Michael.
- "Nos reunimos en mi ático de lujo en el hotel"- fue el escueto mensaje de mi hermano que me llegó al móvil, cuando salí furioso de la mansión.
Sinceramente necesitaba desahogarme con alguien, y quien mejor que los hombres que estaban pasando por lo mismo que yo en estos momentos.
- "¿Cuándo esta mujer entendería que ya no soy el mismo de antes? ¿Cuándo esta mujer se daría cuenta lo mucho que la amo, y que lo es todo para mí? ¿Cuándo esta mujer iba a entender que no necesita a nadie más, sino que con ella me bastaba?"- pensé.
Razonándolo bien, es que ni siquiera conoció a ese hombre, desde el minuto uno, ella ha sido mi total prioridad, es verdad que al principio fui de sobrado, usando todas las técnicas de conquista que me habían funcionado con las otras, pero ella me dejó claro, de maneras muy ilustrativas, lo equivocado que estaba.
Prácticamente llegamos al mismo tiempo los tres al hotel, delante estaba Keanu, mientras detrás estábamos un muy serio y callado Keanu y yo, caminamos por la recepción para subir al ático de Keanu, rodeados de escoltas que nos abrían paso.
Lo primero que hice desde que entré al ático fue dirigirme al mueble bar, necesitaba una o varias copas de manera urgente.
- "Jason estará aquí en breve."- únicamente comunicó Keanu, mientras Kevin y él se servían su respectivas copas.
Ninguno hablaba, salvo para murmurar por lo bajo sobre sus mujeres de manera ininteligible. Comprendí que desde el momento que uno de nosotros dijera en alto lo que pensaba, todo se desataría, atendiendo, lógicamente, a nuestras peculiares formas de ser.
Pero los tres permanecíamos callados y pensativos, como esperando algo, para sacar todo lo que llevamos dentro, o nos consumiría la rabia en cualquier momento.
Y ese algo llegó, nada más entrar Jason por la puerta y se quejó por haber sido sacado de su casa prácticamente a la fuerza:
- "¿Se puede saber malditos heredero, porque cuando os peleáis, o no sabéis como tratar con sus mujeres, tengo yo que abandonar a mi tentadora, y preciosa mujer, para venir a limpiaros las lágrimas?"- fue como cuando das el disparo de salida en una carrera, todos a la vez soltamos a nuestra manera lo que llevamos dentro.
Kevin gruño, como un miura, soltando la única frase que dijo varias veces en la noche:
- "¡Maldita Arpía!"-
Mientras miraba al infinito, sin decir que le había sucedido en realidad.
Keanu, permanecía serio, no hablaba, se parecía a una estatua de mármol, muy frío e inexpresivo. Era el único que no había hablado de lo enfadado que estaba, aunque estaba ardiendo de rabia. Su mirada lo decía todo, su pose con la mandíbula apretada y los dedos de la mano rígido sobre el vaso de whisky, cada vez que se nombraba la decisión que había tomado nuestras mujeres, o que mañana en la mañana lo comunicaría el abuelo, en la junta de accionistas.
Yo en cambio tenía que expresar todas mis quejada o estallaría:
- "No se ustedes, pero esto no me gusta, deseo que venga trabajar a la empresa, aunque también sé que ella tiene su empresa, Pero lo que no, entiendo hermano, es que no confía en mí, sino ¿Por qué se tiene que estar ocultando y no sé debe saber que es mi esposa?, o peor ¿Por qué tiene que venir a las empresas que dirijo como una total desconocida?, ella ya tiene la suya, hay algo detrás de todo esto. Lo sé."- Mis quejas se repetían y se repetían, mientras Jason nos miraba, con un poco de hastío.
- "Me casé para ser ella y yo, pero al parecer eso tampoco lo entiende, sigue tomando decisiones por si sola, sin compartirla conmigo, y resulta que se entera primero el abuelo que yo"- dije haciendo que los otros dos heredero, emitieran sonido de disgusto, confirmando que eso también les degustaba a ellos.
ESTÁS LEYENDO
Matrimonio Concertado con el CEO. El playboy domesticado.
RomanceEste es el tercer libro de Matrimonio Concertado con el CEO (El playboy domesticado), en ella narramos la historia de Elena Corzo y Michael Powell, en el primer libro vimos como esta paraje se conocía y se enamoraban, en esta novela veremos la parte...