XIX

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Thiago y Dorcas la miraban, ella estaba sentada en la encimera con una manzana en la mano, se negaba a comer más y ellos dos no la iban a obligar.

—Tengo que ir a trabajar. —Su muñeca izquierda seguía vendada, a penas habían pasado dos días desde el suceso del hospital.

—No hasta que termines la manzana. —La voz de Thiago demostraba firmeza, pero no la asustaba, era como un padre amoroso, o eso suponía.

A duras penas pudo darle los bocados que faltaban, al terminarla vió las sonrisas de orgullo que tenían su novia y su... ¿Padre del alma?

Entonces un sentimiento desconocido la atacó, se sentía como cuando alguno de sus alumnos daba un golpe perfecto, o cuando alguno de sus amigos lograba algo que a ellos les parecía difícil. Pronto lo reconoció, ella también se sentía orgullosa, orgullosa de si misma.

Una sonrisa surcó su rostro.

—Dale amor, yo te llevo. —dijo Dorcas, estirando su mano para que la tome.

Ya en el auto, ambas se permitieron sonreír, la morocha saltó a besar la cara de su novia.

—Estoy muy feliz por vos, poco a poco vas a mejorar, yo lo sé

Marlene pensó en lo agradecida que estaba por la novia que tenía, pero algo en su pecho no la dejaba ser totalmente feliz: Ya habían pasado semanas desde su pelea con Sirius, eso había dividido al grupo y a su mente, ya no hablaba con Lily o Remus.

Dorcas empezó a manejar, en silencio, les gustaba ir en silencio, solo asimilando a la persona que tenían al lado.

[16:30] Marlene: Hola Lils ¿Cómo estás?

[16:30] Lils 🫀: MARLY !!!!

[16:30] Lils 🫀: Yo debería preguntar eso, me enteré lo que pasó ¿Estás mejor?

[16:31] Marlene: Sip, Thiago y Dorcas me están ayudando a comer mejor

[16:31] Marlene: Y finjo que no los escuché, pero están debatiendo sobre cómo decirme que vaya al psicólogo

[16:32] Lils 🫀: Creo que es una buena idea, deberías hacerlo

[16:32] Lils 🫀: Moony va al psicólogo, tuve que obligarlo, pero ahora está mucho mejor que en la secundaria.

[16:33] Marlene: si, definitivamente un psicólogo es algo que me ayudaría

[16:33] Marlene: pero quiero ver como deciden Thi y Cas que me lo tienen que decir

[16:33] Lils 🫀: Me alegra saber que estás mejor, Marly, de verdad me importas.

(***)

Dan otra vez, el día era demasiado perfecto, pero justo después del imbécil de su hermano, entró Remus con una sonrisa, iba con un niño de tal vez cinco años colgado de su mano.

—Buen día ¿Que puedo servirle? —preguntó la rubia cuando Daniel llegó a la barra.

—Hola, océano. —Saludó, el antigüo apodo hizo que Marlene sintiera una presión en el pecho. —¿Cómo estás?

—¿Quiere más tiempo para decidirse? —Dan suspiró ante la respuesta.

—Un latte y una galletita. Gracias.

Marlene preparó a toda velocidad la orden mientras veía a Remus con el niño decidiendo que querían. Le cobró a Daniel y luego atendió con una sonrisa a su amigo.

—¡Remus! ¿Cómo estás? —Sentía la mirada de su hermano.

Una sonrisa se ensanchó en el rostro de Lupin, mientras el niño a su lado saltaba aún tomado de su mano.

—Hola Marly, bien muchas gracias.

El niño carraspeó y miró fijamente a la rubia.

—Me llamó Alexander, pero mi hermana me dice Lex y mi mejor amiga me dice Lele ¿Vos te llamas Marly o nada más el tío Moony te dice así? —El pequeño hablo rápidamente, justo cuando Marlene iba a responder, volvió a hablar. —Bueno, supongo que no es tu nombre, nunca oí a alguien que se llame Marly, aunque es muy lindo y... —Sintió la mirada divertida de Remus en él y sus mejillas se colorearon. —¿Volví a hacerlo?

Remus asintió levemente, Marlene le sonrió.

—No, Alex, mi nombre es Marlene, pero a mis amigos les gusta ponerme apodos. —respondió amablemente. —¿Que queres tomar, Xander?

Alexander analizó el apodo y sonrió, si, le gustaba.

—Un licuado de banana, por favor. —Los ojos verdes del pequeño se achinaron cuando sonrió.

Marlene asintió y luego miró a Remus.

—Un té de hierbas y dos brownies de chocolate, si no come nada después se pone de mal humor. —dijo desacomodando los rulos del pequeño.

Marlene les preparó la orden con una sonrisa en la cara, quitando a Daniel, ese día habia salido maravillosamente.

Remus tomó su merienda y la llevó hacia la mesa, pero aún estaba aquel niño rubio y de mejillas rosas mirándola fijamente.

—¿Qué te pasó ahí? —preguntó señalando la venda.

Sus propios ojos fueron hacia la muñeca izquierda antes de volver a los de Alexander.

—Me lastimé.

—¿Cómo?

—Boxeando.

—¿Que es boxeando? —La rubia solto una risa.

—Es de hacer boxeo, es un deporte.

—¿Yo puedo boxear?

—Te puedo enseñar, pero deberías preguntarle a tus papás.

Alex asintió antes de correr con su tío al grito de “Quiero boxeo”. Remus miró a su amiga con ojos entrecerrados, ella respondió con una sonrisa inocente.

N/A:

hola buenass

¿Les gustó el capitulo? A mi me gustó mucho escribirlo.

Anygays, saludos desde mi sillon. XOXO.

—JB

RING (Dorlene)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora