Epílogo

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Otra vez se le quedó mirando como bobo.

¡Y lo peor es que ella se dio cuenta!

Seguramente debió parecer un tomate ante ella cuando fue descubierto. No era la primera vez que se le quedaba mirando, ¿pero como evitarlo? Si era la niña más linda de toda la escuela.

Algunos de sus rizos que caían sobre su frente estaban pegados a su piel a causa de su sudor, el pequeño no podía evitar sentir su cuerpo temblar de emoción cuando ella apenas le dirigía la mirada.

Era la primera niña que le llamaba la atención, la primera y la única que lo hacía sentir las mariposas en el estómago de las que su mami Julie siempre hablaba. Tenía que hablarle, lo sabía, mamá Claudia siempre le había dicho que ser valiente es importante, que atreverse puede hacernos ganar muchas cosas.

¡Pero no es tan fácil! No cuando la chica de cabello corto y grandes anteojos parecía tan frívola con el,  había intentado hablarle anteriormente, pero solo se había ganado ser completamente ignorado, o quizás no había logrado escucharlo cuando le dijo su primer tímido "hola".

— Hola, Gabriel — el pequeño jovencito apenas logra esconderse detrás de su mochila, la linda niña frente a él le sonríe amablemente y le extiende un papel que parece ser algún tipo de invitación — Este fin de semana es mi fiesta, me gustaría mucho que estuvieras ahí.

El asiente frenéticamente sin ser capaz de emitir ni un solo sonido, la jovencita frente a él lo mira de manera extraña pero con una gran sonrisa en el rostro. Gabriel es un chico muy lindo y amable, a ella le gusta desde hace mucho, es todo un caballero y tiene los rizos más encantadores del mundo. El único problema es que ambos son demasiado tímidos, aunque Gabriel lo es aún más.

La pequeña Grecia reúne todo el valor de su interior y se acerca a Gabriel dejando un beso en su mejilla. El chico se sonroja y siente que se desmayara en cualquier momento, ella simplemente huye de ahí sin poder creer que se atrevió a hacer eso.

Era obvio que el chico llegaría a casa saltando y cantando de felicidad, sus mejillas sonrojadas y su manera de bailar al caminar fueron lo que terminaron por delatarlo ante sus madres y sus tías que se encontraban de visita.

— Buenas tardes a todos. — saluda educadamente.

— Hola, mi amor. ¿Cómo te fue hoy en la secundaria? — le pregunta Claudia, quien se levanta del regazo de Julie y avanza hacia el tomándola de las mejillas y apretandoselas.

— ¡Má! ¡Mamá! — se queja el pequeño mientras su mamá le llena el rostro de besos — ¡Má! Ya no soy un niño — se queja haciendo reír a su madre.

— Para mi siempre seras mi bebé.

Y de nuevo es atacado a besos, pero el se deja hacer, puede quejarse todo lo que quiera pero en realidad le encanta sentirse tan amado por su familia.

Sus madres son lo mejor del mundo, Claudia es su guía, le entrega amor incondicional y apoyo absoluto. Julie por su parte es su confidente y compañera de aventuras, el le tiene confianza a ella más que a nadie en el mundo. Y justo en ese momento se muere de ganas por contarle sobre Grecia y la fiesta.

Así que después del almuerzo y de que Claudia y Kary se tomarán un pequeño tiempo a solas el por fin logra quedarse únicamente con Julie y Hanna.

Ambas lo observan fijamente, Hanna levanta las cejas repetidas veces animandolo a hablar.

— Es sobre Grecia.

Su tía Hanna y su mamá Julie gritan emocionadas y se acercan aún más a el en espera del chismesito.

Julie Y Claudia (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora