CAPITULO 43... EL VIAJE

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Andrés Macías

Han pasado algunos años desde que decidí irme a otro estado a estudiar, pues ya no podía estar en casa, ya que todo me recordaba a Amely y con ello a qué Ángela es su hermana, la chica a la cual deje a su suerte después de que le confesé que amaba a otra chica, después de eso no tuve el valor de mirarla a los ojos, pues ella cargaba en su vientre a nuestro bebé, recuerdo que el día que me enteré que había nacido era el hombre más feliz del mundo, pues una princesa era mi hija, soñaba con verla crecer, escuchar su voz diciéndome papá y esas cosas tan lindas de las que los padres se enamoran cuando ven a sus hijos, pero mi felicidad duro muy poco ya que mi padre dijo que no había muchas esperanzas de que se salvará, pues era prematura y sus pulmones no se habían desarrollado completamente, creí que ella se salvaría, la visitaba a diario, veía como luchaba por estar viva, pero sufría y yo con ella.

Ella partió de un momento a otro, mientras yo la veía a través del cristal, Ángela estaba destrozada y no fui capaz de entrar para abrazarla, verla así me destruyó por completo, pero aún así no fui capaz de afrontarla, me hice cargo de los gastos y la funeraria, no quería que Ángela se preocupara por eso, pero no pude ir a abrazarla, ella sufría y yo ni verla a la cara podía, fui un cobarde, tiempo después cuando iba a la tienda la vi sentada en los columpios junto con Amely, al principio creí que era imaginación mía, pero después me acerque a escuchar su plática, en la cual claramente dijeron que eran hermanas, sentí que el mundo se me venía abajo, pues no podía estar enamorado de la hermana de mi ex novia, si se llegará a enterar me odiaría, pues deje a Angie con un bebé y sin apoyo cuando más lo necesitaba.

Así que ese mismo día decidí irme, no sabía a dónde, no sabía con quién, pero necesitaba irme, no quería estar más en este lugar, así que hable con mi padre, al principio no me apoyaba, pero después cedió, así que me fui a Monterrey a casa de una tía, ahí busqué trabajo, para después comenzar a estudiar Arquitectura, termine mi carrera en 4 años y comencé a trabajar en una empresa, cuando creí que todo estaba perfectamente, la empresa principal que se encontraba en mi ciudad me necesitaba, así que tuve que regresar, por lo tanto temía volverla a ver.

Estoy en el aeropuerto, mi avión aterrizó hace una hora, pero no tengo el valor suficiente de ir a casa, pues quizá pueda toparme a alguna de las dos y eso no me gustaría, ya que no estoy mentalmente preparado para esa situación.

- Andrés, por aquí.

Óscar grita mi nombre para que lo vea, pues fue al único que le avisé que regresaría, le sonreí abiertamente, me di cuenta que lo extrañaba, hablar por teléfono con él era muy diferente a estar viéndolo mientras habla, pues es él único amigo que tenía aquí, ya que en Monterrey había hecho un acercamiento con Yair, pero realmente solo habíamos compartido alguna que otra palabra.

Al llegar hasta donde estaba me abrazo, me di cuenta que ambos nos extrañamos pues siempre hemos estado juntos, y separarnos durante más de 5 años fue muy difícil para ambos, pues ya no podíamos apoyarnos como lo hacíamos antes de irme.

•••••••

Llegamos a casa de mis padres, ellos se sorprendieron al verme, creyeron que estaban soñando o que era imaginación suya, pero al darse cuenta que si estaba ahí me abrazaron, mis padres y mi hermano, ese día salimos a cenar en familia.

Los siguientes días no me tope con ninguna de las dos y fue demasiada suerte, pero un día baje de la estación del tren, justo afuera estaba Amely con una niña de unos 5 años a lo mucho, supuse que era su hija, pues se parecía mucho a ella.

Mi corazón comenzó a doler, sentía como si una daga lo cruzará una y otra vez sin compasión, haciendo que sangrara de tanto dolor, se me dificultaba respirar, trataba de calmarme, pero me era imposible ya que esto era más fuerte que la última vez, siento en este momento como mis piernas se van debilitando, la miró nuevamente con lágrimas en los ojos, llega un chico, la niña corre hacia él gritándole papá, los recuerdos de mi hija vienen a mi cabeza, ella no está aquí, ella no me abraza, ella no me llama, ella no me necesita, pero yo si lo hago, Ángela soy un idiota, si me hubiera quedado contigo ahorita seríamos felices, te extraño tanto Angie, daría lo que fuera para regresar el tiempo atrás y que nada de eso hubiera pasado, si yo me hubiera quedado contigo, quizá nuestra niña estuviera bien y con nosotros.

ENCUENTRO EN EL TREN  (Libro 1 Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora