CAPITULO 75

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La encargada de despertar a todo el mundo fue Emily, la pequeña puso la música en alto para que se fueran levantando de la cama, mientras iba comprobando que no se olvida de ninguno. Su papá fue el primero en abrazarla, y le rogo que durmiera un poco más, pero ella se negó. Debía darse prisa para despertar a los demás.

-Es muy pronto, princesa. – Emily inflo sus mejillas, negándose a que Nevan la volviera a acostar en la cama. – La lancha no sale hasta dentro de cinco horas.

-Llegaremos tarde. – le respondió indignada. – El tío Scott tarda mucho en comer. – se excusó. – Seguro que llegaremos mil horas más tarde, y no podremos ir.

-Son las cuatro de la mañana. – su hija le hizo un puchero. – La lancha nos esperará hasta las nueve, no te preocupes.

-Papá, no puedo dormir. – se quejó. – No quiero llegar tarde, para el regalo de mi papá, no podemos dormir más.

Nevan consiguió dormirla de nuevo, aunque le costó bastante. Emily se negaba a cerrar los ojos por si acaso, necesitaba asegurarse de que llegarían pronto, tenía miedo de tener que ir nadando hacía la isla. Ya que aún no había aprendido a hacerlo, las clases de Oliver eran muy complicadas, tragaba mucha agua salada cuando él le enseñaba.

-Nevan ¿ocurrió algo? – el omega negó con la cabeza, al ver a Scott, el beta parecía asustado. - ¿Qué era esa música?

-Emily se despertó. – respondió de manera divertida. – Tiene miedo de que lleguemos tarde, dice que el tío Scott come muy lento y tardaremos mil horas en llegar. – el beta se rio. – Estamos bien.

-Te gustará tu regalo. – sonrió con cariño. – Me asegure que todo fuera hermoso para ti.

Oliver esperaba a Scott detrás de la puerta, hacía apenas unos minutos que habían llegado de su paseo, así que aún iban vestidos con ropa de calle. El beta espero a que Scott le diera el visto bueno, para poder ir a su habitación, había sido una noche agotadora y emocionante a partes iguales.

-Podríamos darnos una ducha. – le guiño el ojo. – Tenemos que quitarnos toda la arena, Oli.

-Es muy tarde, Lily se despertará si vamos al baño. – Scott le hizo una pequeña mueca de tristeza. – Puedo lavarte los pies con toallitas húmedas, si es que te molesta, espera... - beso su mejilla. – Voy a buscarlas.

Scott se sentó decepcionado en la cama, a Oliver aún le costaba captar sus indirectas, aunque intentará ser lo más claro posible. Paso su mano sobre la nuca, unas horas antes Oliver le había besado durante varios minutos y seguía sintiendo sus labios en la piel. Scott fue unos pasos lejos de lo que quería, estaba entre asustado y feliz por la proposición de Oliver. Aunque le seguía teniendo miedo a ser abandonado de nuevo por él.

-Las conseguí. – le dijo orgulloso, con el paquetito de toallitas en la mano. – Por suerte, Nevan siempre deja algunas en el baño. – el beta aparto la mirada. – Déjame ver tus pies, sé que eres un poco tiquismiquis con la arena. – se burló. – Limpiaré entre tus dedos también, no te preocupes, puedes descansar si quieres, hemos camino mucho.

-Oli... - su voz sonaba ronca y cansada. - ¿Lo estamos haciendo bien? No crees que vamos muy rápido, apenas llevamos un año juntos y ya quieres que nos mudemos juntos definitivamente.

-Estoy seguro de que estás cansado de cargar tu maleta a todos lados. – le sonrió con cariño. – Además, me gusta mucho que estés en casa, se siente muy vacía cuando te vas.

-¿Qué opina Lily sobre esto? – Oliver no le respondió, estaba demasiado enfocado en limpiarle bien los pies. – Oli, sé que me estás escuchando.

Hasta el final del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora