Baekhyun estaba viviendo la más apasionada fantasía.
Baekhyun tenía su rostro contra las sábanas, sus senos presionados contra la cama mientras su culo empinado recibía las caricias de Chanyeol. Aún conservaba ese camisón negro, pero de las bragas solo quedaban unas tiras rotas en algún lugar de la recámara. Con sus manos apretó con fuerza la seda blanca, angustiado por lo ruidoso que podía ser, aunque a su amante no parecía importarle.
—Aguarda, mmmgh, es demasiado —sollozó.
Chanyeol, no obstante, siguió chupando el agujero con gula, saboreando los pliegues húmedos de su propio presemen. Con sus dedos, dos al menos, abrió el culo del chico y escupió. Metió la punta de su lengua y sus dedos, empezando a follarlo con descuido. Sus nudillos golpearon los pliegues y los forzaron, como si quisieran penetrarlo con su puño cerrado. La idea fantasiosa de hacerlo en algún momento puso su polla dura como un mástil y lista para
La polla de Baekhyun se había corrido hace rato, pero volvió a endurecerse con esos jugueteos que le nublaron el juicio. Él sabía que detrás suyo estaba Chanyeol desnudo y con su propio pene endurecido que de vez en cuando sentía contra sus muslos. Estaba siendo continuamente arrastrado al clímax, de un orgasmo a otro.
—Por favor...
Sus súplicas lastimeras llegaban claramente a oídos del boxeador. Era el deleitante llanto de un ave sumisa, con ese trinar tan elocuente. Chanyeol se irguió lo suficiente y volteó al muchacho para verlo a la cara. Los senos enrojecidos de Baekhyun bailaron y dejaron que la luz de la habitación resplandeciera sobre sus picos endurecidos.
—En otro momento te follaré de cara a la cama —murmuró Chanyeol, un comentario para sí que bien llegó a oídos ajenos—, ahora solo quiero verte cuando te tenga.
Baekhyun apretó la seda negra, no sabiendo realmente si debía quitarse el camisón o si... Pero Chanyeol se encargó de ello. Lo tomó por la cintura con mucho cuidado y le quitó ese camisón que apretujó sus pechos, luego lo dejó en el piso junto a la cama. Entonces descubrió una de las facetas más dulces del hombre.
—Cometería mil y una locuras en tu nombre, cariño —murmuró contra los labios mordisqueados de Baekhyun—. Estoy tan jodido por ti.
Baekhyun se sonrojó, un poco por esa confesión con una mezcla de groserías, y otro poco por la forma en la que las manos de Chanyeol estaban acariciando su espalda baja y su rostro. Lo adoraba.
La boca de Park tomó la otra, fue suave, pidiendo permiso e invitándolo a bailar en sus bocas e incluso fuera de ellas. Baekhyun enredó sus brazos alrededor del cuello de su amante y pronto cayeron contra la cama.
—Mmgh, Chan —suspiraba con poco decoro, meneando sus caderas contra la polla ajena.
—Voy a ser muy suave contigo hoy, pero, como te dije antes, nunca he sido muy caballeroso en la cama.
La sonrisa torcida en la cara de Chanyeol hizo sonrojar todavía más a Baekhyun quien solo consiguió abrir sus piernas y dejar que el otro se pusiera en medio. Las manos toscas del boxeador le sacaron un gemido a Baekhyun, y ese mismo toque llegó hasta sus muslos internos.
La polla de Chanyeol se internó en ese cálido agujero, regodeándose de la calidez y de la sensación placenteramente asfixiante que le ocasionó. Lo folló suavemente, disfrutando del camino hasta la entrada del útero de Baekhyun, aquel lugar que lo volvía loco y desesperado por más roces. Aunque los empujes eran lentos, no menos duros, haciendo saltar a los senos del chico y casi chocaban en un obsceno Pop-pop-pop.
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RED SHOES (Chanbaek)
RomanceBaekhyun era un bailarín de ballet de la academia real. El edificio le pertenecía a Park Chanyeol, ex campeón de boxeo. Chanyeol creía que Baekhyun estaba en otro mundo, y Baekhyun creía que Chanyeol era un tigre gruñón. Aun así, Chanyeol no podía...