Recorriendo los rincones, campos, alrededores, jardines, desiertos, ríos, mares; en la emoción y determinación de plasmar y descubrir los distintos lugares de la tierra y sus hábitats poblados puedes ubicar un reino bastante particular. Has escuchado bastante de estos, pero ¿has escuchado de un reino turco-español? De alguna forma es un reino estéticamente más cercano al reino de España pero conserva ciertos comportamientos del Imperio otomano; aunque contrario a tu posible pensamiento, no contrae la religión musulmana o católica como tal. Este pues, es el reino del actual Sultán Samuel VII: el Reino Santa Karma.Es un pequeño reino de tierra fértil y mediterránea, que se ha mantenido bastante estable. Los habitantes son un poco egocéntricos a primera vista, pero aún así les puedes agarrar cariño. Siempre hay una forma de resolver los conflictos internos ya que el Sultán le da prioridad a la legislación, de hecho, los habitantes les gusta referirse a él con el sobrenombre de "Sultán de las reglas"; otros sobrenombres son "Sultán de la simetría" por sus muy avanzadas reformas en la civilización o como todo nativo le llama a sus gobernantes "Linaje de dioses".
Este joven Sultán, que era muy bien venerado se encontraba en la zona reservada para sus cónyuges y concubinas: el harén, específicamente en el salón imperial del harén. Aquel lugar de resguardo y descanso al que sólo él y los eunucos podía acceder es donde sus cónyuges y concubinas le servían de compañía y entretenimiento. En esta ocasión le prepararon un baile para su entretenimiento, y cuanto terminó el espectáculo les miró con total orgullo hasta llegar a Dulcinea, una de sus kadyns.
—¿Se va ya, Sultán? —expresó tomando delicadamente la mano del sultán para besarla— ¿No querría su majestad pasar más tiempo con nosotras?— tal comentario provocó una risita simpática.
—Descansen. —se desprendió de ella para aproximarse a la puerta.
Al caminar acompañado por los pasillos se detuvo en un balcón, se adentró tomando el frío aire de esa tarde-noche, notando en el cielo el alba, admirando las simétricas casitas de los habitantes, admirando el caminar de estos... hasta llegar a cierto espectáculo. Un hombre era llevado por los guardias mientras dejaban atrás a su familiar. Aquel familiar que se quedó embobado por el palacio traía una capucha, que indicaba que seguro era pastor de ovejas, una túnica blanca con pantalones negros y zuecos marrones de calzado. A el Sultán le parecía familiar, creyó verle en las muchas veces que asomó su cabeza por las ventanas, mas lo que le llamó la atención fue que esta vez esa persona alzara la cabeza, encontrando sus rasgos faciales...
—Su majestad.
—Guillermo, ¿Para qué busca mi presencia? —dijo saliendo del balcón para informarse cara a cara por el Gran Visir.
—Su majestad, le traemos un asunto. —Los presente en el pasillo se adentraron al salón del trono, donde el Gran visir se posicionó junto a sus compañeros visires al lado del Sultán mientras que uno de los eunucos acompañaba a las sirvientas a otra habitación para hacer su trabajo — ¡Traed al campesino!
Se abrieron las puertas, trajeron al llamado por los brazos y obligaron a que se arrodillara.
—Sultán, es mi deber informarle que este campesino, Rafael Doblas no ha dado el tipo de mercancía que prometió dar. —Parado al lado se encontraba el Conde Luzuriaga, un hombre delgado, de cabellera castaña, quemado por el sol y con tranquilo semblante, que por su título era un allegado del monarca—Como ya sabrá, a este hombre se le paga por su hacienda para el comercio exterior y la proporción de alimento en el castillo. Afortunadamente la mercancía que viene a parar al exterior es buena, sin embargo, la que viene a parar al castillo no era de muy buena calidad. También me di cuenta de que estaba incompleta.
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Haseki Sultán《AU #rubegetta》#karmaland
Fiksi PenggemarSamuel VII (Vegetta) es un Sultán con un gran grupo de concubinas que se dedican a ser mera compañía y entretenimiento para su señor. Un día se consigue a un khuntha, el cual a diferencia de las demás no se conforma con esto, y hará todo lo posible...