Drugs and revenge [FanFic - DanceRacha] 《JEONGLIX》

•Undeviginti•

Felix yacía jugando con el cabello de Jeongin quien estaba acostado sobre sus piernas, pasando su mano hasta su mejilla sumergiendo su dedo suavemente en el hoyuelos de este.

—Lix —hablo Jeongin mirando a Felix, el cual solo contesto con un simple “Mnh” —Si tuvieras a punto de morir, ¿Qué es lo último que harías?

—Oh, yo tengo una lista de eso —empujo a Jeongin para ir hacia su mochila donde saco una libreta —mira esta es mi lista de las 15 cosas que quiero hacer antes de morir

—Wow —tomo la libreta —¿Por qué tienes una lista así?, ¿me ocultas algo Lee?

—Quizá, así como tu que me escondes en este salón para que nadie sepa que hablamos y luego regresamos como solo compañeros simples de clases —encogiendo los brazos.

—Yo .. hay… una explicación-

—No importa Jeongin, estoy bien así, todos tenemos secretos —el pecoso sonrió con simpleza.

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El sonido del celular le estaba taladrado la cabeza a Hyunjin quien alzó su mano para tomarlo de la mesa y apagar la alarma, se incorporo en la cama, tallo sus ojos intentando recuperar algo de lucidez, hasta que abrió por completo los ojos recordando como un rayo haber dormido con Felix quien ahora no estaba por ningún lado. Se levantó de golpe para abrir la puerta de su habitación, fue cuando sintió el olor del café combinado con algo dulce.

Suspiro para caminar hasta el marco de la cocina y ver a Felix haciendo panqueques concentrado en que no se le rompieran mientras formaba un piquito que lo hacía ver como un pequeño pollito, una sonrisa se posó en el rostro de Hyunjin.

—“Supongo que no estaría mal despertar así todos los días” —pensó Hyunjin.

A lo largo de vida como hijo único, nunca sintió alguna atención con cariño, el desayuno era servido por la servidumbre mientras sus padres estaban ausentes, al crecer y vivir casi en la casa de los Yang las cosas no fueron tan distintas pero eran mas cálidas con la presencia de Minho y Jeongin.

De adulto se dio cuenta que jamás había usado su cocina más que hacer café, mientras compraba comida, aunque su alacena estaba llena porque su madre enviaba alguien a comprar lo indispensable porque su primogénito era un hombre inútil que morirá de hambre, por olvidar comprar comida. Ahora estaba ahí su pequeño intruso, usando su cocina con confianza, durmiendo en sus brazos, entrando en su vida repentinamente como el viento colándose por la ventana en un día cálido, refrescante y repentino, pero fugaz.

—¿Con azúcar o sin azúcar? —la voz de Felix lo atrajo a la realidad —Perdón por usar tu cocina, es que solo quería agradecerte lo de anoche, hice panqueques, pique un poco de fruta que esta a punto de expirar y prepare jugo de naranja, solo que no sabía si te gustaba el café con azúcar o sin azúcar

—Sin azúcar esta bien —el más alto se sentó en mesa mirando el desayuno hermosamente adornado.

Felix asintió y sirvió las dos tazas de café, las coloco en cada lugar y se sentó frente a Hyunjin.

—Espero te guste —Felix sonrió débilmente, mientras su labio y mano temblaba.

Eso lo noto Hyunjin pero no quiso preguntar por lo cual tomo el plato de fruta y comenzó a comer en silencio, aunque era eso tan simple, estaba sumamente delicioso, ambos desayunaron en silencio cuando el sonido de la cerradura del departamento de Hyunjin se abrió poniéndolos en alerta hasta que vieron llegar a Minho entrar y observarlos.

—¿Por qué mierda están juntos? —cuestionó con la ceja levantada.

Hyunjin lo ignoro siguió almorzando mientras que Minho se sentó en medio de ellos con los brazos cruzados.

—¿Quieres café? —preguntó Felix

—No, solo quiero saber porque están los dos a esta hora juntos —miro intimidantemente a Felix

—Déjalo —Felix trago seco cuando escucho Hyunjin —anoche lo fui a buscar y lo invite a quedarse aquí quería saber algunas cosas y conocerlo, no creo que sea un delito.

Felix miro a Hyunjin, no sabía porque este había mentido, era más fácil decirlo, decir  que lo recogió drogado en la acera de una calle que ni el recordaba, como el drogadicto que era. Un nudo se posó en su garganta y no logró pasar bocado, se levantó y recogió la mesa en silencio para limpiar los platos.

—“Escúchame bien Felix, nadie en esta puta vida da algo sin esperar que lo devuelvan” —recordó aquellas palabras.

Aun había residuos de la droga en su sistema, su cuerpo temblaba un poco y la mezcla de sueños y recuerdos estaban presente en su mente. Su corazón latía irregularmente, se sentía extraño ya que desde anoche donde pudo dormir un poco más gracias al calor de aquellos brazos que lo rodiaron, sintiéndose protegido y menos solo, se dio cuenta que quizá aquello era un sueño, no deseaba volver a sentirse así, seguro para luego caer del precipicio, hacia la oscuridad y la nada.

—Felix —la voz de Hyunjin lo hizo voltear —Minho se fue, ¿quieres que te lleve a casa?

—Supongo que si, gracias —el más bajo camino a un lado de Hyunjin para buscar sus cosas.

Hyunjin se dio la vuelta avanzó dos pasos y tomo de la muñeca a Felix quien lo miro a los ojos, con las lagrimas en las mejillas.

—Odio ver a las personas llorar, —tomo el rostro de Felix —mira niño problemático, te quedaras aquí hasta ese lío en tu cabeza desaparezca

—¿Por qué? —cuestionó el menor

—Porque yo lo digo, simple —el mayor sonrió burlonamente.

Cuando lo has perdido todo, cuando no te queda nada, una sonrisa puede ser una cura incluso cuando está venga del mismo demonio.

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Gracias por leer, no se olviden en comentar.

Nos vemos mas al rato con otro capitulo.

M. K.