta comenzó a toser. - ¡Scotty! ¿Estás bien? – no hubo respuesta.
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Hasta el final del camino
RomanceDespués de la extraña desaparición de su alfa, Nevan se encuentra solo en su nueva vida. Sin nadie que pueda ayudarlo. Su única esperanza es mudarse al barrio de los omegas, un lugar donde descubrirá que no todo es tan fácil como parece. Solo y si...