Rumores

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Jaemin se puso frente a Renjun para tapar la mirada y la chica levantó una de sus cejas. —Lo estás confirmando, Jaemin.

—No confirmé nada, solo no me gusta como miras a mi amigo.

—¿Amigo? Tú jamás serías amigo de alguien como él.

Renjun se apuntó y Yangyang le golpeó la mano, negando. —No pienses nada, Junnie. Mejor vámonos.

Todos asintieron, dejando a las chicas atrás. Haechan abrazó por los hombros a Renjun y caminó con él hasta las gradas donde los invitaron a jugar baloncesto.

Solo Haechan y él se quedaron a descansar.

—¿Te sientes bien, Junnie? —Renjun lo miró sin entender—. ¿No te afectó lo que dijo la chica?

—Para nada. Me da algo de risa, jamás pensé que en esta vida me dirían así.

—¿En esta vida?

—Quiero decir, en la vida. Nunca creí que tendría este tipo de rumores —Haechan asintió—. No deben enfadarse por algo así, no me afectan para nada y ustedes son los que terminan enfadados, ¿no lo crees?

—Es molesto escuchar como alguien le dice así a la persona que me gusta, Junnie. Te defenderé con todo lo que tengo.

Renjun le acarició el cabello. —Muchas gracias, Haechannie. Me alegra contar contigo.

—Cuentas conmigo para lo que quieras. Tú solo debes decirme donde enterramos el cuerpo y yo llevo todo —Renjun rio divertido y se apoyó en el hombro de su amigo—. No me pongas nervioso.

—Solo deja que me acomode, no hice nada llorón.

Haechan sentía como su estómago se apretaba con la cercanía de Renjun y su corazón no ayudaba latiendo tan rápido, esperaba que el castaño no pudiera oírlo porque ya estaba avergonzado.

—¿Estás incómodo? —preguntó Renjun, mirándolo hacia arriba. Haechan se sonrojó bastante y puso una de sus manos en los ojos del castaño—. Déjame ver.

—Te dije que no me pusieras nervioso, tramposo.

—¡No hice nada! —se quitó de su cómodo lugar y comenzó a hacerle cosquillas, tocándole el estómago con suavidad, haciendo que el pobre Haechan sintiera esas mariposas locas.

El timbre sonó y Haechan pudo calmarse. —Vamos a clases, Junnie.

Subieron las escaleras mientras los demás iban a darse una ducha porque habían sudado bastante por el juego. Haechan se sentó en el asiento de Jaemin mientras el rubio no llegaba.

—Ella está mirando hacia acá —le avisó Haechan, mirándola mal—. No me agrada y es su primer día.

La chica sonrió hacia ellos y se sentó como si nada. —No sé si mañana pueda volver a mi asiento, quizás me quede aquí el resto del año.

—Qué suerte tiene Jaemin. Él odia que las personas se sienten a su lado, por eso nadie lo intenta y siempre está solo, pero como eres tú, tienes permiso.

—¿Quieres sentarte con Jaemin? —Haechan negó de inmediato—. ¿Entonces?

—Torpe. Lo digo porque él puede estar junto a ti —Renjun se burló de su amigo—. ¿Qué es tan gracioso?

—No sé por qué ninguno de ustedes jamás se sentó conmigo, no es como que se los prohíba.

Haechan asintió. —Tienes razón. Pero tenemos nuestras razones, Junnie —el castaño lo miró, esperando que continuara—. No me mires tanto o me voy a derretir.

17 otra vez ☆ Renjun Harem ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora