CAPITULO 39... MI PROBLEMA

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Jonathan Getzeny

Hace unos meses caí en una depresión muy grande, la cual me hizo dejar de creer que la vida valía la pena, era ese pensamiento del cuál por más que quieras soltar no puedes, es ese sentimiento que te hace sentir la peor persona del mundo, sentía que a pesar de todo mi esfuerzo, nada valía la pena, todo aquello que lograba no importaba, todos los días de mi vida eran tan iguales que ya no les encontraba ningún sentido, aún recuerdo la plática que tuve con mi hermana;

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AÑO 2017

— ¿Puedo pasar? – Mely tocó la puerta de mi habitación y la abrió un poco, ella siempre a sido mi motivación para seguir viviendo el día a día, estoy orgulloso de ella, pues a pesar de todo nunca se a dado por vencida, al contrario siempre busca la manera de ayudar a todos los que la rodean, a pesar de que no es buena para expresar sus sentimientos, me demuestra siempre su apoyo incondicional.

— Si, pasa. – Le dije en un tono tranquilo, pues a pesar de la pelea con mis padres, ella no tenía la culpa, por lo tanto no me des quitaría con ella.

— No vine a juzgarte por lo que hiciste, solo quería platicar contigo un momento, ¿Podemos hacerlo? – Sus palabras tan lindas y tiernas, eran lo que me hacían el día, pues ni siquiera me forzaba a decir algo que no quería y aún que hubiera momentos en los que solamente ella hablará, seguía aquí conmigo, sin abandonarme.

— Claro, aún que no se que decir realmente. – Le dije sinceramente, pues no ssoy muy bueno entablando conversaciones sobre mis sentimientos.

— Ni yo, para ser sincera, pero quiero que sepas que te apoyaré siempre y que a pesar de que te sientas solo, no lo estás, se que no te lo digo muy seguido, pero sabes que te amo John y eso jamás va a cambiar, si quieres desahogarte aquí estoy para escucharte, si quieres llorar, llorare contigo, si quieres estar en silencio, aquí estaré siempre para que ese silencio sea mutuo, pero por favor no vuelvas a intentar lo de hoy, que yo no sabría que hacer si tú no estás conmigo, se que las cosas últimamente en esta casa son muy complicadas, pero no creo que sean motivo suficiente para querer acabar con tu vida, hermano, eres mi fuerza y te necesito conmigo, por ti sería capaz de dar mi vida y lo sabes.

A esto es a la que me refería con que a pesar de todo siempre estaba para mí, realmente no pude tener una mejor hermana, no me quejo de Giselle pero ella no es tan comprensiva como Amely, aún que a las dos las amo mucho, pero si hay una pequeña excepción al hablar sinceramente acerca de lo que siento o pienso, pues con Amely me siento más seguro.

— Necesito ayuda, pero me asusta, Mely no soy suficiente, es por eso que ya no soy capaz de mirarte a la cara y responder a todo lo que me has dicho. – Le confesé pues hace unas horas estaba dispuesto a cortarme las venas, pero al pensar en Amely y en Giselle, mi arrepentimiento se hizo presente, no quería que ellas sufrieran por perderme, pues son las únicas personas de las que estoy consciente que les importó.

— Oye, mírame… No eres un objeto o una máquina para ser suficiente, lo importante es sentirse amado por uno mismo, para así poder ser feliz, ya que tú felicidad no depende de nadie, más que de ti mismo,  ¿Me entiendes? – Ella me tomo de la barbilla, para hacer que la mirara a la cara, sus palabras eran reales, y sinceras, quizá ella no esté sintiendo lo que yo, pero me entendía a la perfección, probablemente ella paso por lo mismo y yo ni siquiera lo sabía, me he dado cuenta que aún que sea dos años más grande que yo, ella es demasiado madura, pues puede soportarme sin perder los estribos.

Mis lágrimas comenzaron a salir y yo no podía detenerlas, Amely me abrazo fuertemente, comencé a hablar, pero mi voz se cortaba, pues la tristeza me invadía y sentía como la había decepcionado.

ENCUENTRO EN EL TREN  (Libro 1 Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora