17 otra vez ☆ Renjun Harem ☆

¿Salida o cita grupal?

El castaño despertó temprano y se dio una ducha rápida antes de cargar la batería de la cámara. Bajó las escaleras y entró a la cocina donde su mamá preparaba su desayuno antes de irse a trabajar.

—¿El sábado también? —preguntó algo triste.

—Lo siento, cariño. Pero mañana podemos ir a comer, ¿qué te parece? —Renjun asintió—. Muy bien, dejé algo de dinero en la mesa y preparé el almuerzo por si tus novios quieren venir a comer contigo.

—No son mis novios, mamá. Pero gracias, hoy iré al cine con todo el grupo, no creo volver tarde. Puedo preparar algo delicioso para cuando llegues.

Su mamá asintió y le besó la cabeza con suavidad. —Ten un poco más de dinero, diviértete Junnie.

Después de un rato, el pobre castaño ya estaba solo. Se preparó una taza de té y sacó el panecillo que su mamá había llevado la noche anterior. Caminó hacia la sala y encendió la televisión, acomodándose en el cómodo sofá que el novio de su mamá les había regalado. (El novio de la ex señora Huang es el jefe)

Renjun no se dio cuenta cuando se quedó dormido mirando la televisión.

Oye

Ya es tarde

El castaño no abrió los ojos y casi parecía que no estaba respirando.

Todavía no es tiempo

¿Qué está pasando?

¡Renjun!

¡Huang!

Un trueno se hizo escuchar y el castaño dio un salto en el sofá.

Miró el reloj de pared y fue a la cocina para dejar lo que había usado en el lavaplatos. Subió las escaleras y se cambió de ropa como para ir a una cita con muchas personas.

Su celular tenía un par de llamadas perdidas de sus amigos y un mensaje de Mark avisándole que si irían con ellos a la "cita".

—Muy bien, entonces no será necesario rastrearlos para poder tomar fotos.

Yangyang lo llamó justo cuando iba a responder el mensaje de Mark y atendió la llamada de inmediato.

—Buenas.

—¿Buenas? Huang Renjun pensé que te había pasado algo, no contestaste mi llamada.

—Perdón, me quedé dormido.

Su amigo se quedó callado. —¿Sabes qué hora es?

—Son las doce, ¿por qué?

—Acordamos vernos antes para conversar sin los demás.

Renjun no recordaba ese plan. —Lo siento, ¿quieres venir a mi casa? Mamá preparó algo de comida e hizo como para un equipo de futbol.

—Voy.

Ordenó un poco su pequeño y humilde hogar mientras esperaba a su amigo. Calentó la comida y acomodó las cosas en la mesa. Cuando tocaron la puerta se quedó de piedra.

—¿Qué hacen todos aquí? Incluso está Mark y Jisung.

—Yangyang quiso ser genial diciendo que lo habías invitado a comer contigo y como somos buenas personas, decidimos acompañarlos a comer lo que tu querida madre preparó —informó Haechan, entrando de los primeros—. Huele bien —abrazó a Renjun y le besó la mejilla—. Buenas tardes, joven.

Una vez que ya todos estuvieron dentro de la casa, Renjun cerró la puerta de entrada y los acomodó a todos en las sillas, rezando porque hubiera comida para todos ellos. Había exagerado un poco con lo del equipo de futbol, pero no sabía que Yangyang fuera tan hablador.