Drugs and revenge [FanFic - DanceRacha] 《JEONGLIX》

•Viginti•

Felix estaba acomodándose un poco la corbata mientras esperaba que Han llegara por él, había pasado solo un día en la casa de Hyunjin, donde sólo durmió y comió un poco, aunque hablaron, no fue más allá de una conversación banal, sin embargo aquella sensación áspera que sintió cuando lo conoció desapareció, parecía que ahora podía llevarse bien, al final del día decidió que era mejor volver a casa aunque el mayor insistió que no le molestaba su presencia, pero para Felix era mejor tomar las cosas con calma, su adicción le recordaba lo frágil de su estabilidad mental, por lo que el resto de la semana se quedó en su casa encerrado. Tenía miedo de salir y encontrarse a Kim.

Él tenía el diario de Jeongin debido a que el departamento donde este vivía era propiedad de los Kim, Jeongin tenía el dinero para comprarlo sin embargo solo lo rentaba porque según el menor si lo compraba iba ser con su propio dinero y no el de sus padres. Por lo cual aquel día final en la vida de Jeongin al parecer Kim entró para revisar el departamento obteniendo aquello que lo haría tener a Felix en sus manos.

El sonido del claxon rompió los pensamientos del menor, quien se miro así mismo para ver si no estaba mal vestido, salió del departamento para ver a Jisung sonriéndole de manera gentil.

Realmente entendía porqué Chan estaba loco por él, tenía una cintura de ensueño que lo hacían verse perfecto bajo su traje, su sonrisa era perfecta y su cabello un poco largo y desordenado sin llegar a hacer desaliñado, era la convicción perfecta a esa gentil y amable sonrisa.

El mayor le abrió la puerta para que este entrara y Felix así lo hizo, en el camino el menor mirara todo por la ventana, si bien ambos se conocían nunca formaron un vínculo para decir que eran amigos, solo tenían en común la amistad de Chan.

Al llegar Jisung le indicó el piso y el camino que debía tomar, mientras éste se quedaba en el auto, como era su trabajo.

El menor estaba nervioso, odiaba ahora su timidez social, le costaba hablar o hacer una pregunta de manera correcta y sin tartamudear, sabía bien que debía comenzar a tener el valor de ser un adulto, y es que ya lo era, tenía 22 años, pronto se graduaría como el mejor en su clase, sin embargo la vida laboral y adulta era muy diferente a la escolar, para eso no lo preparaba la escuela.

Cuando llego al piso, pudo ver a las personas trabajando frente a sus computadoras y estaba seguro que pronto él seria uno de ellos. La vez que vino con Chan estaba tan sumergido en sus propios demonios que no noto su alrededor. Ahora que tenía la oportunidad de observar las cosas se dio cuenta que aquel lugar parecía algo competitivo, ya que los presentes apenas y si hablaban.

Avanzó lo suficiente para estar frente a la oficina principal, aun costado de la puerta la cual estaba adornada con una placa que decía: “Director general Yang Minho”, había una hermosa mujer en pequeño escritorio, era claro que era la secretaria de Minho pues era la típica chica que quiere atrapar a su jefe con su perfecto cuerpo, sus esbeltas y largas piernas bajo su corta pero no vulgar falda, su perfecto cabello rojo combinaba con el maquillaje suave, era bonita y ella lo sabía.

—¿Si? —hablo la chica cuando vio a Felix observarla, aunque ella también lo observo a él a detalle.

—Vine a ver a Minho —Felix intento no verse intimidado por la pesada mirada de la chica.

—Si no tienes cita, no puedes verlo —respondió con simpleza mientras seguía en lo que parecía su trabajo, aunque aquello no le sorprendió a Felix.

—Él mismo me cito aquí, seré el nuevo pasante —respondió con el mismo tono soberbio que la mujer le había dado

—Pues nadie me ha informado de eso —la mujer ni siquiera miró a Felix siguió con lo suyo.

El menor siempre se caracterizó por su amabilidad y gentileza, pero nunca con la paciencia, mucho menos con las actitudes soberbias, por lo cual aspiró el aire suficiente y coloco su mano de manera fuerte en el escritorio de la mujer, la cual por fin lo miro.

—Mira preciosa, me importa una mierda que estés ocupada o que te creas la dueña del maldito lugar, vas a tomar con tu hermosa manicura el puto teléfono, le avisaras a Minho que estoy aquí a la hora acordada pero que tu pequeña y colorida cabeza no entendió, porque crees que con ser bonita todos debemos sentirnos intimidados, por lo cual has tu trabajo así yo dejare de perder el tiempo, ¿si bonita? —un silencio se posiciono en la oficina, todos los presentes parecían haber dejado de trabajar y la chica se quedó de la misma manera, callada.

Una risa burlona rompió el silencio de todo el lugar, el menor miró en la dirección en aquella risa, para ver a Minho recargado en el marco de la puerta con los brazos cruzados.

El rostro de Felix era un poema en ese instante, sintió como toda la sangre de su rostro bajo a sus pies, sus manos temblaron y su voz quedó atorada en la mitad de su garganta.

—Realmente eres muy interesante Felix, ahora pasa —el menor obedeció caminando como un pollito para entrar a la oficina de Minho.

—Yo, yo… lo siento, es que —intento aclarar la situación pero el mayor negó.

—Esta bien Felix, se que Lita es algo difícil pero es eficaz y gracias a ella he evitado reuniones innecesarias, aunque —miro a Felix de pies a cabeza y sonrió —creo que se sintió intimidada por ti.

—¿Por mi? —el menor se señaló confundido.

El mayor camino alrededor del menor mientras observaba con detalle a Felix, mientras el contrario trataba de entender la mirada de este.

—Pues —se acercó a su oído —Eres el más bonito del lugar, realmente el traje te hace ver muy bien.

Minho estaba tan cerca que Felix sintió la cálida respiración de este chocar en su cuello haciéndole sentir una corriente eléctrica.

Minho era sexy, seductor y dominante, mientras que Hyunjin era cálido, gentil y protector.

Ambos serían su perdición… 

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Gracias por leer.

M. K.