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La soga de cable golpeaba el suelo de la terraza mientras el sol golpeaba el cabello rubio atado en una cola de caballo.

“Animate y verás
Cómo dopamina voy a liberar
Cada fantasía, baby
Un aprendiz ejemplar
Siempre te pide más

Lali sonaba en sus auriculares haciendo que tarareara la canción y saltara a su ritmo.

Sus pulmones ardían y no sentía sus piernas, pero debía seguir saltando para compensar la falta que cometió ¿Cómo podía si quiera pensar en emborracharse?

—Marlene —La voz de escuchó lejana. —¡Marlene! —Tuvo que sacarse los audífonos al escuchar el grito.

—Ah, hola Maria.

—Ya te dije que soy Mary. —Se quejó la morocha sentándose en un banquito.

La chica era una gran nómade, o eso dijo cuando se presentó en la clase a inicio de año. Su madre era cubana, su padre británico y sabía hablar al menos cuatro idiomas, 6tal vez eso enamoró a Sirius.

—Ya te dije que Maria te queda más. —dijo la rubia mientras se sentaba a su lado. —¿Venís a hacerme compañía o pasa algo?

—Te quería preguntar algo. —La morocha jugaba con una de las pulseras doradas que adornaban sus muñecas.

—Escupilo sin miedo.

—¿Cómo... notaste qué te gustaban...

—¿Las mujeres? —completó Marlene, la chica asintió. —Seguramente esperas una respuesta muy buena, pero simplemente lo supe y lo confirmé cuando besé una.

—Okay...

—No es justo que le hagas esto a Sirius. —agregó Marlene.

—Pero

—¿Te pensas que yo no estuve en tu lugar? Yo también fui a preguntarle a la chica a la que besé. —dijo Marlene mientras agarraba su botella de agua.

—Solo quiero saber, quiero conocerme.

Era verdad que Mary era muy linda, pero Marlene prefería su amistad con Sirius por sobre todas las cosas.

—Conocete con alguien más, porque yo no le pienso hacer esto a Sirius.

Y la puerta se abrió, dejando ver al chico de cabello negro cruzado de brazos y viendo a las dos chicas.

—Besala. —Le pidió a su amiga.

Marlene lo miró unos segundos para estar segura, el asintió y entonces los delgados labios de la de ojos claros tocaron los de la morocha, el beso fue correspondido casi inmediatamente, pero Marlene no dejó que durará más de lo necesario.

—¿Que sentiste? —preguntó Sirius abrazando pot los hombros a Mary.

—Lo mismo que siento cuando beso a un hombre.

Sirius la miró con cariño en los ojos. —Okay.

Mary entonces fue cuando se sintió culpable ¿Por qué no podía conformarse con tener a Sirius, el novio perfecto, comprensivo, amoroso?

—No sé si puedo...

—Si no querés seguir con la relación lo entiendo, amor, conócete.

Marlene miraba todo, se sentía tan fuera de lugar pero no podía moverse ni medio milímetro, veía el amor con el que Sirius miraba a Mary y el cariño con el que Mary miraba a Sirius.

No tardó mucho en poder usar sus piernas para entrar otra vez al edificio, dejándole a la pareja un poco de privacidad.

—Buenas tardes vecina. —saludó un señor que vivía en el departamento de al lado.

RING (Dorlene)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora