Once años
La rubia con bonitos ojos azules se encontraba bañada en sudor. Tal vez la causa sea haber estado en esa pelea intensa en la escuela, pero no había sido su culpa.
Bueno, tal vez si un poco, debería controlar su ira, su mamá se lo había dicho, pero ¿Por qué Malfoy, aquel niño un año mayor, tenía que decir esa cantidad de idioteces?
—Me dijo que las niñas no saben golpear. —Se excusó con la profesora. —Yo, un alma amable, le demostré, con hechos, que está equivocado.
Un suspiro. La profesora acomodando sus gafas y pasando una mano por sus cabellos negros.
—Marlene, le rompiste la nariz.
—No es culpa mía, profesora.
—¿No? —La niña negó. —¿De quién entonces?
—Suya, antes de criticar debería aprender a colocar su guardia ¿No cree?
Bueno, no le sacaron la detención, a pesar de que la profesora tuvo que resistir a una sonrisa.
—No vuelvas a hacerlo, y tendrás dos horas de detención después de clase durante dos semanas, nos vendría bien que ayudes con el mural.
Un gemido de pesar fue la única respuesta que soltó la rubia antes de caminar hacia su detención.
—Hola, Sirius ¿Vos qué hiciste? —preguntó mientras agarraba una brocha.
—Le di a Quejicus bebida con sal y él inventó que lo golpeé hasta que le sangró la nariz... —Marlene no tuvo que preguntar. —Se golpeó a si mismo para que le sangre.
—Eso es... intenso, me podría haber llamado a mi y lo habría hecho con gusto.
Y entre risas comenzaron a pintar.
Catorce años.
Amateur.
Si bien le daba un poco de miedo, debía admitir que le emocionaba la idea de meterse en peleas del deporte que llevaba tres años dedicándole casi todos sus días. Algo le emocionaba sobre al fin estar arriba de un ring.
Su entrenador era un hombre muy moreno de ojos verdes y expresión generalmente gélida, pero igualmente era una persona maravillosa que Marlene, en su afán de escapar el tiempo posible de casa, comenzó a ver cómo un tío, tal vez como un padre.
—Confío en vos, rubia, sos mí mejor boxeadora, lo sabés. —Marlene asintió con la mano de Alejandro en su hombro.
—Lo sé... —Sus ojos verdes cruzaron, a la distancia, con unos oscuros que conocía bien; Dorcas, la hija de Alejandro. —Tu hija no parece muy feliz con esto.
—Deja a Dorcas y concéntrate en lo importante.
—Ganar —dijo.
—Que no te aplasten sería suficiente.
Comenzó la pelea. Golpes volaban, las piernas, que generalmente comenzaban a pesarle, se sentían casi irreales, se sentía volando. Sus brazos nunca bajaron la guardia, aún cuando comenzaban a pesarle en el tercer round.
Y ella ganó, ganó y abrazo a Alejandro, ganó y Sirius corrió a girarla por los aires. Ganó y cree haber llorado. Ganó y Dorcas se acercó tímidamente a felicitarla con aquella mirada claramente superior a la de ella.
Dieciocho años.
Entonces ahora el ring era su segundo hogar, el primero era el gimnasio, el tercero... Pues la casa de Alejandro.
Llevaba peleando desde los catorce, ya era tradición ir con sus amigos luego de cada pelea a comer algo, ella solía pedir ensalada, ya ni recordaba el sabor de la comida chatarra, pero era un sacrificio que había que hacer.
Una de esas noches, la más cercana, había conocido a una bonita chica de cabellos rojos y la había besado, habían pasado una buena noche y luego se habían sus redes sociales.
flrevans_: BOXEAS !?!??
mm.box: Lo hago, si ¿Por qué? ¿Te parezco más atractiva ahora?
flrevans_: Si, de hecho estoy reconsiderando eso de “solo una noche”
mm.box: No puedo creer que logré captar tu sarcasmo a pesar de que sea un texto...
flrevans_: Es contagioso, tene cuidado.
mm.box: A vos te lo contagió...?
flrevans_: Mi mejor amigo 😭🙏
mm.box: Voy a stalkearte
mm.box: Listo ¿Es el rubio lindo con esa cicatriz en la boca?
flrevans_: Si, es bastante peleador
mm.box: Yo tengo una bonita cicatriz en mí estómago 😸
flrevans_: La vi, si, muy atractiva
mm.box: Apuesto que amaste besarla.
flrevans_: Me reservo mí respuesta.
—¿Qué haces?
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RING (Dorlene)
FanfictionLa vio parada con los hombros tensos, los guantes cubriendo sus puños y una mirada gélida en sus ojos. La vio hermosa, con su cabello atado en trenzas cocidas, su pecho tapado por el protector mamario. La vio sangrando y levantándose, la vio en el r...