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Marlene entró revoleando su mochila a la otra esquina del comedor, con un suspiro miró los cuadros familiares (Sirius, ella y los Potter, solo ellos)

—Sirius. —llamó, esperó un par de segundos a ver si respondía. —¡Siriuus! —gritó.

Caminó hasta el cuarto de Sirius y abrió, no estaba. Se quedó mirando el piso durante segundos hasta que la idea de ir a la terraza (Que solo ellos usaban, ya que sus vecinos eran todos mayores) cruzó su mente.

Subió de dos en dos, abrió la puerta y vió a su amigo con Remus sentado sobre él. Se quedó paralizada y justo mientras daba un paso para atrás, Sirius pareció notar su presencia. Separó sus labios de los de el castaño mientras miraba a Mar.

—Uy —dijo la rubia. —¿Se queda a comer? —preguntó señalando a Remus.

El pelinegro lo miro y luego a su amiga. —Si, si, ya bajamos.

—No, tranqui, yo recién llego.

Y se fue.

Caminó escaleras abajo y al entrar a la cocina comenzó a carcajearse, no recordaba la última vez que había visto a Sirius tan sonrojado.

Preparó unas hamburguesas y ensalada, contó las calorías en su plato y luego llamó a los chicos que bajaron con una distancia prudente de “amigos”.

—Chicos, los vi comiéndose el alma, no necesito que se alejen ¿En qué andan? —Las caras de Remus y Sirius eran dignas de tangos en ese momento.

—Somos eh... amigos. —respondió el pelinegro mientras se servía jugo.

—Claro, beso de panas. —Marlene soltó una carcajada cuando Remus murmuró el comentario.

La cena transcurrió tranquila y con bromas.Mientras reía, a Remus se le resbaló la camisa por el hombro, dejando ver una tira gruesa que a Marlene le recordó a un corpiño deportivo, sin decir una palabra se acomodó su remera y continúo con la conversación.

—Me gustan mucho tus tatuajes. —dijo la rubia mientras veía fijamente la mano derecha llena de estrellas y lunas. —¿Significan algo?

—Tengo muchos, demasiados, la mayoría tiene significado, pero justo el que miras no.

Sirius, desde la cocina y lavando los platos, gritó: —¡MOSTRALE EL DEL FENIX!

—Jodeme que te tatuaste un fénix. —dijo Marlene mientras se levantaba la remera y mostraba que, en su cadera, había un fénix incendiado.

—¡No hermana, es genial! —Lupin le dió la espalda mientras mostraba su espalda baja, un fenix minimalista.

Entraron en una especie de conexión espiritual hermosa y se dieron un abrazo.

Una hora después, los “gemelos de tatuaje” se estaban despidiendo en la puerta mientras Sirius jugaba con las llaves. Cuando Remus se fue, Marlene miró a su amigo.

—Te gusta mucho.

—No.

—Te encanta.

—…No

—Ajá, dale, buenas noches. —Le besó el cachete y se fue a su pieza.

Sirius se quedó toda la noche mirando el techo, Marlene fue más productiva. Terminó dos tareas (la suya y la de Sirius), ejercitó y luego decidió cortarse el pelo.

“Solo las puntas” termino siendo un “cuatro dedos” y luego un “tres dedos sobre el hombro”.

Eran las cuatro de la mañana cuando terminó su obra maestra. Se miró al espejo y suspiró, raramente le había gustado, abrió su teléfono y comenzó con las fotos, le gustaba compartir su vida.

 Se miró al espejo y suspiró, raramente le había gustado, abrió su teléfono y comenzó con las fotos, le gustaba compartir su vida

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[04:55] cornudo : ¡¡!¡

[04:55] Marlene: Sos re fan hijo de puta.

[04:56] cornudo: si, tengo activada las notificaciones de tu ig, cual hay???

[04:56] Marlene: Anda a dormir tarado.

(***)

—¡MARLENE NICOLE MCKINNON! —gritó James Potter mientras la veía entrar.

La re puta madre...

—¡Amigo! —dijo alargando la última o de manera que Sirius encontró extremadamente graciosa.

—¿QUE LE HICISTE A TU PELO?

—Se hizo más lesbiana. —bromeó Black mientras veía a su hermanito menor pasar. —¡Eh! ¡Reggie!

—Matate, Sirius. —dijo, pero la sonrisa en su rostro contrastaba con el tono violento de su voz.

—Me voy a romperle los huevos un rato a mí hermanito. —besó el cachete de Marlene y después le dió un pico a James. —No homo bro, chau.

Potter y Mckinnon miraron a su amigo corriendo y lanzandose sobre su hermano. —Dios, como me gusta Regulus. —dejó escapar Potter en un suspiro.

Marlene palmeó su hombro antes de empujarlo para entrar a la escuela.

[07:35] Dorcass: ¿Querés acompañarme en el almuerzo? Necesito que alguien me saque de los parciales.

[07:36] Marlene: ¿Me invitas un pebete y un juguito en el parque cerca del gym?

[07:40] Dorcass: ¿Que más te podría dar? Te paso a buscar a las 12:30

Marlene no lo notó, pero sonrió a su celular mientras pasaban lista.

(***)

Un auto conocido frenó justo frente a ella. —Hola, hermosa ¿No querés que te lleve? —dijo la conductora bajando la ventanilla.

Dorcas era una mujer hermosa, pero verla sin las trenzas y con un maquillaje sencillo la hacía tan... maravillosa. Marlene no sabía explicarlo, pero no pudo dejar de mirar pequeños detalles como que sus anillos hoy eran negros y que sus aros eran de serpientes.

—¿A dónde me llevarías? —Le siguió el juego apoyándose en la puerta para quedar cara a cara con la morocha.

—A donde vos quieras.

—Entonces tendré que aceptar, porque hay una flaca muy linda esperándome para el almuerzo. —Dorcas sonrió con su boca a centímetros de la de la rubia.

La morocha se estiró y le abrió la puerta, dándole una invitación a que suba, que ella no pensaba desperdiciar.

—Que lindo te queda el uniforme con la campera esa, pero haven como ochenta grados, corazona.

Marlene repasó su atuendo; La camisa blanca que tenía desabrochados tres botones, la pollera obligatoria de color marrón, unas botas y la campera de cuero.

—Dios, hoy soy re pandillera. —dijo analizandose.

—Ojala fueran todas las pandilleras tan lindas.

Las chicas se miraron y soltaron una carcajada.

[N/A]

Holis !! Cómo están ??

Cómo digo siempre ¿Que les pareció esté capitulo tan hermoso? Lxs leo !!

Sin más que decir. Saludos desde el parque más escondido de mi barrio. XOXO.

—JB

RING (Dorlene)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora