EPÍLOGO

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Han pasado algunos meses después de aquel día en el tren, donde le dije adiós a Adán y realmente la pasé mal, ya que nunca me imaginé siendo madre soltera, pero la cuestión aquí es si realmente podré yo sola o tendré que decirle la verdad a Adán respecto a nuestro bebé o seguirlo ocultando para que el sea feliz con su nueva familia.

— Mel seguro que ¿Estás bien? – La pregunta de Diana interrumpió mis pensamientos ya que vamos rumbo al hospital, ya que hace unos 30 minutos comencé en labor de parto.

— Si, en verdad no te preocupes… Ayyyyy! – Grité un poco al sentir de nuevo una contracción.

— Tranquila, ya casi llegamos – Diana dijo más para ella que para mí, porque parecía que ella es la que va a dar a luz ya que está mucho más nerviosa que yo.

— Diana relájate que la vas a poner más nerviosa de lo que ya está. – Pher le dijo mirándonos por el retrovisor, ya que el estaba llegando a mi casa cuando Diana y yo estábamos comiendo y comencé con las contracciones.

Diana ya no dijo nada y solamente me tomó de la mano durante todo el camino, para que yo la apretara cada que tenía una contracción, y al cabo de unos minutos ya nos encontrábamos en la entrada del hospital, Christopher estaba vuelto loco caminando por todos lados buscando un doctor y Diana igual con la diferencia de que ella buscaba una silla de ruedas.

— Siéntate aquí – Diana me dijo poniendo la silla de ruedas frente a mi, para después llevarme por todo el hospital buscando un doctor junto a Christopher.

Los dolores se hacían cada vez más fuertes y no aparecía ningún doctor, por un momento sentí como si me fuera a desmayar del dolor, pero trataba de inhalar y exhalar cómo me habían enseñado en el curso, al cual iba en compañía de Pher ya que tenía que asistir con una pareja y el se había ofrecido como agradecimiento a lo que yo hacía por el.

Después de un rato de ir de un pasillo a otro por fin nos encontramos con un Doctor de nombre Roberto, que nos llevo a una habitación para comenzarme a preparar, después de ponerme la bata, Roberto llegó para llevarme directo a la sala de partos y cuando estuvimos ahí me preguntaron que si quería que me pusiera n anestesia a lo que dije que no y después de hacerme un eco para examinar si el bebé se encontraba bien para que naciera por parto natural, me hicieron algunas preguntas mientras esperaban a que dilatara por completo.

— ¿Quisiera que el papá de su bebé estuviera aquí? – Roberto me preguntó en tiempo pasado, a lo cuál yo solo asentí con la cabeza al recordar a Adán y imaginarme un escenario donde el estuviera junto a mi en estos momentos.

Unos cuantos minutos después ya me encontraba acostada en la cama, para dar a luz, cuando de repente me tomaron de la mano y sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, mi intuición fue mirar al hombre que estaba parado junto a mi y cuando lo hice la decepción invadió mi rostro que tenía justo en ese momento.

— Puje señora, ya falta menos.

Fue lo último que escuche antes de oír el llanto de mi bebé, mire hacia abajo y vi como una enfermera lo limpiaba y otra le ofrecía las tijeras a Pher para que cortará el cordón umbilical, y cuando lo hizo tomo a mi bebé en los brazos para dirigirse hacia mi.

— ¡Es un niño! Y se parece a ti. – Pher dijo poniendo a mi hijo en mi pecho.

Lo abrace y no dejaba de mirarlo, ya que está personita tan indefensa necesitaba todo de mi para sobrevivir y estaba ansiosa porque lo conocieran Susan y Gael.

He pasado muchas cosas en este ultimo año pero también he aprendido de ellas, y ahora se que madurar no es tener siempre la razón, porque somos seres humanos y todos cometemos errores, y se que aprendemos un poco por cada error que cometemos, por que así es la vida, también que cada lagrima de tristeza o felicidad, te hacen mas ser tu misma, que el dolor te hace mas fuerte para la siguiente batalla.

Ahora se que madurar es aprender a sanar y soltar, porque por cada golpe llega una frustración y con ello una herida, así que si, yo he madurado un poco mas y me falta todavía un camino largo por recorrer, pero de una cosa si estoy  segura y es que madurar es entender que cuando una persona que quieres se va, ya sea por un instante o para siempre, es porque esa persona ya cumplió con la parte que le tocaba en tu vida, y si, quizá cuando pierdes a alguien pienses que ya no podrás seguir viviendo y que te falta el aire, pero quiero decir que en estos momentos es cuando hay que agarrar mas valor y seguir, porque recuerda que madurar es soltar todo lo que nos lastima, para poder sanar y que esas cicatrices del pasado sean un recordatorio sin dolor de que fuiste maduro y supiste tomar fuerzas de donde no tenias para seguir adelante.
Nadie elige su destino oh lo que quisiera vivir, si no al revés, el destino nos elige y nos pone caminos para tomar, el que creamos correcto, y a mi me toco elegir este, lejos de él, pero con un mini yo, ya que en esta vida si no luchas por tu felicidad, nadie mas lo hará.

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Nota de autora:

Holi mis amores, espero que les haya gustado está historia tanto como a mí, sigue siendo un borrador, quizá más adelante la edite completamente, pues aún sigue teniendo errores ortográficos o gramaticales, pero puse todo mi esfuerzo en cada uno de los capítulos, para darles lo mejor.

No me cansaré de agradecer a esas personitas que leen capitulo tras capitulo y comentan, votan e incluso me mandan mensajitos por privado tan lindos, que hacen que mi corazón se derrita casi por completo...

No saben cuánto los quiero, enserio que siii...

Les traeré noticias pronto...

(Spoiler: esto aún no acaba, pues hay segundo libro)

Sin nada más que decir...

Los quiere YAZ 💜

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ENCUENTRO EN EL TREN  (Libro 1 Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora