Matrimonio Concertado con el CEO. El playboy domesticado.

Capítulo XV. La acompañante del CEO. parte 2.

Elena.

Mientras los escoltas nos abrían la puerta del coche, para que saliéramos delante de todas las cámaras y reporteros que esperaban en la puerta junto a la alfombra roja que nos lleva al interior del centro comercial, miré hacía mí alrededor, era la primera vez que asistía estos eventos, y no sabía que podía esperar, y cómo reaccionar, sobre todo porque en estos momentos sólo era la secretaria, no la esposa.

Estaba tan centrada en lo que ocurría que no noté la sonrisa de burla de mi esposo, decidí mantener la pose de secretaria anegada y complaciente, cuando en mi interior, después de todo lo que me había hecho pasar ese maldito hombre durante todo el día, quería darle una buena patada en la espinilla a cierto prepotente playboy.

Enseguida nos vimos sorprendida por los flases y las preguntas de los periodistas, que sin saber porque comenzaron a disparar y hacernos preguntas, mientras, el equipo de seguridad del centro comercial, y nuestros escoltas, mantenían a esa multitud a cierta distancia.

Algunas de las preguntas que escuche era de los más impertinentes e impactantes, no me podía creer lo que estaba oyendo, me dieron ganas de emprenderla a puñetazos con todos ellos.

- "Señor Powell, ¿esa señorita quién es?, ¿por quién bien acompañado? ¿Dónde está su esposa?, ¿se están separando?, ¿Qué ha pasado? ¿Por qué hace varias semanas que la señora Powell no aparece? Se rumorea que tiene una relación con la heredera de Allen and Wilson Company, que podría ser la próxima señora Powell, ¿Qué hay de verdad en eso?"- las preguntas sólo hicieron que mi marido me apretar más hacia él, ya que me había ofrecido su brazo para entrar.

La ira en mi iba en aumento, pero al mirar a mi marido, sentí que estallaría en cualquier momento, sus ojos azules destilaban pura ira, su mandíbula estaba rígida. Cuando al fin pudimos entrar se acercó a Brandon, y le dijo.

- "Entérate quien ha provocado esto, lo quiero saber todo, y hoy mismo"- luego en vez de ofrecerme el brazo, para continuar entrando hasta la sala central del evento, hizo algo que me dejo totalmente desconcertada, bajo su mano hacía la mía y cogiéndome la mano fuertemente, tiró de mí.

- "¿Señor Powell?"- le dije, pero él no me hizo cazo siguió tirando de mí, estaba totalmente fuera sí, la verdad creo que nunca lo había visto así, excepto el día que salió de la casa tras nuestra discusión, pero en ese momento, simplemente se fue, y apenas habló conmigo.

Pero incluso ahora era diferente, me llevó hasta el ascensor, yo sabía que esa no era la dirección que debíamos que tomar, ya que la sala central del evento estaba en la primera planta, una vez dentro del ascensor, Michel se giró a nuestros escoltas.

- "Que nadie coja este ascensor, que nadie suba a la zona de descanso vip, esta zona hoy queda clausurada."- sin más le dio al boto y las puerta se cerraron dejándonos sólo mientras ascendíamos.

- "Señor Powell, no sé lo que ha pasado, pero me parece que no es correcto que nosotros...". - le comencé a decir, mientras lo veía aproximarse a mí, dejándome acorralada contra la pared del fondo del asesor y mi espalda apoyada en ella. Él no me decía nada, sólo me miraba de manera intensa, y mi corazón comenzó a latir de forma desaforada.

- "No quiero hacerle daño, si intenta algo, yo..."- no me dio tiempo a terminar, enseguida mis labios fueron asaltados, y como todas las malditas veces que este hombre me besaba yo me quedé en blanco, disfrutando de esos labios y de ese sabor, incluso de esa juguetona lengua que conocía tanto, cada vez que la tenía junto a mí, asaltándome los sentidos como ahora, conseguía que mis fuerzas se fueran, con el viento.

Una idea me hizo regresar, ese hombre no estaba besando a su mujer, estaba besando a su secretaria, una secretaria que acaba de conocer, y que estaba casada. Esto me hizo que la ira me invadiera.