Sus ojos brillaban casi al igual que las estrellas cuando vio a la rubia dar pequeños saltos sobre el ring. Siempre se emocionaba antes de cada pelea, aún cuando sabía que no le agradaba a Marlene... A veces, en secreto, deseaba ser más como ella.
Vió a la rubia dar un golpe certero pero más tentativo de lo esperado, entonces la pelea realmente comenzó. Se aprovechaban oportunidades, se acercaban, se alejaban, la acorralaron pero logró escapar con un gancho perfectamente hecho. A veces a los amigos de la boxeadora les costaba entender ¿Cómo es que podía coordinar su cuerpo y su cerebro para eso pero no para, por ejemplo, jugar al choco lala?
Mientras Dorcas la miraba desde la primera primerísima fila, sentada junto a su padre para encargarse de que la salud de la rubia esté lo suficientemente bien como para seguir en pelea, Sirius Black estaba más atrás, viendo a su amiga ser ella misma en aquel cuadrilátero.
—¿Querés? —preguntó el chico sentado a su lado ofreciendo su botella de Pepsi.
Sirius odiaba compartir botella, o vaso, o cubierto, con cualquier persona, por eso odiaba cuando Marlene tomaba del pico de las botellas.
—No ¿Remus? —Debía admitir que era asquerosamente malo para recordar nombres, pero intentó hacer un esfuerzo.
El rubio asintió.
—Mis amigos me dicen moony. —dijo extendiendo su mano, Sirius la tomó.
Las manos de Remus eran delgadas pero ásperas, aunque se veían casi femeninas, las de Sirius eran calidas, tatuadas y suaves, ambos observaron momentáneamente el lugar exacto donde sus manos conectaban hasta que de repente sonó la campana anunciando que el último round terminó.
Unos minutos que para Marlene se sintieron horas fueron los que los jueces usaron para decidir que la rubia había ganado la pelea. En brazo tatuado con flores se levantaba sostenido por el árbitro y la sonrisa de formaba junto con los gritos de sus amigos.
—¡ESO REINA! —gritaba James.
—¡FIRMAME UNA TETA! —gritaba a la par Lily haciendo que su mejor amigo la mire divertido.
Pero Marlene miró solo a Dorcas, quería, según ella, que vea que la superaba, que era mejor que la morocha, pero en realidad solamente quería ver su sonrisa de orgullo.
(***)
Horas después se encontraban de fiesta, Marlene solo tomaba gaseosa y bailaba junto con Remus (otro que no estaba alcoholizado) una canción de Tini que realmente no le gustaba.
Se sacaba fotos con sus amigos porque a ellos les gustaba verla así: Feliz, energética, coqueta. Les gustaba ver a la Marlene que se dejaba de esconder, por eso les gustaba verla pelear y aún más les gustaba verla bailar aún sabiendo que todos la miraban.
Lily se acercó a ella, poco a poco, muy despacio, bailando de forma disimulada y cuando llego la atrapó por la cintura y al oído (gritando) le dijo.
—Hola hermosa ¿Unos besos no me das? —bromeó sacándole una sonrisa a su amiga rubia.
Bailaron juntas de manera coqueta y lujuriosa mientras se pegaban lo más posible, en un momento dado los labios de Marlene estaban en la mandíbula de Lily mientras que las manos de la misma estaban en la cintura ajena.
No prestaban atención a que canción sonaba, pero casi sin querer seguían el ritmo con sus movimientos.
Y todo podría haber seguido bien y totalmente normal, pero Marlene no se resistió y tomó de una lata de cerveza, luego dos. Cualquiera que la viera pensaría que ella tenía gran resistencia al alcohol, pero lo cierto es que ella desde muy joven había tenido limitado el uso del alcohol, ya sea por sus padres o por su entrenamiento, a si que nunca había bebido más de tres cervezas, pero ahora estaba tomando fernet.

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RING (Dorlene)
FanfictionLa vio parada con los hombros tensos, los guantes cubriendo sus puños y una mirada gélida en sus ojos. La vio hermosa, con su cabello atado en trenzas cocidas, su pecho tapado por el protector mamario. La vio sangrando y levantándose, la vio en el r...