CAP 32

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Sería libre. Sería libre. Seria libre.

Se repetía una y otra vez Taehyung en su cabeza.

Por qué aunque quería creer que se sentía bien haciendo eso, realmente no lo hacía. Y él lo sabía.

El amor que Jungkook le tenía. Ese amor seguramente se acabaría más adelante. El amor nunca duraba.
Y cuando ese amor se acabara, él seguramente se arrepentiría de no haber hecho lo que debía hacer hoy. Seguramente se arrepentiría de haber apostado por algo de lo que ni siquiera estaba seguro si sentía en ese momento. Por algo que no iba a durar. Pero en cambio si decidía hacer lo que realmente vino a hacer, entonces tendría una libertad asegurada y eterna.

No tendría que estar atado a nadie nunca por una marca. No tendría que criar cachorros nunca. No tendría que sentirse atado a nadie por esos cachorros.

Esa sería su recompensa.

Si.

Jungkook se acercó al Omega lentamente con su mirada fija en su inexpresivo y pensativo rostro. Parpadeó y se encontró besando el cuello del mismo, con sus manos en sus caderas acariciandolas suavemente como si de un tesoro para él se tratarán.

Taehyung, hace solo unos minutos estaba seguro de lo que iba hacer. Pero estar cerca de Jungkook no ayudaba y su manera de tratarlo tampoco..

Pero no podía volver atrás ahora. No podía.

Aprovechó el hecho que Jungkook estuviera concentrado besando su cuello y saco una pequeña daga de su vestido de bodas. Lo acercó al abdomen del Alfa pero‐

-Te haré el Omega más feliz del mundo, me esforzaré lo prometo- susurró Jungkook sobre el ya mojado cuello del Omega a causa de sus besos.

Y Taehyung entonces dejó caer la daga con su brazo, sintiéndose incapaz e inútil.

¿Por qué Jungkook tenía que ser así?

Todo hubiera sido más fácil si Jungkook hubiera sido como cualquier otro Alfa. Un Alfa al que Taehyung si hubiera podido odiar y matar con gusto, sin remordimiento alguno.

Jungkook llevó sus manos a los hilos que mantenían cerrado el vestido del Omega y comenzó a desatarlos lentamente, sintiéndose incapaz de esperar por ir a su nueva habitación para tocarlo.

Entonces, a Taehyung se le ocurrió una idea. Una idea que haría para él, las cosas más fáciles ahora.

Pero que las haría más difíciles después..

-No solo me acosté con Bogum, Jungkook- Soltó Taehyung en un susurro sobre el oído del Alfa, quien se alejó del Omega al escuchar sus palabras.

-Me acosté con muchos Alfas- volvió hablar el Omega mirando a Jungkook. Vio que al Alfa se le humedecieron los ojos y sintió a su Lobo chillar de dolor -A‐A lo largo de mi vida- soltó sintiendo un nudo agrio en su garganta. Un nudo que sentía que pronto lo ahogaria.

Taehyung esperaba que Jungkook reaccionará mal. Que viera que en realidad no valía la pena y que lo odiara o al menos lo tratara mal. Para que así hacerle daño no fuera tan difícil. Aunque sabía que a pesar de eso si le iba costar lastimarlo.

-Tae- Soltó Jungkook en voz baja, tratando de controlarse y no romper en llanto por los chillidos que soltaba su lobo dentro suyo.

Taehyung lo vio soltar pequeñas lagrimas, sintiendo las feromonas del Alfa a tristeza y dolor, sintiendo el nudo en su propia garganta crecer. Se estaba sintiendo mal por causarle lágrimas a la persona que menos se lo merecía.

-¿Por qué quieres que cambie contigo?- susurró Jungkook tragando saliva -No lo voy hacer-

Taehyung sintió sus ojos arder y soltó una lágrima que resbaló poco a poco por su mejilla derecha.

𝚆𝚒𝚗𝚝𝚎𝚛 𝙱𝚕𝚘𝚘𝚍   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora