RING (Dorlene)

XIII

Regulus se veía demasiado elegante para el "aesthetic vintage" (como le gustaba llamarlo a Sirius) del departamento. Pero, por muy fuera de lugar que se veía, se sentía más cómodo que en su casa.

El departamento de Black y Mckinnon era el lugar más hogareño que Regulus había pisado en su vida. Las paredes en colores claros, las fotos en las paredes. El menor de los Black se había emocionado al verse en una de las paredes.

Pero lo mejor de todo, era el olor a sahumerio y café que inundó sus fosas nasales a penas entró.

—¡Reg! —gritó Marlene saltando sobré él a abrazarlo.

Hay algo hermoso sobre la familia y es que, por más que se crea lo contrario, se puede elegir, podes elegir a quienes amas, y Regulus amaba a Marlene como si fuera otra de sus hermanas.

—Hola, Marly ¿Cómo andas?

Mientras la rubia lo guiaba a la cocina, él analizaba cada foto, cada rincón, todo.

—Bien, bien por suerte... ¿Querés ir a despertar a Sisi? Está en mí pieza. —Regulus besó la mejilla de Marlene y arrancó a la pieza.

Entró y su atención se la llevó la bolsa de boxeo de un rojo desgastado por los años. Tenía pinta de que se iba a romper prontamente, se hizo una nota mental de comprarle una nueva a su amiga.

Después vió el bulto acurrucado en la cama, los mechones de pelo negro asomaban fuera de las colchas blancas, generando un contraste casi artístico.

—Siriusss —susurró Regg. —Siriusss —La voz del joven no surgió ningún efecto.

Repentinamente, Sirius sintió un peso cortándole el aire.

Mientras tanto, Marlene ponía la yerba en el mate mientras tarareaba una canción de Lali que pasaba por su playlist de Spotify.

El agua terminó de calentarse, la pasó al termo con mucho cuidado de no quemarse y arrancarse un cacho de mano, como le había pasado a James hacia un par de años.

Repentinamente la canción fue cortada por una llamada.

—¿Hola?

—Maaar

—¿Lily?

—Si, mí vida ¿Estás libre?

—Ehh, no, justo ahora tengo gente en mí depa ¿Que pasó?

—¿Querés venir a mí casa más tarde?

—Tengo gimnasio.

—¿Puedo ir a verte? Te extraño mucho

—...Podes venir a cenar, pero trae a Remus e invitamos a James.

—Me parece un buen trato.

Hablaron un rato más hasta que Marlene escuchó un chillido en su pieza y cortó rápidamente antes de correr hasta donde estaba el quilombo.

La imagen que encontró le llenó el alma de ternura, puesto que Sirius estaba atrapando violentamente a su hermanito mientras este fingía estar pasándola mal.

Sacó una foto, claro está.

—Loco dale que ya está el mate.

Rápidamente ambos salieron de la cama, Sirius se ponía un buzo negro mientras Regulus salía de la pieza atrás de Marlene y comenzaban a poner todo en la mesa.

Charlaron, rieron, y jugaron al tutifruti, lo cual terminó en Marlene revoleandole una lapicera a Sirius.

—¡Basta para mí y basta para todos! —gritó Black mayor haciendo que la rubia lo putee internamente porque no había terminado de escribir la última palabra.