Matrimonio Concertado con el CEO. El playboy domesticado.

Capítulo XXI. El secuestro de Dogos.

Elena.

-" Tienes que hacerte la prueba, Arianna lo tiene confirmado, sólo quedas tú. Yo no puedo hasta dentro de tres días o cuatro, que es cuando se supone que tendría retraso. Así que decídete ya."- le dije a Miriam, llevamos ya veinticuatro horas en Tenerife, cada vez que volvíamos a nuestra isla era como si nos renováramos.

A Miriam le costó más llegar porque venía desde Seattle, y no había vuelos directos, en cambio si los había desde New York a Canarias.

Arianna nos había hablado de cómo se enteró de que habíamos sido engañadas, e incluso como se lo habían tomado sus hermanos, que durante varios días cada vez que la llamaban, o hacían la videollamada diaria, la encontraban llorando. Marcus, el hermano adolescente de Arianna, había amenazado con romperle la cara su adorado cuñado, pensando que la estaba tratando mal.

- "¿Por qué insistes tanto?, lo haré después de comer, esta noche, y mientras esperamos los resultados, salimos a la terraza para respirar, y calmarnos."- sugirió Miriam intentado alargar lo más posible el no saber si estaba embarazada.

No podía decirle nada, yo tampoco deseaba saber, estos tres días serían larguísimos para mí, odiaba tener que esperar, pero lo que más temía era saber.

- "¿Y si estaba embarazada?, ¿y si ese maldito anciano manipulador se había salido con la suya?, ¿Qué pasaría con mi empresa para la que había trabajado tanto? Ya no le podría dedicar todo el tiempo que se merecía, me había cogido una año para esta aventura de conocer como funcionaban las empresas Powell, para si cumplir con mi deber, y mi responsabilidad de heredera, por culpa de Kevin Senior. Pero mi idea siempre fue volver a mi negocio"- pensé - "Y si estaba embaraza, mi mundo cambiaría, soy católica, no creo en el aborto, mi padre me mataría si lo supiera, y estando casada es aún peor, tampoco soy desalmada sé que una vida es más valiosa que mi negocio, más si esa vida es parte de mi sangre, y del hombre que amo. ¡Por dios estoy hecha un lio!"-

Y si yo estaba así, Arianna era un mar de dudas, de hecho, prácticamente no había parado de llorar toda la tarde, pero ahora estaba mucho más tranquila.

Tras la cena, Miriam se fue a realizar la prueba y luego nos sentamos en el Porche mientras esperábamos los resultados, mirando el maravillosos paisaje que se veía desde al situación privilegiada de la casa de la difunta abuela de Dogos.

Se veía, el mar y nuestro padre Teide, un majestuoso volcán, que era el tercer volcán más grande desde su base en el océano del mundo, las laderas verdes llenas de pinos, y otros tipos de árboles, casas blancas y enorme extensiones de plantaciones de plataneras, era un paraíso.

Era un hermosa contraste, mientras cerca de mar el sol comenzaba su ocaso, dejado colores increíble en el cielo, entre diferentes tonos de rojos, naranjas azules, nuestro padre Teide, hacia su sombra como guardián viviente de todos los canarios. La verdad fue en ese momento cuando nos dimos las tres cuenta de cuanto habíamos echado de menos nuestra tierra, y sonreímos.

Pero esta sonrisa no duró mucho. Justo en ese momento vimos como llegaba a la terraza, unos hombres encapuchados, casi no pudimos hacer nada para defendernos, Arianna estaba embarazada, le advertimos que no hiciera nada y eran demasiados para luchar uno a uno contra ellos, nos vimos rodadas.

- "¿Quién es Mariam Powell?"- dijo uno de ellos, Así que era algo planificado, no permitiría que se llevaran a Miriam, iba a luchar con todo, era la única, ya que Arianna estaba embarazada.

Justo en ese momento llegó otro coche haciendo que los asaltantes se pusieran nerviosos, y nos agarran a la tres poniéndonos una navaja en el cuello.

Del coche salieron nuestros maridos y de una coche que llegó después llegaron nuestros escoltas. Vi como los tres se quedaban paralizados, mientras observaban la situación, ellos nos podían hacer nada sin que nos hicieran daño o les hicieran daño a ellos.