El resto de ese día fue un verdadero caos. Llamó a su abogada con mayor urgencia para tratar otro tema, ya que su salida de la comisaría corrió por cuenta propia. Necesitaba garantías contra Byun Jungseop para que no intentara alguna artimaña sucia en su contra ni de Jongin o Kyungsoo.
Y a la mañana siguiente decidió ir directo al manicomio. Necesitaba ver a Baekhyun para asegurar su integridad. Aquellos enfermeros que conoció el día anterior no le brindaron ninguna tranquilidad. Ambos parecían tener algo contra el muchacho, y muy poca vocación, por lo que temía de lo que pudiera ocurrirle. Ese pensamiento y todos aquellos escenarios trágicos que su mente conjuró lo atormentaron durante toda la noche, haciéndole imposible dormir, aunque sea un poco.
Las palabras de Baekhyun la mañana anterior le persiguieron como un sabueso.
«Hubo veces en las que fue difícil... lo odié».
¿Qué le habían hecho a ese jovencito en un lugar que juraba proteger la salud de las personas? ¿Qué cosas igual de terribles le seguirían haciendo ahora que había vuelto?
Y lo que apenas consiguió contarle Kyungsoo era como la punta de un iceberg muy profundo en medio de un océano negro y denso. Las cosas que todavía ocultaba la cabeza de Baekhyun y sus miedos eran misterios que Chanyeol no imaginaba conocer. El fuerte sentimiento de impotencia que ahora tenía sobre sí mismo le refrenaba de imaginar cuántas maldades le hicieron desde que Baekhyun era solo un muchacho. Porque no pudo ayudarlo ni estuvo ahí cuando más lo necesitó. Lo que le restaba pensar era que estaría desde ese momento en adelante para él, para que nunca volviera a estar solo ni a tener miedo.
Así fue como llegó al sanatorio y demandó ver a Baekhyun. Los padres del muchacho y los mismos médicos le habían restringido las visitas —como si en el pasado hubiese sido muy popular—, pero ahí todos reconocieron al ex campeón de boxeo, y algo de lo ocurrido en la estación la noche anterior debió llegar a sus oídos pues nadie se interpuso en su camino.
—Debo advertirle que es un paciente altamente peligroso. Realmente no sé cómo usted pudo mantenerlo fuera-
—Porque nunca hizo daño a nadie —se apresuró a decir—, y porque no le temo.
—... Pues es un insensato, Señor Park.
—¿Algo más que deba saber de su estado actual?
—Está sedado. Le hemos administrado algunos calmantes y su medicina regular para mantener su enfermedad bajo control.
Pero eso Chanyeol lo dudaba. ¿En verdad amarrando a la persona se podía frenar la enfermedad? Los medicamentos tampoco hacían mucho cuando se usaban como un arma de represión antes que como una cura.
—Dígame dónde está.
—Lo llevaré.
—Creo que puedo llegar por mí mismo —masculló—. ¿Su habitación está abierta?
—Se abrirá desde fuera, pero le advierto que hay enfermeros y personal de la seguridad alrededor. No podrá sacarlo esta vez.
Tampoco se imaginaba cómo sacaron a Baekhyun en primer lugar, aunque Jongin le había mencionado sobre sacarlo en un pequeño carrito de la comida hasta el costado del edificio. Supuso que por alguna ventana debieron salir ya que la entrada era muy vigilada.
Caminó por el alargado pasillo que conducía al jardín. Un sendero amplio bordeado por flores y pequeños árboles lo llevó varios metros lejos de la construcción principal. Sus ojos buscaron aquella habitación que Kyungsoo describió.
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RED SHOES (Chanbaek)
RomanceBaekhyun era un bailarín de ballet de la academia real. El edificio le pertenecía a Park Chanyeol, ex campeón de boxeo. Chanyeol creía que Baekhyun estaba en otro mundo, y Baekhyun creía que Chanyeol era un tigre gruñón. Aun así, Chanyeol no podía...