RING (Dorlene)

VI

Dorcas analizó la carta, no había nada que le abriera en apetito, mientras tanto Evan ya había elegido y le estaba dando opciones, muchas opciones.

—Tal vez la mesera linda está en el menú. —bromeó Evan alzando la mano para llamarle la atención a Marlene, quien fue de inmediato. —Hola. —sonrió.

—Hola. —respondió Marlene con una sonrisa falsa.

—¿Que le podes recomendar a mí amiga acá presente?

Marlene miró a Dorcas, tal vez más tiempo del necesario. —Tenemos opciones vegetarianas, te puedo ofrecer unos buñuelos de acelga y la guarnición que elijas.

Dorcas sonrió, asintiendo, y se decidió por los buñuelos con puré.

—A si que me trajiste hasta acá nada más para chamuyarte a la rubia.

—No me la quiero chamuyar, cerra un toque el orto.

Evan rió justo mientras recibía un manotazo de su amiga. —Te voy a denunciar por maltrato.

Dorcas logró ocultar la sonrisa que su amigo le estaba sacando.

—¿Cómo está Barty? —preguntó para cambiar de tema.

—Estresado con la escuela, como básicamente todos los estudiantes de último año.

—A veces me olvido que sos un asalta cunas. —bromeó Dorcas.

—Callate tonta, le saco un año no más, como vos a Marlene.

Y ahí estaba el tema de Marlene y ella otra vez, a veces pensaba que su amigo le escribía un fanfic con la rubia.

—Claro, pero yo no soy novia de...

—Aquí tienen su comida, buen provecho.

Y Evan rompió a reír cuando Marlene se fue y su amiga la siguió con la mirada. —¿Decías?

—Matate. —se quejó mientras comenzaba a comer.

(***)

Evan se había levantado y le había avisado a su amiga que iba a salir a fumar un rato mientras ella de quedaba allí, leyendo un PDF como la mayor parte de su tiempo.

—¿Evan? —preguntó una voz conocida haciéndola levantar la cabeza.

—Salió a fumar, algún día va a morir de cáncer y yo me voy a reír de él. —bromeó haciendo reír a Marlene. —¿Querés sentarte?

Marlene asintió lentamente mientras se acomodaba frente a la morocha.

—¿Que haces? —preguntó viendo el celular lleno de Stickers de Dorcas.

—Estudio, en unos días tengo el parcial. —se quejó. —Y al pelotudo de Rosier se le ocurrió que era buena idea sacarme a que me de la luna o algo así.

—Parece un buen amigo.

—Lo es.

Dorcas estaba un poco harta del silencio que de formaba cuando estaba a solas con Marlene.

—¿Por qué me “envidias”? —preguntó, dejando de lado el celular y haciendo comillas en la última palabra.

—Tenes todo lo que quiero.

Dorcas rió en voz baja antes de volver a mirar a la rubia de ceño fruncido.

—¿Que es eso específicamente?

Marlene empezó a enumerar. —Tu papá te ama, tenés casa propia, vas a ser una médica increíble, tuviste siempre las mejores notas, tus amigos son geniales y...