Marlene se sobresaltó, su cabello, extrañamente suelto, se movió con su rostro justo cuando giró a encontrarse con Alejandro.
—Mierda, casi me infartas —comenzó a atar su pelo en un rodete mientras Ale reía.
—Dale que tenés tres rounds de bolsa y después te voy a dejar guantear.
La rubia sonrió, le gustaba guantear, generalmente guanteaba con el entrenador, pero había veces, veces hermosas, donde lo hacía con Dorcas y ella era tan, tan hábil, tan agraciada. Marlene la odiaba.
Agarró su soga que al golpearla se sentía como un látigo, eso era bueno pues así fallaba menos. Empezó a saltar, usó todas las técnicas que conocía para mejorar su coordinación, pero no pudo evitar golpearse la pierna y sentir un latigazo de dolor agudo al ver a Dorcas en top y calza ajustada a su piel morena y su cabello atado en una trenza que lanzaba todo para atrás.
La vió levantar la mano en señal de saludo y no dudó en hacer lo mismo justo cuando vió como empezaba a saltar con una gracia y facilidad tan grande que parecía que había nacido boxeando. Marlene odiaba eso, odiaba que a ella le saliera todo tan bien.
—Uno, dos, tres... —contó, cruzó, movió las piernas, cambió el ritmo, —...cuarenta, cuarenta y uno, cuarenta y CARAJO —Se tropezó al intentar cruzar y la soga golpeó su hombro esta vez.
Meadowes hija corrió hacía ella, el hombro estaba rojo por la velocidad con la que había movido la soga.
—¿Estás bien? —Otra cosa que odiaba de Dorcas era que ella se preocupara, lo detestaba porque la hacía sentir frágil.
—Me lo merecía, si aprendiera a saltar como se debe no me habría lastimado —dijo, bruscamente, apartando a la chica y volviendo a saltar.
Solo recibió un suspiro antes de que Ale volviera y le dijera que empezara a vendar sus manos. Al finalizar se colocó sus guantes mientras Dorcas ahora hacia boorpies en un rincón.
—Deja de mirar a mí hija, rubia.
—No miraba a nadie. —negó rápidamente mientras se ponia en la guardia y escuchaba la campana sonar.
Inicia el primer round y la pobre bolsa se queda, como siempre, con todas sus frustraciones. La rubia recuerda cada momento del día que la molesto, cuando se cruzó a Lucius en la calle y este le chifló e hizo chistes sexuales sobre ella teniendo un buen culo, o cuando la profesora le dijo que debería boxear menos y pensar más, o cuando... Cuando apareció Dorcas e hizo todo lo que ella no lograba perfeccionar de manera espléndida.
Campana, diez segundos, campana, fin del round.
Corrió hacía su agua, un trago y su garganta volvió a sentirse cómoda. Sus piernas pesaban pero si se sentaba sabía que sería aún peor después. Daba saltitos cortos intentando mantenerse en calor justo antes de que la campana sonará y diera inicio al segundo round, lo mismo pasó luego con el tercero.
Y luego el guanteo, que, para sorpresa de nadie, fue con Dorcas. Rectos que son barridos sin problema de ambos lados, ganchos perfectamente bloqueados, cross esquivados cómo si fuera tan fácil como respirar y como última opción, porque Marlene está harta, lanza un uppercut que de hecho salió mal porque Dorcas fue aún más rápida esquivando.
Termina el round. La respiración de ambas estaba agitada y sus ojos, negro contra azul, peleaban por el poder.
—Tendrías que mejorar tu upper.
Y entonces Marlene rodó los ojos, haciendo que Dorcas se enojara. El segundo round fue más interesante, golpes que se combinaban, fuerza, velocidad. Ambas recibieron golpes dolorosos, pero cuando Marlene, con furia, golpeó la mandíbula contraria, fue cuando el entrenador intervino.

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RING (Dorlene)
FanfictionLa vio parada con los hombros tensos, los guantes cubriendo sus puños y una mirada gélida en sus ojos. La vio hermosa, con su cabello atado en trenzas cocidas, su pecho tapado por el protector mamario. La vio sangrando y levantándose, la vio en el r...