Renjun bajó del autobús y caminó hacia la entrada de la escuela, topándose con todos sus amigos.
—¿Qué hacen? —preguntó, acercándose.
—Esperábamos un milagro y acaba de llegar, vamos. Hace frío —dijo Shotaro apuntando hacia adentro con la cabeza.
Renjun se dio cuenta de que las personas estaban más alocadas que el día anterior, se reían de manera más exagerada y robaban miradas a sus pretendientes.
—¿Qué se supone que pasará con la semana de deporte? —preguntó el castaño, dejando sus cosas en la mesa—, solo me han dicho que es una festividad para conseguir pareja.
Jeno lo abrazó por los hombros. —Debemos escoger nuestra categoría, en que vamos a participar y así.
—¿Qué pasa si no quiero participar? —se cruzó de brazos. No quería volver a tener ese accidente. No había tiempo para eso.
Shotaro lo despeinó. —Lamento decirte que es obligatorio.
—Voy a fingir mi muerte hasta la próxima semana. Podría apuntarme como el que reparte el agua, es un trabajo forzoso igual que los demás.
Yangyang negó. —No puedes, Junnie.
—Ustedes no son buenos amigos.
El profesor a cargo les pidió volver a sus asientos y comenzó una clase con la mitad medio dormida. Renjun debía prestar atención a todo para que su presente no estuviera tan en decadencia como lo imaginaba.
—Vamos a comer —dijo Chenle desde la puerta a los demás.
Caminaron hacia él y un grupo de chicas se acercaron para entregarle cartas a los amigos de Renjun. Chenle lo alejó de ahí.
—Creí que te aplastarían —le confesó.
—Gracias, yo también pensaba lo mismo, pero no podía salir —ambos rieron divertidos y esperaron un poco más allá por los demás—. ¿Tú ya recibiste cartas de amor, Lele?
El anaranjado levantó una de sus cejas. —¿Soy Lele ahora?
—No empieces, ayer casi se me revienta una vena con esos idiotas —Chenle sonrió—. Les cambié el nombre a todos para que vean lo unidos que nos hemos vuelto —le enseñó su celular con su nombre—, ¿lo ves?
—Al fin. Ya parecía que junto a mi nombre saldría Chenle escuela o algo así.
—Lo pensé —se burló.
Estuvieron bastante tiempo esperando que terminaran de hablar con las chicas hasta que a Renjun le dio mucha hambre y arrastró a Chenle hasta la cafetería.
—¿No vas a esperar a tus demás novios?
Renjun levantó una de sus cejas. —¿Demás? Hasta donde yo sabía, estoy disponible.
—Eres cruel con el pueblo —ambos hicieron la fila con un chico alto de cabello blanco delante de ellos que reía de vez en cuando por lo que ambos hablaban.
—¿Cómo es que tienes tantos pretendientes? —preguntó, dándose la vuelta.
El castaño sujetó su billetera. —Yo te conozco, eres el chico de la tienda a la que fuimos hace unos días. ¿Qué haces aquí?
—No te metas en conversaciones ajenas, muchacho —le reprendió Chenle.
—No pude evitar escucharlos, lo siento. Y respondiendo a tu novio, estudio aquí. ¿No lo sabías? Pensé que ya me conocías.
—No, ni idea. Apenas y te vi en la tienda.
El ruido en la cafetería de repente se marchó y los tres se voltearon a ver que sucedía. El grupo había entrado en busca de ellos.
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17 otra vez ☆ Renjun Harem ☆
FanfictionUn viaje al pasado para reparar lo que nunca rompió, lleva a Renjun al borde de la locura. 🐶☀🐰🐑🦦🐬 🦊 🐹🐯 ☘ Advertencias☘ Mención de armas Drogas Palabras malsonantes