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¿De qué forma Shoto podía describir esos cuatro días que ya habían transcurrido? Agotadores. Sin duda, agotadores. Todos sus profesores le habían hecho recuperar el tiempo perdido durante vacaciones en una semana, como consecuencia Shoto apenas y había dormido un poco durante esos días, aunque para su buena suerte, el viernes acababa de comenzar. Al bicolor nunca le había alegrado tanto un día viernes. Su sufrimiento de la semana estaba a punto de acabar, al día siguiente podría descansar con toda la calma del mundo y hacer sus deberes de la misma forma.

Tenía una meta y un sueño por cumplir, pero eso no significaba que le gustara la fatiga del proceso, aunque bueno, le reconfortaba pensar que todo su esfuerzo tendría su recompensa más adelante.

Llegó con cara de sueño a su primera hora y se sentó en su lugar correspondiente. No mucho después llegó Izuku para sentarse a su lado mientras lo saludaba y Shoto le correspondía.

Su clase comenzó como culaquier otra. El profesor explicaba el tema que estaban atendiendo a la par que escribía y mostraba cosas en la pizarra y también los hacía trabajar a ellos. Hasta que, el momento climático de todas las clases de los días viernes, llegó.

—Para finalizar con la semana, tendrán que elaborar un proyecto en parejas. El proyecto consistirá en...

Y comenzó a explicar de forma bastante tediosa para los alumnos de su clase en qué consistía el proyecto. De una forma milagrosa todos entendieron, pero quedó una incógnita que solo una persona con el cabello teñido de rojo, preguntó.

—Disculpe, profesor. ¿Quién será nuestra pareja para este trabajo?

—Oh, ¿no se los dije?

Todos negaron con la cabeza.

—Sus parejas serán las personas que tengan al lado, por supuesto.

Aquel señor dijo eso como si fuera lo más obvio del mundo cuando en realidad nunca hizo mención sobre ello.

Shoto por instinto miró a su compañero de a lado quien le correspondió la misma mirada y le sonrió con una dulzura que él no esperó ver. No estaba mal, claro que no lo estaba. Shoto se sentía cómodo con la presencia de Izuku, por eso había decidido quedarse en aquel sitio donde su única compañía era él; aun así sintió un revoltijo extraño en su estómago al darse cuenta que su pareja de trabajo sería él.

Shoto ya tenía experiencia en trabajos de equipo o pareja de esos tres años, y en su mayoría —por no decir todas— de esas experiencias, habían sido no tan gratas e incómodas. Por la misma razón Shoto desarrolló una especie de pavor a los trabajos que consistían en trabajar con más personas. En su consciencia deseó que Izuku no fuera una persona más que le hiciera sentir esa sensación amarga.

Minutos más tarde cuando su clase finalizó, Shoto se giró hacia Izuku. Tenían que hablar sobre ese trabajo en ese momento preciso ya que muy probablemente no podrían hacerlo una vez sus clases separaran sus caminos. Izuku lo miró con intriga aunque sabía a la perfección a qué se debía esa acción de su compañero bicolor.

—¿Te parece si nos reunímos en mi departamento? Vivo a solo dos cuadras de aquí.

Tal vez era muy poco profesional de su parte, pero Shoto prefería la comodidad de su casa para realizar un proyecto que trataba de mucha investigación y apuntes.

Una vez Izuku leyó sus labios y entendió lo que dijo, sacó su teléfono móvil y abrió un aplicación de notas para escribir:

«Claro, me parece bien. ¿A qué hora nos reunimos?»

—¿Puedes por la mañana, alrededor de las diez?

Él asintió con la cabeza, a lo que Shoto le pidió su número telefónico.

Sonido En El Silencio | TodoDeku (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora