Capítulo XXIII. Hay presas demasiado peligrosas para ser cazadas.

886 106 10
                                    


Elena.

- "Desde luego Brandon March, sabes que esto se puede considerar acoso. Sólo voy a ir a esa tienda a elegir algunos regalos para el baby-party de Emy, podríais dejarme respirar digo yo, ni el presidente de la nación está mejor protegido, ¡Por Dios!"- me quejé mientras caminábamos por el centro comercial y yo prácticamente iba rodeada de escoltas, la gente nos miraba, pensando que yo era una famosa.

- "Los siento señora Powell, sabe que son..."- lo interrumpí repitiéndole la frase que llevábamos escuchando las mosqueteras y yo, últimamente, cada vez que nos quejábamos de la sobreprotección que estábamos sufriendo, desde el secuestro de Miriam.

- "Ordenes desde la junta de accionistas"- dije imitando su voz grave.

Brandon continúo mirándome sin inmutarse, ignorando mi reacción infantil, ya sabía yo lo que eso significaba, no me iba a salir con la mía bajo ningún concepto.

Y si esto era así ahora, cuando el playboy supiera que iba a ser padre, querría meterme en una urna de cristal, como a la rosa de la bella y la bestia, y esto se iba a convertir en un infierno, porque ese hombre sabía muy bien que yo no se lo iba a permitir.

Mis dudas y miedos volvieron de nuevo. Sabía que no estaba preparada para ser madre, pero por otro lado cuando ver esos corazones latiendo juntos en la pantalla del ecógrafo y oírlos, me dejo claro que nunca me desharía de ellos, los quería ya a mi lado, esa maldita imagen la cual guardaba ahora en mi cartera, para enseñárselo a su padre, y ese sonido, me había hecho que mi mundo cambiara, y ya los quería sin tenerlos.

Pero eso no quiere decir que me sintiera preparada, miles de dudas me asaltaban. ¿Cómo podre ser madre y empresaria?, no quería dejar a mis hijos solos, pero tampoco quería abandonar mi negocio, además no era uno, sino dos, el maldito playboy siempre todo lo hacía a los grande, hasta dejar embarazada a su mujer.

Eso era otra, cuando estuviera gorda y fea, ¿me seguiría deseando?, a su alrededor había miles de mujeres más bellas que yo...

- "Deja de miedos estúpida, sabes que él te adora, se volverá loco por sus hijos, el problema aquí es tus inseguridades y tus miedos. A lo largo de la historia ha habido madres, incluso que han sacado a sus hijos solas, han trabajado e incluso con menos recursos que tú, así usa otra excusa para tus miedos, me tienes harta ya con tanta quejas."- me dijo mi conciencia, hacía tiempo que no la escuchaba, y ya iba siendo hora.

Durante la mañana entramos a varias tiendas, y compre los regalos para Emy en pocos meses tendríamos tres baby-partís más, por los vistos estos Powell querían repoblar el planeta.

Finalmente quise auto regalarme un conjunto nuevo para levantarme el ánimo, sabía que en mucho tiempo no podría usar de nuevo mi talla de nuevo, si la recuperaba tras el embarazo, esa era otra, así que decidí hacer algo por mi hoy.

Cuando pasábamos por la zonas de las boutique de lujo, una de ellas me llamó la atención, había una nueva oferta para probarse varios modelos exclusivos, a mitad de precio, muchas mujeres hacían cola para entrar, pero era mediante invitación.

Así decía avanzar, justo en ese momento, varios representantes de la tienda se intentaron acercar a mí, dentro de lo que pudieron, por culpa del cerco de escoltas que tenía a mí alrededor.

-" Discúlpeme señora estamos dando las últimas invitaciones para el evento que se va a realizar en veinte minutos en nuestra tienda, si desea asistir, esta cordialmente invitada."- nos dijo una de las promotoras entregándole la invitación a uno de mis escoltas-" Lo único que como este evento es tan exclusivo no se permiten personal masculino dentro de la tienda, para proteger la intimidad de nuestras invitadas."- iba declinar la oferta no me gustaba la actitud de las promotoras, seguramente se había acercado a mi porque al verme rodeada de escoltas había supuesto que era una mujer con dinero, y eso facilitaría sus ventas, pero las mujeres que esperaban por fuera del local, se veían que no tenía esa ventaja. Eso me pareció despreciable.

Matrimonio Concertado con el CEO. El playboy domesticado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora